El comercio adelanta las rebajas para salvar la temporada tras las malas ventas
Muchas tiendas han tenido que anticipar sus tradicionales descuentos de verano por la situación que atraviesan
Con discreción, sin llamar mucho la atención, salvo las grandes marcas, y con las perchas cargadas de prendas. Así han empezado las rebajas de verano en Cantabria. Tras unos meses de inicio de temporada bastante malos debido al tiempo, el respiro que ha dado la entrada de la época estival no ha animado a que los compradores renueven su vestuario. Así, según cuentan los comerciantes a este periódico, «la mayoría ha esperado a las rebajas y muchos las hemos tenido que adelantar para poder seguir adelante», lo que implica que las tiendas están más llenas que nunca por estas fechas de existencias, pero el balance «está desajustado», dicen, ya que se ha vendido poco a su precio.
En Benetton, que está con hasta el 50% de descuento desde el día 21, lo tienen claro: «Hasta que no empiezan los descuentos en Zara y el Corte Inglés, la gente no siente que es temporada de rebajas», comenta Patricia Villar, una de las vendedoras, aunque confiesa que no se pueden «quejar, la cosa va bien, aunque la gente ha esperado hasta los descuentos. En temporada, nada».
A pocos metros de la firma italiana, en la misma calle Lealtad, se encuentra Zara, que hoy mismo inicia sus rebajas. Por ello, ayer era un día «de mirar. Toda la semana está siendo así. La gente viene, ve lo que le gusta, se lo prueba y ya, mañana (por hoy), viene a tiro hecho», apunta la directora de la tienda, Julia Real.
«Está siendo una temporada muy difícil. Tengo la tienda llena y no me salen las cuentas»
Irene Betanzos Tienda Bohechic
«Hemos tenido que adelantar las rebajas porque no se ha vendido casi ningún bañador»
Olga de Blas Guante Varadé
El mal tiempo también afecta la niña bonita de Inditex: «Llegamos con bastante stock. Las perchas están a rebosar, aunque desde hace quince días para acá, coincidiendo con el buen tiempo, sí hemos notado más alegría en las tiendas». Afirma Real que «la locura dura dos semanas. Luego se tranquiliza. No es como en las de invierno, donde las prendas son más caras, como un abrigo o un traje de chaqueta. ¡Pero la verdad es que nos encanta este lío!».
Entre las chaquetas y blusas están las hermanas Silvia y Ana Quijano. «Venimos hoy porque ya está todo colocado para mañana. Lo que hacemos es probarnos lo que nos gusta, sacamos una foto a la etiqueta, con la referencia, y esta noche, a partir de las doce, empezamos a comprar online. ¡Ni locas se nos ocurre venir mañana! Va a ser tremendo».
Isabel Ordalica también se encuentra entre los pasillos de Zara, «vengo hoy con calma, para ver qué hay de lo que necesito, así no compro de manera innecesaria. Ahora, también te digo que en estas rebajas poco voy a comprar. En abril fue mi cumpleaños y todavía tengo ropa que me regalaron sin estrenar».
Meses «horribles»
El gesto de Irene Betanzos, propietaria de la tienda Bohechic, de ropa de boda y celebración, además de complementos, de la calle Cádiz, junto al hotel Bahía, es duro. «Han sido unos meses horribles. La gente venía en mayo con un plumífero. ¿A quién le apetece desvestirse cuando hace un frío horrible y no para de llover? Además, el no vernos con un poco de color, hace que no nos veamos favorecidos con las prendas de tirantes o con las piernas al aire». Asegura que «están siendo una temporada muy complicada. Mi género se vende desde febrero a julio, y mira cómo está la tienda, ¡llena! No me salen las cuentas por ninguna parte. No sé qué haré».
Esta situación no le es nueva a Gonzalo Cayón, secretario general de Coercán. «El pequeño comerciante es el que más estamos sufriendo. Desde que se liberalizaron las fechas de las rebajas, todo ha ido a peor. Las grandes marcas se pueden permitir poner descuentos a lo largo de todo año, con lo que la gente está acostumbrada a no comprar a precio real, pero nosotros no podemos hacer eso».
En cuanto al tiempo, lo resume de así: «Cuando te compras una prenda, la quieres estrenar cuanto antes. Pero si la tienes que guardar en el armario dos meses, no se te ocurre volver a comprar nada más». Al no haber podido vender buena parte de sus existencias, «ahora, a muchos comerciantes se les desequilibra la cuenta de resultados y hay gente que lo está pasando muy mal», concluye.
Maribel Gómez mira el escaparate de la tienda de zapatos Mary Paz, en la calle Juan de Herrera. «Me has pillado porque estaba curioseando, pero, ¿cómo voy a comprarme nada de calzado si hasta ayer no he sacado el de verano? Repasaré lo que tengo y aprovecharé las rebajas. Hasta ahora he necesitado más botas que sandalias». Desde la tienda, una de sus empleadas, Ruth Pascual, hace balance comparando con el año pasado, «por estas fechas, ya habíamos vendido mucho más. La verdad es que la gente se va a encontrar unas ofertas estupendas, porque hay mucho de todo».
«Las rebajas serán buenas, pero a muchos comerciantes se les desequilibran las cuentas»
Gonzalo Cayón Coercán
«La liberación de las rebajas ha hecho mucho daño. Los grandes llevan todo el año con descuentos»
Miguel Rincón Fediscom
«¿Cómo me voy a comprar unas sandalias si hasta ayer no he cambiado el calzado de invierno?»
Maribel Gómez Clienta
Uno de los establecimientos más antiguos de Santander, Guante Varadé, en la calle Ataúlfo Argenta, lleva desde 1937 vendiendo guantes en invierno y trajes de baño y sombreros en verano. «Hemos tenido que adelantar las rebajas al pasado lunes obligados por los malos resultados de estos meses. Con la lluvia que ha caído, ¿quién viene a probarse un traje de baño o un bikini?», se pregunta Olga de Blas, dependienta.
Sin embargo no mostró mucha preocupación porque el establecimiento «es un clásico, pero tiene mucha fuerza. Este invierno hemos vendido 1.075 pares de guantes. Todo lo tenemos de una gran calidad y nuestra clientela es muy fiel. ¿Cómo será, que hasta nuestros guantes salen en series como 'Velvet' o el 'Secreto de Puente Viejo'».
Pero precisamente este sistema de poder elegir cuándo se inician las rebajas, para Miguel Rincón, presidente de Fediscom, «no es algo bueno, todo lo contrario. Los grandes llevan todo el año con descuentos, poniendo cualquier disculpa. Qué si la semana del pantalón, que si la de la falda, que si mitad de temporada...». Además, «el mayor problema es la falta de dinero. A la gente en Cantabria no le da para todo. Prefieren hacer compras por internet, lo más jóvenes, o gastarse el dinero en disfrutar durante el fin de semana. El tiempo también ha influido, sin duda, pero el problema son las carteras».
Adelanto
«Tanta rebaja a mí me lleva a desconfiar», afirma Carmen Ruth. «¿Cómo es posible que un día me compre una blusa y que a los dos días, sin que coincida con las temporadas tradicionales de rebajas, cueste el 50% menos? ¿Cuál es el precio real? Porque da la impresión de que hinchan los precios para después poner las rebajas».
En El Corte Inglés también se han adelantado a su fecha tradicional de descuentos. «Es la segunda vez que la compañía ha decidido adelantar el comienzo de las rebajas para que los clientes que inicien sus vacaciones este fin de semana, puedan hacerlo equipados con todo lo necesario para el verano», indican desde el centro comercial. Lo más fuerte «es la moda, sobre todo la de baño. Es el producto estrella, pero los productos de deporte y hogar también tienen éxito». Hoy, la vorágine está asegurada. Y para evitar suspicacias, El Corte Inglés ha querido cambiar su lema, que siempre ha sido 'Rebajas', por el de 'Las Rebajas', indicando que son las de siempre.
Frente a este gigante, contrasta la fragilidad del pequeño comercio, que no cuenta con ninguna franquicia detrás, como Confecciones Roest, en la calle San Francisco, una empresa «de toda la vida», en la que se resisten a poner el cartel de 'Rebajas'. Su dueña, Isabel Esnaola, apunta: «Vamos a aguantar. Con lo poco que se ha vendido de temporada, cómo para poner ahora descuentos. No sé cuánto aguantaremos, pero vamos a darnos un margen».