Turismo espacial o terrenal

Y entre tantas cifras, una de las más llamativas es que se triplicará en 2019 el número de cruceros turísticos que llegarán al puerto de Santander, con 24 por el momento y la previsión de cerrar el año con cincuenta. Para contextualizar, basta observar que en 2015 vinieron siete y en 2016, uno menos.

Los resultados son positivos, pero no hay que olvidar que se partía de los peores datos de la historia a consecuencia de la crisis económica, que dejó tiritando a la hostelería, con la caída del 45% de sus ingresos respecto al periodo 2007-2013 y un reguero de cierres de negocios.

El turismo es un sector estratégico en Cantabria que representa un 10,9% del PIB y el 11,4% del empleo. Por tanto, aún le queda «mucho recorrido», según destacó el pasado abril la Cámara de Comercio de Cantabria. Superada la crisis financiera y con este viento a favor de los indicadores turísticos, la comunidad parece que sigue fallando en dos asignaturas: la desestacionalización y la diversidad de oferta.

Así lo advierte el informe anual de la patronal turística Exceltur, que suspendió a la región en su comportamiento turístico del pasado año. Ellos ponen el énfasis en resolver «su problema de estacionalidad» y también en superar la «baja diversificación de la oferta y valorar la labor promocional».

Desde diferentes ámbitos de hostelería se reclaman «nuevas ofertas sencillas, cercanas, como la visita a una granja o a una fábrica de cervezas, turismo de experiencias para un público familiar». Creen que estas peticiones están algo lejos de la propuesta estrella del Gobierno regional presentada en Fitur: Astroland, una empresa que recrea Marte en una cueva de Arredondo.

En la feria de turismo más importante a nivel nacional, la Consejería de Turismo apostó por salirse de los cauces ordinarios y arriesgar con un ocio alternativo y futurista. La idea busca, precisamente, compensar las asignaturas pendientes: desestacionalizar el turismo y la diversificación, pero no es para un turismo de masas, ya que requiere un desembolso de 10.000 euros por parte del cliente y 90 días de preparación previa para esta experiencia casi espacial (un proyecto avalado por el Banco Santander).

El Gobierno defiende que se trataba de «dar un golpe de efecto», y que «lo que ha marcado la diferencia esta legislatura ha sido la inversión de ocho millones desde la Dirección General de Turismo para obras de infraestructuras turísticas, menores y algunas mayores, en los ayuntamientos», destaca la directora general, Eva Bartolomé. Además de un millón de euros más en transferencias para Cantur para promoción, terminar los cañones y mejorar el aparcamiento de Fuente Dé. «Si queremos que vengan más turistas hay que invertir en mantenimiento, que faltaba. Hemos acondicionado albergues, cascos históricos, un mirador en Comillas, el entorno del Palacio de Sobrellano, un abrevadero, un censo de albergues, toda la señalización del Camino de Santiago...».

«A lo largo de cuatro años se han invertido ocho millones desde la Dirección de Turismo, que nunca antes se había hecho», destaca. El Gobierno, explica, ha realizado una media de 49 obras en infraestructuras en los Ayuntamientos por año desde 2016.

Por otro lado, destacó de la gestión llevada a cabo que «ha mejorado en cuatro puntos la estacionalidad» y que se ha «conseguido alargar la temporada con propuestas de turismo gastronómico, turismo ideomático, Ecoturismo...».

El presidente de la Asociación de Hostelería, Ángel Cuevas, opta por dos soluciones para mejorar los datos: «Más chiringuitos en las playas para atender al turista» y «permitir poner más terrazas a los establecimientos de hostelería». Cuevas resaltó que la peculiaridad del turista cántabro es que «el 20% del que viene una vez, repite hasta diez veces más». «Esto significa que la región gusta, pero también requiere de nosotros un esfuerzo por seguir sorprendiéndole en cada visita, con pequeñas cosas, sencillas y un turismo de experiencias». En cambio, el presidente de la Asociación de Turismo Rural, Jesús Blanco, demanda «un recurso potente para la zona oriental de Cantabria, que sirva de alternativa a la lluvia y enfocado a nuestro público, que son las familias». Blanco señala que «es necesario buscar mayor equilibrio en la distribución de los recursos turísticos en la región». «Está claro que Cabárceno es un gran motor, pero está muy localizado en una zona».

Entre lo destacado de este periodo, la región puede sacar pecho ante el honor de formar parte de la famosa guía Lonely Planet, que el año pasado resaltó a Cantabria como «el segundo destino más interesante para visitar en Europa» y este año ha publicado un ejemplar en exclusiva de esta verde tierra de costa abrupta, desconocida muchas veces al quedar perdida entre la fuerza promocional del País Vasco y Asturias.

No se pueden pasar por alto las cifras alcanzadas en el turismo enfocado en el surf, que desestacionaliza el sector. El surf generó 4,2 millones de euros en Ribamontán al Mar durante 2017 y en toda Cantabria, unos 13,6 millones de euros, 414 empleos directos y 45.000 turistas, según el balance de impacto económico de Ribamontán al Mar.

Otro acontecimiento de la pasada legislatura fue la organización del Año Jubilar Lebaniego, que consiguió, por ejemplo, la visita de los reyes de España. Se cumplió el primer objetivo del Gobierno, que era superar el millón de peregrinos, aunque también se escucharon numerosas voces críticas y actos como el concierto de Enrique Iglesias dejaron un mal sabor de boca.

El turismo rural sufrió una caída de 13.000 reservas en el último año respecto al anterior. El sector denuncia «la competencia desleal» de propietarios de apartamentos «ilegales» exentos de cumplir la normativa y de pagar los impuestos que a ellos se les exige. El Gobierno regional ya ha presentado el borrador al Consejo de Estado para regular los pisos vacacionales, con el objetivo de «potenciar las sanciones a las plataformas que comercializan estas casas y pisos ilegales», para promover que «toda la oferta que anuncien esté regulada y pague sus impuestos».