«La comunidad universitaria ha respondido muy bien a este desafío»

Hace balance Mario Mañana, vicerrector de Campus, Servicios y Sostenibilidad -en la nueva etapa del rector Ángel Pazos asumirá Transformación Digital-, y este curso también coordinador covid en la UC.

-¿Le da tiempo a algo tras convertirse en coordinador covid?

-Nos ha pasado a todos. El día a día se ha vuelto más complicado. En este caso específico, ha supuesto una sobrecarga adicional, que, por momentos, exige toda la atención. Mentiría si dijera que esto no ha supuesto aparcar algún otro proyecto en marcha.

-El balance desde septiembre es de 176 casos detectados con PCR en la UC. Es una incidencia baja. ¿Lo imaginaba así?

-Pensábamos en escenarios más complejos, en brotes que no pudiéramos aislar y que nos llevaran a tomar medidas más complicadas. Estamos sorprendidos de que los números hayan ido razonablemente bien, aunque hayamos tenido momentos complicados. La comunidad universitaria ha respondido muy bien al desafío, aunque hay aspectos relacionados con la expansión de la pandemia que no son controlables. No me gusta la palabra suerte, pero se puede decir que no hemos tenido mala suerte.

-Salud Pública ha celebrado que no haya transmisión secundaria en el ámbito universitario.

-Esa es la parte que podemos pensar que responde a un trabajo bien hecho. Las aulas, lo decimos coloquialmente, son de los espacios más seguros; entornos donde los alumnos están razonablemente controlados en cuanto a distancia, uso de mascarillas, uso de geles, ventilación y demás.

En el campus también se produce contacto social, por supuesto, y ahí hemos hecho un esfuerzo todos, el servicio de seguridad especialmente, para evitar que se formen grupos muy próximos. Es complejo de mantener, pero comparto la opinión de Salud Pública de que en las aulas y espacios como bibliotecas o salas de estudio ha habido buen comportamiento.

-El protocolo de la UC va al detalle, pero ¿qué grandes claves?

-Tiene medidas colectivas, individuales y organizativas. Las primeras afectan a cada uno, a cada miembro de la comunidad universitaria, como por ejemplo no acudir al campus si nos levantamos y observamos que tenemos síntomas compatibles con la infección. Hay medidas colectivas, que tienen que ver con no formar grupos muy próximos o, por ejemplo, intentar en lo posible comer individualmente. Aquí hemos desplegado muchos medios. Se ha hecho un gran esfuerzo económico y organizativo. Un ejemplo: llevamos colocadas más de 800 unidades de lotes de dispensadores de gel. En cuanto a las medidas organizativas, esto se ha pilotado desde el Vicerrectorado de Ordenación Académica y tiene que ver con identificar aforos, hacer grupos rotativos, desdobles, etc.

-La implicación de la comunidad universitaria es crucial. ¿Se acusa, sin embargo, el cansancio?

-El cansancio es en todos los ámbitos, me temo. Como sociedad todo esto nos pasa factura. Pero es parte del trabajo estar en un recuerdo constante de las medidas; trasladar la importancia de lo que hacemos y por qué lo hacemos. Pero creo que la comunidad universitaria está siendo muy consciente e involucrándose mucho. Un ejemplo: otros años, en esta época previa a la evaluación, la presión en el uso de bibliotecas o salas de estudio durante el fin de semana o las noches -habilitábamos un aula búho- era importante. En estos momentos tenemos una postura bastante conservadora, trasladando a la comunidad universitaria la importancia de estudiar de forma individual, y se está entendiendo. Incluso habiendo una fatiga evidente, la comunidad sigue siendo muy consciente y corresponsable.

-Han instalado un sistema de identificación de puestos por códigos QR para seguir posibles focos de contagio.

-Hemos generado más de 12.000 etiquetas QR. Lo tenemos en aulas, bibliotecas, comedores..., en cualquier espacio compartido.

-Esa tecnología les ha resultado efectiva...

-No ha sido necesario recurrir a esa información, pero somos capaces de hacer una trazabilidad del movimiento de las personas siempre y cuando se haga el registro, tanto en directo como en diferido. Esta tecnología está desplegada en cualquier espacio compartido de la universidad y nos permite saber quién ha estado en un puesto, y quién le rodeaba en ese momento.

-¿Se ha transformado mucho la vida universitaria?

-Personalmente creo que sí. La vida en el campus está más contenida durante el periodo docente. Otros años, uno iba a la cafetería, al hall, a espacios de forma más espontánea. Ahora, nuestros estudiantes y trabajadores, en un ejercicio de responsabilidad, hacen menos vida pública.