«Ahora es más difícil encontrar lectores fuera del género negro»
A punto de publicar una nueva entrega de la saga de Petra Delicado, su autora hablará este martes en La Magdalena (UIMP) sobre su trayectoria Alicia Giménez Bartlett Escritora
ROSA M. RUIZ
SANTANDER.
Martes, 22 de agosto 2017, 07:09
Petra Delicado, el personaje creado por Alicia Giménez Bartlett marcó una antes y un después, en la novela negra de este país pues era la ... primera vez que el protagonismo recaía en una mujer investigadora. Diez entregas después la escritora recupera a la inspectora de policía en un libro que verá la luz en octubre con el título de 'Mi querido asesino en serie'. De esta obra; de sus premios Planetas y Nadal; del boom de autoras de novela negra y de otros temas relacionados con su trayectoria, l hablará esta tarde, a partir de las 19.00 horas, en una nueva cita de los 'Martes literarios' que patrocina El Diario, en el marco de la UIMP.
-Volvemos a encontrar con Petra Delicado ¿Ha cambiado mucho desde la última novela?.
-No. Nos vamos a encontrar a la misma Petra de siempre, aunque tal vez más reafirmada en sus postulados, en su manera de ser y en su humor. Pero sigue siendo muy fiel así misma. Ya llevaba cuatro años sin escribir sobre ella y me ha sido grato reencontrarme con el personaje.
-A los seguidores les sorprendió que en 2015 le concedieran en Premio Planeta por una novela alejada del género negro.
-Lo raro es que me la hubieran dado por una de Petra porque se supone que hay que conservar el anonimato para presentarse y todo el mundo sabe que yo soy la autora. Así que me resultó muy grato ganarlo porque siempre es más difícil encontrar lectores fuera del género negro ahora que se ha puesto tan de moda.
-En España ahora hay muchas más autoras de novela negra y más protagonistas femeninas. ¿Sigue todas estas obras?
-Sí y estoy encantada de que haya muchos más personajes femeninos que antes, porque cuando empecé con Petra era la única y me decían que era la mejor escritora de novela negra de España, pero claro, como no iba a serlo si no tenía competencia. Estaba María Antonia Oliver que escribía en catalán y que ya había dejado el género negro, así que yo me sentía un poco aislada y además veía que en otros países había muchas mujeres que estaban haciendo novela exitosamente. Creo que ahora hay una generación muy fuerte y muy potente y estoy encantada.
-¿Y de esa nueva generación tiene alguna saga favorita?
-Favorita no. Voy leyendo todo e informándome, pero también de lo que escriben los autores varones y creo que estamos a una escala buenísima. Al principio todo esto de la novela negra parecía un poco anecdótico y se nos decía que en España no existía tradición, pero ahora se ha visto que hay una corriente muy potente y que encuentra lectores siempre, lo cual es fantástico.
-¿Ha cambiado mucho desde que ganó el Planeta?
-No, porque he regresado a lo mismo de siempre. Sigo escribiendo más o menos como antes.
-El Planeta incluye un año de promoción por toda España. ¿Cómo vivió esa experiencia?
-Fatal. Se me hizo largo. Primero fueron dos meses con periodistas y después ya con eventos concretos y reuniones con lectores, después ferias del libro... Fue casi un año sin trabajar viajando cada semana y yo no soy muy amiga de los viajes, ni profesionales ni personales, así que acabé muy cansada. Pero esa es mi experiencia, tengo colegas que les encanta y se desenvuelven muy bien en esas circunstancias porque así se liberan de la rutina de escribir que es un trabajo muy solitario.
-Todos los autores aseguran que escribir es un trabajo muy solitario.
-Es solitario e ingrato. Es un examen continuo frente a tí mismo porque tienes que demostrarte que puedes seguir haciéndolo. Surgen momentos de inseguridad y también de euforia que tienes que poner en cuarentena. No tienes jefes y a veces tener jefes y colegas es bueno.
-Sin embargo, no se plantean cambiar de oficio. Usted tiene una carrera muy larga y consolidada.
-Pues sí. Ya soy bastante vieja. Tengo 66 años. Empecé a vivir de la literatura en el año 92 y me he adaptado bien a la soledad, aun así cuando llegan Navidades, por ejemplo, me da un poco envidia ver a la gente que se reúne en un restaurante para celebrar una comida o una cena de empresa y recordar anécdotas del trabajo. Me parece que es una forma de relativizar su profesión y una oportunidad para reírse o protestar que los escritores no tenemos.
-¿Era más fácil publicar en los 90?
-Yo tuve suerte. Empecé con Carmen Balcells como agente que me llevo por buen camino y no tuve dificultades. Ahora hay más posibilidad de publicar. Hay más agentes y se han multiplicado las pequeñas editoriales que hacen más caso a los principiantes, pero mantenerse es mucho más difícil porque estamos en la terrible tesitura de las ventas, que a veces se convierten en una tiranía.
-¿Le influyen las redes sociales?
-Yo no estoy en ninguna, porque no quiero estar en contacto con gente que no conozco. Creo que un escritor tiene un deseo de comunicación que traduce en sus libros y ahí acaba esa necesidad. Esa exposición con la gente y esa búsqueda de conversaciones o amistades no me parece grato para un escritor.
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