Tres pacientes recibieron la eutanasia en Cantabria en 2024 y cuatro murieron en la tramitación
El balance recoge trece peticiones el año pasado, de las cuales dos se revocaron por el propio solicitante y otras cuatro fueron denegadas por no cumplir los requisitos
Solo tres de las solicitudes de eutanasia tramitadas en 2024 en Cantabria culminaron con el final deseado por los pacientes: una muerte dulce, natural, digna ... y en calma. La cifra es la misma que el ejercicio anterior, aunque las peticiones fueron menos –de 19 de 2023 a 13 el año pasado, nueve iniciadas desde la Gerencia de Atención Primaria y cuatro desde Valdecilla–. Desde que se aprobó la ley de la eutanasia, en 2021, el mayor número de procedimientos se realizaron el ejercicio siguiente, con seis de las 18 solicitudes gestionadas (cuatro en domicilio, una en una residencia privada y otra en el hospital). El balance anual de la Comisión de Garantía y Evaluación sobre la aplicación de la norma, órgano administrativo encargado de verificar el proceso y de autorizar la ayuda a morir, revela que cuatro de los pacientes que iniciaron la tramitación en 2024 fallecieron antes de llegar a recibir la prestación –tres no llegaron al paso de la verificación previa por la Comisión, mientras el cuarto contaba ya con dictamen favorable–.
Como mínimo, desde que se presenta la primera solicitud (y hay que confirmarla una segunda vez) hasta que se concede la prestación transcurre un periodo de «al menos 40-45 días», detalla el informe de la Consejería. Y puesto que la petición se suele emprender «cuando su enfermedad se encuentra en un estado muy avanzado», eso explica que «un porcentaje muy alto de casos fallezca» antes de ver cumplido su deseo. Del resto de casos, cuatro fueron rechazados al considerarse que no cumplían con los requisitos establecidos. Todos reclamaron la negativa ante la Comisión de Garantía, que confirmó la decisión.
Las solicitudes
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Aceptadas De las trece solicitudes registradas en 2024, solo tres se completaron y recibieron la prestación de ayuda a morir.
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Fallecimientos Cuatro de los solicitantes murieron antes de finalizar el procedimiento y la tramitación de la eutanasia.
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Denegadas Otros cuatro casos fueron rechazados al establecer la comisión de garantías que no cumplían los requisitos.
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Revocación Dos de las peticiones fueron canceladas por los pacientes, una de ellas antes de la segunda solicitud.
En este sentido, la ley especifica que, además de ser conscientes a la hora de formular su solicitud –de los trece casos registrados, uno ya no estaba en pleno uso de sus facultades, aunque lo dejó suscrito previamente en el documento de voluntades previas–, deben estar en situación de padecimiento grave, crónico e imposibilitante o sufrir una enfermedad grave e incurable, con un sufrimiento insoportable y que no tenga alivio posible. En concreto, el informe detalla que siete de las personas que pidieron la eutanasia sufrían cáncer (el 53%), que dos presentaban una enfermedad neurológica; otras dos, psiquiátrica; y los dos restantes eran pluripatológicos.
Hubo dos personas que cambiaron de idea en mitad del proceso. Uno de ellos no llegó a presentar la solicitud de ratificación. El otro sí había dado ese paso, aunque al final lo revocó. Así las cosas, fueron tres las prestaciones completadas en Cantabria, todas mediante administración de la medicación vía endovenosa por parte del equipo asistencial. Una se desarrolló en el propio domicilio del paciente, otro en una residencia de mayores y la tercera en Valdecilla. El balance elaborado por la Comisión analiza también perfil de los solicitantes, entre los que había seis mujeres y siete hombres, dos de ellos de 30 a 49 años, cinco de 50 a 69 y otros seis mayores de 70.
Objeciones
En 2024, se tramitaron veinte solicitudes de sanitarios para su inscripción en el Registro de objetores de conciencia de Cantabria a realizar la prestación de ayuda para morir (Repsocan): 18 médicos y dos profesionales de enfermería. En total, a fecha de 31 de diciembre de 2024, había 290 inscritos (260 facultativos –cuatro ejercen exclusivamente en la sanidad privada– y 30 enfermeras).
La Comisión de Garantía y Evaluación de Cantabria la integran cinco facultativos –un intensivista, un oncólogo, un psiquiatra y dos médicos de familia (uno de ellos de la unidad de Cuidados Paliativos), tres enfermeros –dos de Atención Primaria y uno de Cuidados Paliativos–, una psicóloga, dos juristas y una farmacéutica que actúa como secretaria, aunque en la segunda mitad del año se produjeron dos bajas.
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