Ver 24 fotos
Docentes y Consejería alejan sus posturas tras otra jornada de huelga y manifestación
Más de 5.000 personas recorrieron las calles del centro de Santander durante la tarde | La Consejería cifró el seguimiento del paro en un 36,8% y los sindicatos, en un 52,8%
Si algo quedó claro a última hora del jueves es que las posturas de la Consejería de Educación y de los convocantes de la huelga ... en el sector de estos dos últimos días, lejos de acercarse, están cada una en una punta. Se alejaron aún más las cifras de seguimiento de los paros de unos y otros en el segundo día. También las visiones sobre el éxito o no de la convocatoria o las versiones de lo sucedido en la mesa de negociación. Como ir al cine y que dos personas en la misma sala hayan visto una película distinta. Eso se pudo constatar con las declaraciones y los datos cruzados durante la mañana. Pero quedó más claro que el agua con la manifestación de la tarde. Algo más de 5.000 personas (5.500 según los convocantes y 4.500 según Delegación de Gobierno –hagan la media–) recorrieron y atronaron el centro de Santander. Con un mensaje final con pinta de alargar este tira y afloja. De seguir así las cosas –advirtieron los docentes al cerrar la marcha–, «el conflicto se agudizará, no tenemos miedo».
Vamos con las contradicciones. Seguimiento de la jornada de huelga en el profesorado. Para los convocantes, un 52,8%. Para la Consejería, 36,8% (a mediodía dijeron un 34,5%, pero al cierre de la jornada ampliaron el porcentaje ligeramente). Valoraciones. Lo que para el profesorado es un «respaldo mayoritario del colectivo docente a las reivindicaciones salariales y laborales» y una «movilización histórica», para el consejero Sergio Silva fue una respuesta «más baja» que en la primera huelga de la legislatura por los mismos motivos (aunque dijo que hay que tomar nota de lo sucedido). Y más. Tampoco las visiones sobre la intención de negociar coinciden. Silva insiste en que está abierto a seguir negociando, pero en la manifestación de la tarde, por esto, más de uno le llamó «mentiroso». Sobre todo difieren en si el consejero se levantó o no de la mesa y en si hubo intento de volver a sentarse «in extremis». Los sindicatos dicen que sí, que se levantó, y que ellos no recibieron llamadas. Y Silva, justo lo contrario.
Hasta las agendas colocaron a las partes en las antípodas. De los paros y la protesta de unos, a la visita de Silva durante la mañana al colegio concertado La Inmaculada, en Arnuero, y a la participación en la entrega de los premios del concurso escolar 'Imagina Tu Empresa' de Acefam.
Estas cosas, claro, no pasaron desapercibidas en la manifestación de la tarde. «¿Alguno tiene una llamada perdida de Silva?», bromeaban por la megafonía antes de arrancar la marcha bajo un calor de justicia. «Hoy vamos a sudar la camiseta (verdes casi todas)», comentaban en un corrillo en el Río de la Pila algunos de los primeros en llegar. Entre repartos de silbatos, de folletos, pegadas de carteles... «Que el consejero de Educación deje de hacer demagogia y atentar con sus declaraciones al colectivo docente. La gente que está aquí hoy está movida unos por la adecuación retributiva, otros por la pérdida de plantilla jurídica, otros por el cierre de colegios públicos como El Pedregal de Castro Urdiales, por el aumento de los conciertos educativos, porque no se sienta a negociar el acuerdo de mayores de 55 años y porque, además, ante una falta absoluta de democracia, quiere modificar unilateralmente el 'quorum' del Consejo Escolar de Cantabria para que sus decisiones salgan respaldadas por la administración», reflejaban, entre otras declaraciones, los portavoces de las distintas plataformas convocantes.
Lo primero fue un corrillo en la rotonda del Río de la Pila. Allí estaban Pedro Casares (PSOE) y Paula Fernández (PRC), acompañados de distintos compañeros de sus partidos. Escucharon el «Buruaga paga, paga, paga» que se repitió en numerosas ocasiones y también una aclaración antes de emprender la marcha. Los manifestantes expresaron que se había coartado su derecho a huelga porque estaba convocada la semana pasada y les dijeron que estaba fuera de plazo. Y aseguraron que se habían impuesto unos servicios mínimos «abusivos».
«De norte a sur, de Castro a Potes, de este a oeste, la lucha sigue cueste lo que cueste», cantaron justo antes de arrancar para agradecer la presencia de representantes de muy distintos puntos del mapa regional. En la pancarta que abría –una entre las decenas que se pudieron ver– habían escrito: 'Recuperar el poder adquisitivo' y '#EsAhora'.
De Marcelino Sanz de Sautuola a Daoiz y Velarde entre gritos de «consejero, ¿dónde está el dinero?», «más inversión para educación» o «mientes, mientes, mientes a todos los docentes».
Y así hasta Peña Herbosa. Primera parada. Ante la sede del Gobierno regional reclamaron «una pitada para Buruaga» y el ruido fue ensordecedor. Los que llevaban el micrófono –la paliza que se dieron fue épica– explicaron que la reivindicación no era sólo salarial. «Es una lucha por nuestra dignidad como trabajadores y trabajadoras. Es una lucha por la educación pública». Y vuelta a la marcha de camino a Puertochico. Aquí, ya con unos metros de recorrido completado, unos y otros empezaron
a concretar datos. Los sindicatos celebraron la cifra de 5.500 asistentes por superar la de la manifestación anterior, hace menos de dos meses. Mientras, poco después, desde Delegación de Gobierno –había Policía Nacional y también Local, aunque no hubo ningún tipo de incidente– estimaron que la cifra era de unos 4.500.
Avance por el Paseo de Pereda, sentada en mitad de la carretera, más consignas... A eso de las siete (la convocatoria arrancó a las cinco y media), los primeros se colocaron en las escaleras del edificio de Correos. Allí se pudieron ver muchas de las pancartas que habían preparado. Desde una que señalaba que «hoy la clase» era «en la calle» y el tema «es dignidad» hasta las muchas en defensa de la «educación pública».
El manifiesto
Allí tocó escuchar. El manifiesto lo leyeron entre muchos. La primera en hablar fue Rus Trueba, presidenta de la Junta de Personal Docente. Pero luego le siguieron otros representantes. «La huelga ha sido un éxito rotundo», dijeron. Una respuesta con «dignidad, fuerza y unidad» ante un Gobierno que «no escucha».
«Esto no va sólo de salarios, va de respeto, de dignidad y de futuro educativo». Hablaron de la campaña '#EsAhora', prolongada en el tiempo. Con asambleas, encierros, acciones en redes… «Esta manifestación es histórica para los docentes», insistieron. La campaña, explicaron, no nace de la improvisación. «Lo hecho es sólo el principio. El consejero de Educación no puede seguir escondido ni insultando al profesorado». Reivindicaron mejoras salariales «reales», una administración que «respete a su profesorado» y exigieron un «modelo educativo público de calidad», con inversión, medios y recursos humanos. «Exigimos respeto».
Y ahí, para terminar, lanzaron su advertencia. «No vamos a parar hasta que se escuchen nuestras demandas». De seguir así las cosas, anunciaron, «el conflicto se agudizará». «No tenemos miedo».
«Luego diréis que somos cinco o seis»
Fue una de las anécdotas de la manifestación. Pasado Puertochico, la cabeza de la marcha enfiló el Paseo de Pereda. Al llegar a la intersección con la calle Gándara, los que iban delante pudieron ver a los que todavía estaban por Peña Herbosa. La cola era larga y el paso para los más retrasados, más lento. Así que se pararon y empezaron a cantar: «luego diréis que somos cinco o seis». Y no fue la única parada por este motivo, porque se repitió al llegar al siguiente cruce. En Lope de Vega, exactamente lo mismo. Otro parón y el mismo grito al volver a verse.
Si va de anécdotas, otra poco después. Ya faltaban pocos metros para llegar hasta las escaleras de Correos (era el destino final del recorrido), pero antes, en el Paseo, por megafonía invitaron a hacer una sentada. Otra vez ironía. «Una sentada por la educación para enseñarle al consejero cómo hay que sentarse a una mesa a negociar», vocearon entonces.
Todo, entre las mesas de las terrazas llenas y gente repartiéndose entre las cañas y los helados por las aceras. Más de uno sacó el móvil para grabar el paso de la marea verde. Y a algunos de ellos les entregaron un curioso folleto. Bajo el título 'Adecuación retributiva' colocaban 240 euros junto a un símbolo en representación de la Junta de Personal Docente. A su lado, el escudo de Cantabria. Para ver la propuesta del Gobierno regional había que rascar (un rasca y gana). Debajo, el emoticono de la 'caca'. «O sea, una mierda», explicaban.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión