Las gasolineras reducen un 25% la venta de combustible desde hace diez días
La asociación que agrupa a la mayoría de las estaciones de servicio de la región dice que hasta el momento no ha habido problemas de abastecimiento
El paro del transporte está suponiendo un descenso del 25% en las ventas de combustible de las estaciones de servicio de Cantabria. Si hace dos ... semanas se apreciaba una caída del 10 al 15% achacable al encarecimiento del producto, la huelga ha supuesto otro golpe añadido para la actividad del sector.
Son datos que ofrece Jorge de Benito, presidente de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Cantabria, que aglutina al 80% de las gasolineras de la región. «La horquilla puede estar entre un 20 y un 25% de descenso, dependiendo un poco del tipo de estación de servicio, si es de carretera, urbana o rural. Hay que tener en cuenta que muchos de nuestros clientes están en estos momentos parados: si no están en huelga, han parado porque tenían miedo de circular o no querían hacerlo».
De Benito, que puntualizó que el consumo de combustible no ha recuperado los niveles de antes de la pandemia, explicó que la huelga no está originando problemas de abastecimiento en las estaciones de servicio asociadas. «No ha habido problemas significativos: igual se han podido quedar una hora o dos sin producto. Hay que tener en cuenta que hemos vivido ya más situaciones de huelga y sabemos lo que hay que hacer, tener stock suficiente para que esto no ocurra. Hemos sido previsores y por eso no hemos tenido problemas de abastecimiento, lo cual no significa que no los podamos tener en el futuro».
Cajas iguales, menos ganancia
Una menor venta de combustible no implica necesariamente que la recaudación de las estaciones de servicio deba ser menor, teniendo en cuenta el aumento de los precios. Lo que sí aseguró De Benito es que el encarecimiento del combustible no supone un incremento de las ganancias en los negocios, más bien lo contrario. «Puede que se estén haciendo unas cajas parecidas, porque el precio ha subido un 20 o un 25% y el consumo se ha reducido en ese mismo porcentaje, pero eso no significa que ganemos más dinero: estamos en márgenes muy por debajo de los que deberíamos tener, y es que los empresarios del sector, cuando hay subidas tan alarmantes de precios, tratan de contenerlos, y eso solo se consigue perdiendo de su propio margen».
1,899era ayer el precio más caro por litro de gasoil en las gasolineras de Cantabria
¿Por qué no cambia al mismo ritmo el precio del diésel y la gasolina?
Observando la variación de precios del carburante en las estaciones de servicio durante los últimos días, se ha podido apreciar con claridad que la gasolina y el diésel se encarecen o abaratan en distinta medida. Según explica Jorge de Benito, presidente de la asociación que agrupa a la mayoría de los empresarios del sector en Cantabria, «la gasolina siempre ha sido más barata que el diésel, lo que sucede es que el diésel tiene menos impuestos especiales que la gasolina».
«Desde que empezó el conflicto hay una cotización del barril de Brent, la materia prima, pero también hay una cotización del producto, que crece a distinto ritmo, mayor en el caso del diésel, que en alguna ocasión ha llegado a estar más alto que la gasolina, y por eso ahora se están viendo precios muy similares entre ambos».
«Los beneficios de las gasolineras no aumentan si aumentan los precios, todo lo contrario: nosotros tenemos una cantidad de céntimos por cada litro y al final el único beneficiado por la subida de los precios, aparte de los productores, entiendo que es el Estado, porque de todos los costes del producto grava un 21% de IVA, con lo cual si cuando el precio estaba a 1,21 sacaba 25 céntimos por litro, cuando está a 2 saca 42».
Oscilaciones de precio
Jorge de Benito, que es también presidente de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (Ceees), reconoció que no es sencillo explicar el porqué de las fluctuaciones en el precio del combustible. «Esto es como la bolsa, un mercado, y en función de la demanda suben y bajan los precios. Los precios se han disparado con la guerra porque se ha entrado en un conflicto internacional en el que están involucrados en distinto grado el primer productor mundial de petróleo, que es EE UU, y el tercero, que es Rusia. Esa situación puede suponer que haya problemas de abastecimiento, y el que los sufre tiene que buscar carburante en otro lugar, con lo que la demanda aumenta y sube el precio. Ahora estamos en un situación más calmada que al principio de la guerra en Ucrania, quizás porque los mercados se han acostumbrado a la situación. El martes han subido los precios, el lunes habían bajado... El mercado sigue estando muy inestable y esas circunstancias afectan de manera muy importante al sector: donde antes se compraba una cisterna por 40.000 euros, en función del día que compres puede costar 50.000 o 55.000. De la misma manera que a un camionero, que tiene mil litros en el depósito, le está siendo muy difícil comprar, a nosotros nos sucede lo mismo: un camión cisterna tiene una capacidad de 33.000 litros de combustible, que es 33 veces lo que carga un camión. Esa horquilla de 10.000 a 15.000 euros es algo que está afectando de manera muy importante en la tesorería de las empresas que lo pueden afrontar, porque también hay quien no puede hacerlo».
El TUS aún no ha recuperado la cifra de viajeros anterior a la pandemia
El descenso de las ventas de combustible en Cantabria no ha supuesto un aumento reseñable del número de usuarios del transporte público, como podría esperarse.
Aunque los precios disparados del combustible parecen disuadir a muchos conductores de acudir a llenar los depósitos de sus vehículos, no parece que hayan llegado a modificar con claridad los hábitos de movilidad de la población, de forma que ni los trenes ni los autobuses registran claros incrementos en la cifra de usuarios. Al menos es lo que se indica desde Renfe, que no ha notado un aumento significativo en el número de viajeros de los trenes durante las últimas semanas.
Hábitos de movilidad
Tampoco en el Servicio Municipal de Transportes Urbanos de Santander (TUS) se han detectado grandes cambios en los usos de la población. De hecho, el presidente del comité de empresa, Vicente Rodríguez, asegura que aún no se ha recuperado el volumen de pasajeros anterior a la pandemia.
«No se puede decir que haya habido un boom, y que la gente haya dejado el coche para subir al autobús. Si partimos del momento en que nos confinaron, cuando los autobuses estaban al 50%, hemos visto que el número de viajeros ha ido aumentando progresivamente, pero no se ha llegado a los números de antes».
«Cada vez se coge más el autobús para los desplazamientos por la ciudad, pero más que a la subida del precio del combustible, lo achaco a que la gente está vacunada, hay menos restricciones y el público ha ido perdiendo el miedo a los contagios. Todo esto supone un lento regreso a la normalidad que aún no se ha producido del todo», señala el representante de los trabajadores del TUS.
«En otros veranos normales, la gente cogía el autobús para ir a la playa y a todas partes, y también para acudir a eventos que estos años no se han celebrado, y todo ello repercute en una disminución de la cifra anual de pasajeros del TUS», añade Rodríguez.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión