Casares propone «un gran pacto social y político por la vivienda»

Protagonista único del acto, que se celebró en el Paraninfo de la Universidad de Cantabria (UC) y apadrinó el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, Casares prometió su nuevo cargo arropado por más de un centenar de personas que abarrotaron el hall, donde se congregaron numerosos familiares, amigos, militantes y simpatizantes socialistas, así como los altos mandos de las Fuerzas de Seguridad del Estado –Guardia Civil y Policía Nacional–, y una amplia representación de autoridades civiles encabezadas por la presidenta del Parlamento, María José González Revuelta, y el consejero de Economía, Luis Ángel Agüeros, diputados nacionales y autonómicos, senadores y algunos alcaldes de su signo político.

Todos oyeron a Pedro Casares agradecer al presidente Sánchez «la confianza que ha depositado en mí». Y, de la misma manera, todos le vieron «cerrar una etapa maravillosa de mi vida política como portavoz de Economía en el Congreso de los Diputados» y «abrir otra de enorme responsabilidad» como delegado del Gobierno en Cantabria, que es, dijo, «uno de los mayores orgullos de toda mi vida» por cuanto supone «poner voz y ser la voz de las políticas que están haciendo avanzar a España y a Cantabria como nunca en estos 50 años de democracia».

A esas políticas concedió Casares gran parte de un discurso que giró irremisiblemente a mitin y al que el nuevo delegado, que no dejó pasar la oportunidad de ensalzar los proyectos inaugurados o en ejecución del Gobierno de España en Cantabria, aliñó con una sorprendente variedad de condimentos. Porque además de repasar esas obras, el nuevo delegado, que se declaró «el mayor defensor de lo público» en un escenario propicio, la Universidad en la que se graduó, hizo alusión, así a bote pronto, a su abuelo Vicente, a Chema Puente y su 'Santander la marinera' –que el grupo municipal socialista ha visto naufragar como nuevo himno de la ciudad–, a los trabajadores de Bridgestone, a los niños saharauis que cada verano vienen acogidos a Cantabria «a disfrutar del valor de la felicidad», al «genocidio» en Gaza, a la guerra en Ucrania...

Recuperando el tono inicial, Casares aseguró que los cántabros «somos protagonistas de una historia que nace de la fuerza de la unión». «Nada tiene más fuerza que el diálogo», dijo. «Nada se construye renunciando a entendernos», añadió, «porque la política tiene sentido cuando mejora la vida de la gente y esa es la tarea que me he propuesto al asumir esta responsabilidad; proteger a todas aquellas personas que más nos necesitan».

Por eso, «hoy más que nunca», al delegado se le hace necesario «dar respuesta urgente al reto más importante que tenemos en los próximos años; la vivienda», a la que Casares se refirió para ofrecer a todas las instituciones «un gran pacto social y político». Un pacto respaldado por el Gobierno de España, que, según él, «está dispuesto a hacerlo triplicando la inversión pública en vivienda en Cantabria».