Pedro Casares, de 'niño bonito de Lola' a ostentar todo el poder del sanchismo en Cantabria
El nuevo delegado del Gobierno en Cantabria escaló en el PSOE, primero, de la mano de Gorostiaga y Agudo y, después, por su cercanía a Pedro Sánchez
Pedro Casares perteneció a la generación de jóvenes socialistas cántabros que, la noche del batacazo electoral de mayo de 2011, se arrodilló en las escaleras ... de la antigua sede del PSOE de Bonifaz para hacer reverencias a Lola Gorostiaga y corear su nombre. 'Los niños de Lola', los llamaban. Era la camada de los Raúl Gil, Ruth Carrasco, Antonio Bezanilla, Eugenia Gómez de Diego y también Pedro Casares. A todos ellos les prometieron que serían el futuro del partido, pero solo uno se lo ha quedado en propiedad. Entre aquel prometedor estudiante de Económicas y el hombre que ahora monopoliza el poder socialista en Cantabria –desde la Secretaría General del PSOE hasta la Delegación del Gobierno– hay una carrera política muy protegida y ligada a Pedro Sánchez desde muy pronto.
«Siempre ha sabido estar en el momento adecuado y en el sitio preciso. Su trayectoria ha sido un camino de rosas, no de espinas», destacan los que le conocen bien. No en vano, es de sobra conocido en el PSOE que Casares era el 'futurible favorito' del aparato del PSOE durante aquel primer bipartito con el PRC. Mientras que Gorostiaga le llevó de la mano en el partido, su consejero de Economía, Ángel Agudo, le apadrinó en la Universidad de Cantabria, donde empezó a dar clases muy pronto hasta convertirse, actualmente, en profesor del área de Fundamentos de Análisis Económico.
Mientras tanto, fue escalando en sus primeros cargos orgánicos en el partido como secretario general de Juventudes Socialistas de Santander entre 2003 y 2010. Pero el año clave de su carrera política fue el 2014. Ya con Eva Díaz Tezanos al frente del PSOE cántabro, y con Casares integrado en su Ejecutiva, se decidió que él sería el elegido para enfrentarse con Íñigo de la Serna por la Alcaldía de Santander en las elecciones de 2015. Además de convertirle en secretario general de Santander, la dirección del partido puso en marcha una campaña de promoción muy fuerte para darle visibilidad. Y como parte de ello le encargaron organizar la campaña de un todavía desconocido Pedro Sánchez, que se enfrentaba a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. Fue el comienzo de una relación entre ambos que se ha mantenido durante una década, y que a Casares le ha dado mucho margen de maniobra para actuar en Cantabria.
La toma de posesión, este lunes
El nuevo delegado del Gobierno en Cantabria, Pedro Casares, tomará posesión oficial del cargo el próximo lunes, 4 de agosto, en un acto presidido por el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, con el que ha trabajado en el Congreso de los Diputados cuando era portavoz del PSOE en materia económica.
Sus resultados electorales en Santander, en 2015 y 2019, mejoraron pero no fueron los esperados, algo que sus críticos siempre le echan en cara. Pese a ello, a Casares no le sentó nada bien quedarse fuera de la lista a las elecciones generales de 2015. Aspiraba a sentarse en el Congreso, pero la dirección regional impuso a la exalcaldesa de Santoña Puerto Gallego.
Y llegó el 2017. Con los ecos de los enfrentamientos de Madrid entre Sánchez, Susana Díaz y Patxi López, en Cantabria también se cocinó un cambio drástico. Con Eva Díaz Tezanos de vicepresidenta en el Gobierno, Casares tomó la decisión de presentar una alternativa contra los que, hasta ese momento, le habían aupado en su carrera. Pero no se puso al frente, dejó a su entonces amigo Pablo Zuloaga que lo hiciera. La réplica de aquel terremoto ha durado hasta hace muy poco, cuando Casares se reconcilió con aquel PSOE histórico que salió trasquilado de la etapa zuloaguista.
El colofón
Dos años después, en 2019, después de tocar la Alcaldía de Santander con la yema de los dedos –hasta que Ciudadanos decidió firmar con el PP y reventar un tripartito con PSOE y PRC–, Casares sí logró ese ansiado escaño de diputado en el Congreso, que ha mantenido hasta que ahora ha sido nombrado nuevo delegado del Gobierno. Precisamente, sus críticos también le recriminan que dejara la portavocía municipal cuando se quedó sin opciones de ser regidor para ir a Madrid.
Tras seis años allí, el colofón a este periplo político le ha llegado este año con su nombramiento como secretario general del PSOE cántabro –tras vencer a Zuloaga en las primarias– y su llegada a la Delegación del Gobierno. Dos pasos previos al examen definitivo al que se enfrentará dentro de dos años: las elecciones autonómicas. La renuncia al acta de diputado en el Congreso y su llegada de Delegación parecen confirmar su decisión, todavía no oficial, de enfrentarse en las urnas a María José Sáenz de Buruaga (PP), Paula Fernández (PRC) y al candidato de Vox por la Presidencia de Cantabria dentro de dos años. Hasta ahora, solo lo había dejado intuir.
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