«Cada día nos encontrábamos un regalo junto a la puerta»
Los trabajadores de la residencia Cadmasa, de Las Caldas de Besaya, empiezan a regresar a sus hogares tras haber dado negativo por Covid-19
Una decena de trabajadores de la residencia Cadmasa, de Las Caldas de Besaya, hicieron ayer el petate para regresar a sus casas. Cumplidas tres semanas viviendo en el antiguo colegio de las monjas de San Felices ya pueden volver con sus familias, con la tranquilidad de haber dado negativo en el test de coronavirus, una prueba que se ha realizado a buena parte de la plantilla y residentes. A lo largo de la semana se hará a los seis trabajadores que quedan, incluido el director, Rubén Otero, quien respiraba tranquilo tras vivir «una experiencia que no olvidaré».
Hace apenas un mes la residencia fue el epicentro de un importante foco de coronavirus, con un residente fallecido, tres hospitalizados y más de una decena de positivos entre trabajadores e internos. La dirección y los trabajadores pidieron públicamente auxilio para encontrar un lugar donde descansar y no llevar a sus hogares la infección. Después de muchas puertas cerradas, el Ayuntamiento de Los Corrales habilitó su pabellón cubierto, algo que agradecieron los afectados. El alcalde, Luis Ignacio Argumosa, tras tomar la decisión, incidió en que tenía que ser una solución provisional porque la comodidad para los trabajadores era muy limitada. La respuesta llegó del Ayuntamiento vecino de San Felices. El alcalde en funciones, Federico Crespo, ofreció el antiguo colegio de las monjas y a la dirección y los empleados de Cadmasa les pareció un lugar excepcional para dormir y descansar tras jornadas tan largas como agotadoras.
«Han sido tres semanas en las que hemos estado muy cómodos y atendidos por los vecinos como si estuviéramos en casa. Cada noche, al llegar, teníamos un regalo en la puerta. Todos los días un bizcocho, un postre, y a las ocho un aplauso para nosotros; el trato ha sido espectacular». Celia García es una de las trabajadoras que ya duerme en su casa, con su negativo bajo el brazo. Agradecida, aseguraba que «nos estábamos sintiendo como en casa, hemos estado muy a gusto y eso nos ha permitido desempeñar bien nuestro trabajo».
«Han sido tres semanas muy cómodas en las que nos han acogido como si estuviéramos en casa»
Rubén OteroDirector de la residencia Cadmasa
«El colegio nos permitió reponernos tras días difíciles de turnos de doce a catorce horas diarias»
Celia GarcíaTrabajadora
Afirmó que la plantilla está muy agradecida «primero a Los Corrales, porque respondieron a nuestra llamada, y a San Felices por una solución que nos permitió reponernos tras días difíciles de turnos de doce a catorce horas». Habló de «una experiencia para poner en el currículo, una vivencia que llevamos ya en la mochila de cada uno», y reconoció que en la residencia «estamos más tranquilos tras unas primeras semanas que fueron muy difíciles».
Después de tres semanas en el exilio y de llegar a tener 19 casos confirmados, los test solo han detectado un positivo entre los residentes, «extraño», como decía Rubén Otero, porque a la misma persona se le llevan haciendo pruebas desde hace un mes y en todas ha dado positivo.
Es uno de los que está a la espera del test, con lo que seguirá viviendo en el colegio de San Felices unos días, seguramente hasta el fin de semana.
Los alcaldes, Argumosa y Crespo, estaban satisfechos por la resolución y el buen estado de salud de residentes e internos, como decía el primero. Crespo habló de la importancia de la planificación, algo que permitió disponer del colegio y contar con ese edificio para los trabajadores.