El respiro familiar de los cuidadores, un recurso «poco solicitado» en Cantabria
El Icass ofrece el servicio de atención residencial temporal a personas en situación de dependencia o enfermedad para dar un descanso al cuidador
El servicio de atención residencial temporal (Saad), también conocido popularmente como estancias respiro, sigue siendo un gran desconocido para los cántabros. O al menos así ... lo demuestran las solicitudes recibidas por el Instituto Cántabro de Servicios Sociales (Icass).
Este programa tiene como objetivo ofrecer atención integral en todas las necesidades de la vida diaria a personas en situación de dependencia o enfermedad, de manera temporal, como medida de respiro y descanso para los cuidadores no profesionales -normalmente familiares-, que encarnan una figura clave pero a menudo invisibilizada, que soportan una gran carga física y emocional durante todo el año.
Mientras que en comunidades autónomas vecinas la demanda de este servicio crece, sobre todo en verano, en Cantabria solamente se recibieron 67 peticiones durante el pasado año. Eso sí, todas atendidas en su totalidad. En este 2025, a 31 de julio había cursadas 47 peticiones, resueltas favorablemente todas ellas.
El dato
67 solicitudes
recibió y atendió el Icass durante el pasado año
Para acceder al servicio de respiro tiene derecho cualquier persona que tenga reconocido el grado de dependencia -II o III-, independientemente de si ya recibe otra ayuda. La única excepción es si la persona cuenta ya con el recurso residencial. Aunque el Icass no dispone de plazas designadas como estancias respiro, la gestión de peticiones se realizan a través de las plazas que quedan vacantes en residencias para permanentes.
En cuanto al periodo mínimo que se puede solicitar de este servicio se sitúa en los diez días. Aunque desde el propio Icass señalan que lo más habitual en las instancias es la concesión de un mes. Asimismo, se puede extender hasta un máximo de 45 días al año. La solicitud se debe hacer con quince días de antelación. Y es a partir de ahí, cuando el propio organismo de servicios sociales llama con diez días de antelación para su asignación y, si llegase el caso, atiende de manera inmediata las urgencias. Las estancias implican una participación económica de la persona usuaria en el coste total del servicio.
Para que este programa tenga mayor visibilidad, se realizan labores de difusión en las visitas domiciliarias periódicas que lleva a cabo la Fundación Cántabra Salud y Bienestar Social, a través de un encargo a medio propio que tiene suscrito con el Icass. En las citas, se informa a cualquier persona con grado II o III de dependencia reconocido, que tiene derecho a disfrutar de una estancia temporal en centro residencial, como medida de desahogo para su cuidador. Asimismo, a través del trabajador social de referencia y la página web se puede resolver cualquier tipo de duda que surja al respecto.
El periodo mínimo que se puede solicitar es de diez días, aunque se puede extender hasta 45 días
En el ámbito de iniciativa privada regional, en el caso del Grupo Calidad en Dependencia, las peticiones temporales están muy «poco solicitadas». «En nuestras residencias, que son cinco, hemos podido registrar a lo largo de este año dos solicitudes en una de ellas y una, en otras dos. Es un servicio muy puntual», detalla Gema Díaz, gerente en la organización. «Luego también depende que tengamos plazas disponibles».
Agotamiento emocional
Pese a que en Cantabria no se ve reflejado ese incremento de estancias temporales para personas mayores y dependientes. Según datos de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (Aeste), una cuarta parte de estas estancias se solicitan como medida de respiro para los cuidadores no profesionales.
Desde el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), el 72 % de las personas que cuidan de forma no remunerada a familiares mayores o dependientes sufren síntomas de agotamiento emocional. «Cuidar bien implica también descansar. Las estancias temporales permiten aliviar la presión que sufren los cuidadores y asegurar que la persona dependiente continúe recibiendo cuidados de calidad», subrayan desde Aeste.
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