Los díscolos del mapa político municipal

El PRC ha pedido al regidor que entregue su acta después de que Jaime Díaz haya confirmado que deja el partido por «motivos personales». Él insiste en que no abandonará el bastón de mando y ahora la clave es saber qué harán los otros cuatro concejales regionalistas: si le apoyan o si promueven contra él una moción de censura.

Desde hace meses son frecuentes las movilizaciones vecinales que piden la dimisión de María Rivero, la alcaldesa que tomó el bastón de mando tras una moción contra el PRC y que gobierna prácticamente sola tras una serie de desencuentros con sus socios. Rivero concurrió a las elecciones de la mano del PSOE, pero fue expulsada por llegar a un pacto con el PP. Ahora, los socialistas no tienen representación en Guriezo.

El exalcalde de Torrelavega Ildefonso Calderón, que en las primarias nacionales apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría y en las regionales a María José Sáenz de Buruaga, anunció en 2019 que se apartaba de la política por desacuerdos con Pablo Casado y su intención de intervenir en Cantabria en asuntos como la designación de Ruth Beitia. Recientemente, se felicitaba en este periódico de que el tiempo le había dado la razón: «Los que aplaudían a Casado no llevaban al PP por el camino correcto».

La orden general del PSOE de Cantabria era no llegar a acuerdos de gobierno a nivel municipal con el PP. Nicolás Toral la incumplió en Cabuérniga al considerar que era más importante sacar al PRC tras 21 años ininterrumpidos en el poder. El pacto con los populares consistió en repartirse la Alcaldía: dos años para cada uno. Al contrario de lo ocurrido en Guriezo, la dirección regional del PSOE no ha tomado represalias. Todo lo contrario, Toral forma parte de la nueva Ejecutiva de Pablo Zuloaga.

El PP sacó dos concejales en las últimas elecciones municipales en Guriezo, pero ahora solo reconoce a uno de ellos, el exalcalde Adolfo Izaguirre. Aitor González fue expulsado por negarse a abandonar el equipo de Gobierno de María Rivero, como le pedía su formación a nivel regional tras el caos generado por la gestión de la nueva regidora.

OJosé Luis Herrero, el único concejal del PSOE en Rionansa, tenía la opción de decantar la balanza entre el PP y el PRC en su ayuntamiento. En contra de la línea oficial de su partido, no solo permitió que los populares asumieran el Gobierno municipal, también respaldó los presupuestos. Así hasta que a mitad de legislatura viró por completo y, pese a la división en la agrupación socialista del Nansa, cerró un acuerdo con los regionalistas. Los cuatro ediles del PRC aceptaron hacer alcalde al único concejal socialista, él.

Ocurrió por sorpresa la pasada semana. El equipo de Gobierno de Camargo (PSOE-PRC) llevó al pleno el nuevo contrato de basuras con la seguridad que da tener mayoría absoluta. No salió adelante porque Eugenio Gómez, Gonzalo Rodeño y María José Fernández votaron con la oposición, en contra del pliego promovido por su jefe de grupo, el portavoz municipal del PRC, Héctor Lavín. Según comentan, los cuatro tenían en este caso libertad de voto y no primaba la disciplina de partido, pero está pendiente una reunión de la agrupación local para analizar el caso.

La teniente de alcalde de la Hermandad de Campoo de Suso no adscrita, Belén Cuesta, presentó el pasado febrero la dimisión de todos sus cargos en la Corporación «por motivos laborales y personales». Cuesta era la concejal díscola de Ciudadanos que desoyó el mandato del partido en Santander de pactar con PSOE y PRC en el municipio a comienzo de legislatura y entregó la Alcaldía al popular Pedro Luis Gutiérrez.

La última crisis interna de Ciudadanos Cantabria, que a punto estuvo de provocar la salida del partido de los tres diputados en el Parlamento autonómico por las discrepancias con la postura oficial a nivel nacional sobre el lobo, también ha tenido réplicas a nivel municipal. Al mismo tiempo que rompía el partido Marta García lo hacían también tres concejales:Nacho Hernando (Santa Cruz de Bezana), Sara Cristina Quintanilla (Argoños) y Alberto Alcubilla (Cieza). «Las últimas decisiones tomadas a nivel nacional, contrarias a las que venimos defendiendo en Cantabria, hacen incompatible seguir defendiendo las siglas», señalaba el primero. Por el momento, Cs todavía no ha dicho si les pedirá el acta.

De los tres concejales del PSOE en el Ayuntamiento de Arredondo, solo uno era afiliado. Se trata de Evaristo Canales, que se dio de baja del partido por la postura de los socialistas a nivel nacional sobre el lobo y la inclusión de este animal en el Lespre. Ganadero de profesión, dio el portazo, pero junto a sus dos compañeros sigue representando las siglas socialistas en el grupo municipal. En la práctica, poco ha cambiado tras su renuncia. Canales impulsó una moción de censura contra Leoncio Carrascal (PRC) que no prosperó.

La moción de censura que no prosperó en Arredondo fue promovida por el PSOE y un cuarto concejal, José Francisco Villegas. Villegas formó parte del equipo de Gobierno de Carrascal hasta su expulsión. Desde entonces, los regionalistas le califican como «tránsfuga». Sus excompañeros le echaron de la formación por romper la disciplina de voto en temas trascendentales durante debates en el pleno municipal. Precisamente por eso no prosperó la moción de censura, ya que la secretaría municipal, con la ley en la mano, interpretó que no reunía «los requisitos exigidos, ya que uno de los proponentes «ha formado parte del grupo político municipal al que pertenece el alcalde». Entre los asuntos que apoyó previamente Villegas, cuando todavía era concejal de Hacienda con el PRC, fue la bajada del sueldo del regidor y de las dietas de los concejales que promovieron los socialistas.

Rosa Anuarbe es concejala del equipo de Gobierno y sigue fiel al PP pese a los continuos enfrentamientos y las graves acusaciones contra el alcalde de Castañeda, Santiago Mantecón. A principios de legislatura votó a favor de una moción del PRC para que los plenos se grabaran y fueran públicos. Tras hablar con el regidor, las aguas volvieron a su cauce y en las últimas semanas han regresado las discrepancias. Primero acusó a su jefe de dar a Cáritas ropa que los vecinos habían donado para enviar a Ucrania y posteriormente de sufrir maltrato por parte del alcalde. Pese a todo, ha preferido no dejar el acta y tampoco ha tomado medidas judiciales.

El concejal de Alternativa Española (AES) en Ampuero, Salvador Sarabia, presentó el pasado mayo su dimisión como concejal durante el Pleno ordinario de la corporación. El ya exedil explicó que su renuncia responde a motivos personales. Recientemente había causado baja en la formación política que presidía desde el año 2010 y con la que ya fue elegido en la anterior legislatura. Actualmente se ha dado de alta en VOX. Su puesto fue ocupado por la número dos de la lista de Alternativa Española, Eva García Collera.

La estabilidad de Marina de Cudeyo, donde a comienzos de legislatura firmaron un pacto PSOE y Cs para hacer alcalde al socialista Pedro Pérez Ferradas, se puso en peligro cuando Francisco Javier Fuentes rompió la disciplina de Ciudadanos y decidió apartarse del equipo de Gobierno. Los naranjas ya le consideran «tránsfuga», pero el regidor ha podido aprobar el Presupuesto gracias al apoyo desde la oposición del PP.

En este caso no rompió la disciplina de partido (Ciudadanos), sino que votó en contra de un acuerdo del equipo de Gobierno (PSOE-PRC-Cs) en San Vicente de la Barquera sobre la contratación del arquitecto municipal. El alcalde, Dionisio Luguera, alegó pérdida de confianza y expulsó a África Álvarez, que también era primera teniente de alcalde y responsable de numerosas áreas de gobierno, como Educación y Cultura, Turismo, Deporte, Comercio, Juventud, Sanidad y Servicios Sociales.

No al nivel de la legislatura anterior, cuando en el Parlamento de Cantabria pasó casi de todo con la llegada de dos formaciones de la nueva política –Podemos y Ciudadanos, que saltaron ambos por los aires–, pero los últimos tres años de la Cámara también han tenido episodios curiosos que afectan a la estabilidad de las formaciones con representación. El último ejemplo y más trascendental ha sido el de Marta García (Cs), que se ha convertido en no adscrita tras ser expulsada del grupo naranja por sus dos ya excompañeros. La consideran «tránsfuga» por romper el carné como respuesta al viraje de su partido a nivel nacional sobre el lobo. Ella, en cambio, insiste en que quien ha traicionado a los principios con los que se presentó a las elecciones (la defensa del medio rural y la ganadería) ha sido su partido. Al ser expulsada, los otros dos diputados liberales, Félix Álvarez y Diego Marañón, han tenido que pasar al Grupo Mixto.

Menos consecuencias han tenido las rupturas de las disciplinas de voto respecto a sus partidos de Javier García-Oliva (PSOE), Lorenzo Vidal de la Peña (PP) y José Miguel Barrio (PRC). Este último, alcalde de Reinosa, apoyó una proposición del PP sobre la deuda de la empresa Forjas de Cantabria, ubicada en Campoo. Pesó más el contenido de la iniciativa y su posición como regidor que la orden del PRC de no apoyar a los populares al considerar que su propuesta era contraria a la ley.

Para García-Oliva, exportavoz de ARCA, las diferencias con su partido se encuentran en los asuntos medioambientales. El diputado apoya la inclusión del lobo en el Lespre, igual que el PSOE a nivel nacional, pero en contra de la postura de los de Zuloaga en Cantabria. Por este tema, los socialistas han votado separados en Cantabria y habrá que ver qué pasa con la Ley del Suelo. Y Vidal de la Peña apoyó al PSOE en su postura abolicionista de la prostitución. El PP se abstuvo.