El Gobierno ve «inadmisible» que el tren a Bilbao no llegue a Santander y pide explicaciones al Ministerio
La presidenta reclama un frente común de todos los partidos si Puente, que no responde a las llamadas, confirma que la futura línea solo se hará entre Vizcaya y Castro
El lunes por la mañana, durante la firma con el secretario de Estado de Transportes y los alcaldes de la zona del protocolo que ... pone las bases para la llegada de la alta velocidad a Reinosa, la presidenta Buruaga ponía en valor la importancia de un acuerdo a tres bandas, entre tres instituciones de diferente signo político (PP y PSOE), para sacar adelante infraestructuras en favor de los cántabros. Aunque recordaba la lista de compromisos pendientes, la popular hacía un poco habitual elogio de la predisposición de Adif y el Ministerio para avanzar en el proyecto. En ese momento, la jefa del Ejecutivo autonómico aún no conocía la intención del departamento que dirige Óscar Puente de revisar el prometido tren de altas prestaciones entre Santander y Bilbao que adelantó ayer este periódico. Revisarlo a la baja porque, tras analizar la viabilidad económica y técnica, el Gobierno central apunta ahora que dará prioridad al tramo Bilbao-Castro –el que según los cálculos tendría una mayor demanda en número de pasajeros– y que quedará mucho más en el aire la posibilidad de que la nueva línea se prolongue hasta la capital cántabra.
«Esto es muy grave. No es cualquier cosa. Sería un engaño monumental y no es el primero. Llueve sobre mojado. Sería reírse en la cara de todos los cántabros», lamentó ayer una enojadísima Buruaga, que desde primera hora de la mañana, tras leer la noticia, intentó sin éxito ponerse en contacto con el ministro del ramo. Desde el Gobierno de Cantabria, también el consejero de Fomento hizo llamadas a los responsables de Adif y Transportes, pero con el mismo resultado. Y más silencio en la Delegación del Gobierno, donde Pedro Casares tampoco estaba al tanto de los nuevos planes de Madrid. «Yo no me lo quiero creer. Quiero pensar que no es verdad, pero con los antecedentes que tenemos en materia de infraestructuras y el cuajo que tiene Pedro Sánchez, todo es posible», añadía la presidenta.
Buruaga recordaba que ni Puente en el mes de julio, ni su número dos, José Antonio Santano, de visita el lunes en Cantabria, hablaron ni públicamente ni en privado de esta posibilidad. Más bien todo lo contrario. Según interpretan en el Ejecutivo autonómico, ambos suscribieron el compromiso de sus antecesores en el Ministerio de Transportes. Sin ir más lejos, el de la exministra Raquel Sánchez, que en primavera de 2022 presentó el estudio de alternativas del tren y que, meses después, en una entrevista en este periódico, afirmó que el tren a Bilbao «no se quedará en el papel. Ese riesgo no existe, al menos con este Gobierno. Con o sin fondos europeos».
Puente y Santano sí esbozaron una novedad que ahora, con las últimas novedades, cobra más sentido. Afirmaron –primero el ministro– que aquel estudio de viabilidad da un coste mayor al estimado inicialmente y que por eso se había tomado la decisión de comenzar el análisis de cero. Estudiando la viabilidad del tren por tramos (Santander-Laredo-Castro-Bilbao) e incluyendo la creación de una estación en el centro de Castro Urdiales, no fuera del casco urbano como antes. En cualquier caso, ese estudio sería «un fraude, un engaño», si las conclusiones «ya están cocinadas y las decisiones tomadas antes de realizar el estudio».
«Sería un engaño monumental y no es el primero. Sería reírse en la cara de los cántabros»
María José Sáenz de Buruaga
Presidenta de Cantabria
«No nos resignamos a la nada. Y esto sería la nada. Yo no me voy a conformar con un tercio de tren. Ni con la prolongación de un metro hasta Castro Urdiales», subrayó Buruaga, que avanza que su Gobierno ni se callará, ni se resignará. ¿Cuáles serán los siguientes pasos? Además de esperar las explicaciones del Ministerio, si Transportes no confirma que su apuesta es la línea completa hasta Santander, pretende crear un frente común con todos los partidos políticos de la comunidad y convocar la Mesa del Ferrocarril.
El Gobierno vasco no habla
Frente al monumental cabreo de Buruaga, desde el Gobierno vasco ayer no se pronunciaron. Ni para bien, ni para mal. Pese a que durante la etapa de Revilla el exlehendakari Urkullu mostró su apoyo total al proyecto, el verdadero interés de la comunidad vecina está en ese pequeño tramo entre Bilbao y Castro por el importante flujo de personas que hay a diario entre ambos puntos.
Y de paso, si el tren no llega a la capital cántabra, Euskadi se quita competencia: se asegura que las empresas de la región y el Puerto de Santander se quedan sin la comunicación ferroviaria directa a Europa para mercancías, que era casi tan importante como el transporte de pasajeros cuando la comunidad autónoma puso en marcha su reclamación. Porque desde el principio se habló de un tren mixto.
El Gobierno central afirma que el primer estudio no sirve porque los costes se disparan y que hará uno analizando cada tramo
La Delegación del Gobierno en Cantabria no se pronuncia hasta conocer las intenciones reales del Ministerio
«Eso es lo firmado. Es lo que nos han prometido una y otra vez. El tren no tiene sentido si no da salida a las necesidades de nuestro tejido productivo y del Puerto», concluyó Buruaga antes de poner otro argumento sobre la mesa. Más allá de rentabilidad económica, este proyecto es una cuestión «de justicia, igualdad de oportunidades y cohesión territorial. Algo innegociable».
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