Pistas sobre la evolución de Ómicron

La aparición de Ómicron, detectada en noviembre en Sudáfrica y Botsuana, causó una conmoción mundial por su alta contagiosidad. Más transmisible pero menos grave, el perfil de Ómicron se concreta poco a poco. La cepa provocó hace unas semanas una explosión de casos en Sudáfrica, pero la tendencia ha cambiado y ahora están cayendo en picado. El país alcanzó un máximo de 37.000 casos nuevos el 12 de diciembre, pero las cifras comenzaron a desplomarse hasta los 5.000 que registra de media actualmente. Según se ha observado allí, la nueva ola ha sumado muchas más infecciones, pero menos hospitalizaciones y muertes, aunque las características de su población, con una media de edad mucho menor que la de cualquier Estado europeo, frena el optimismo.

La cifras de contagios en el Reino Unido siguen alcanzando nuevos máximos de día en día: fueron casi 130.000 el pasado día 29. Aunque es evidente que Ómicron está originando menos casos graves que Delta, sí que está provocando «problemas reales» por la saturación en los hospitales, según reconoció el primer ministro, Boris Johnson.

El objetivo que se han marcado los responsables sanitarios del país es administrar cuanto antes nuevas dosis de refuerzo de la vacuna, ya que, como ha declarado Johnson, «la gran mayoría de las personas que actualmente terminan en la unidad de cuidados intensivos en nuestros hospitales corresponde a las que no han recibido el refuerzo».

La constatación de que las infecciones por Ómicron resultan más leves que las de otras variantes ha llevado al Gobierno estadounidense a cambiar sus recomendaciones para reducir los tiempos de aislamiento de asintomáticos en caso de contagio, que pasan de diez a cinco días.

El plantel de expertos de los Centros de Control de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) ha explicado el cambio por la demostración científica de que la mayoría de los contagios se producen al inicio de la enfermedad, en el primer y segundo día de aparición de los síntomas y dos o tres días después.

EE UU registró una media de 203.000 casos diarios en la semana del 19 al 26 de diciembre, y se prevé que aún pueda alcanzar máximos de más de un millón de nuevos positivos por día.

Dinamarca es en este momento el país del mundo con más nuevos casos en relación a su población: este miércoles pulverizó su récord absoluto al registrar 23.228 nuevas infecciones en 24 horas. La incidencia danesa significa que más de uno de cada 60 habitantes dio positivo la semana pasada. Afortunadamente, ni los ingresos ni las muertes están creciendo al mismo ritmo.

Ómicron supone ya el 80% de las infecciones diagnosticadas en el país, un porcentaje que se prevé seguirá aumentando, mientras las autoridades confían en llegar al pico de la ola a mediados de enero.

Francia teme que la variante Ómicron del coronavirus desborde los hospitales y por eso toma medidas para aumentar el porcentaje de vacunados: el Gobierno ha aprobado restringir el acceso a lugares públicos como bares, restaurantes, ferias de negocios o acontecimientos deportivos a quienes no se hayan inmunizado. Si el Parlamento la aprueba, la norma entrará en vigor el 15 de enero. La vacunación solo será válida durante tres meses, cuando habrá que inyectarse una nueva pauta. Además, solo 2.000 personas podrán participar en celebraciones y reuniones en sitios cerrados, 5.000 en caso de que sean al aire libre.

Se calcula que actualmente en Italia hay unos 2,5 millones de personas inmovilizadas en sus domicilios, lo que da idea de lo extendida que está la variante Ómicron por todo el país. El incremento imparable de casos está afectando incluso a las comunicaciones, pues la falta de personal por las bajas está provocando cancelaciones de trayectos ferroviarios programados. Mientras, el sistema sanitario no da abasto para realizar todos los test necesarios y en algunos lugares ha pedido ayuda al Ejército.