Las donaciones, tras sumar dos nuevos fondos, se convierten en el eje de ampliación del MAS
De las 1.466 piezas artísticas incorporadas en el último cuarto de siglo, más del 70 % ha sido por esta vía, muchas veces propuestas de foma espontánea, otras a iniciativa del Museo
El dato es revelador. De las 1.466 piezas artísticas incorporadas en el último cuarto de siglo al Museo de Arte de Santander, más del 70 % ha sido por la vía de la donación, muchas veces a propuestas surgidas de manera espontánea, y en otras ocasiones a propuesta del MAS y bajo su tutelaje. La evolución de los fondos demuestra que si en 1990 el número de obras de arte en propiedad del MAS era de 850 piezas, hoy la cifra asciende a 2.316 obras artísticas. El importante peso de las donaciones, a juicio de los gestores municipales, «define perfecta y fielmente al ciudadano de Santander y Cantabria en primer lugar, del resto de España después; es decir, lo que define a la comunidad a la que sirve el MAS como servicio público que es».
Se trabaja en la edición del inventario completo de la colección y en la selección de las 111 mejores piezas
Una de las líneas principales de trabajo del Museo ha sido siempre la de las donaciones. Las propicia, las estudia y las informa a la Comisión Asesora. Las que reciben informe favorable se elevan a la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Santander para su aprobación. Una vez aceptadas, el MAS las recibe, dándolas de alta en el registro y en su inventario. Muchas de ellas son producto de trabajos de exposiciones realizadas en el museo o de investigaciones científicas habituales del propio museo, entre otras variantes.
Además de las donaciones, las otras vías de ampliación de fondos han sido las adquisiciones, cesiones, daciones, abintestatos testamentarios (procedimiento judicial de herencia), entre otras modalidades.
El MAS, que atraviesa un periodo delicado de transición hacia un futuro que se antoja importante y definitivo para su identidad, pero también lejano, reunió esta semana a su Comisión Asesora. El mayor peso de su acción y proyección actual, con su sede pendiente de reforma tras el incendio acontecido hace ahora un año, se centra en afrontar una agenda expositiva conjuntamente con la Fundación Caja Cantabria que alberga los fondos del museo de sus instalaciones del Casyc, junto a su propia Colección.
El MAS, un año después del incendio, busca reinventarse
El Museo santanderino trata de reinventarse. Pero la huella del incendio y las grandes medidas que no fueron abordadas en el pasado o simplemente quedaron postergadas, dificulta el proyecto. De momento, se ha empezado a mostrar una hoja de ruta centrada en una agenda y calendario expositivo que permita cubrir el expediente comunicativo con los ciudadanos hasta la reapertura de la sede en la calle Rubio. El edificio centenario quedó arrasado hace justamente ahora un año (se cumple el día 20) y hasta acometer una rehabilitación concisa, cualquier otra perspectiva de futuro, incluida la ampliación, se antoja utópica. La demora en los plazos difícilmente permitirá reabrir el MAS antes de finales de 2020.
El proyecto básico, presentado a finales de agosto, estimaba una inversión municipal en solitario de 3,8 millones de euros y un plazo de ejecución de quince meses. A estos datos hay que sumar el periodo de trámites administrativos. De este modo, las obras no comenzarán hasta la primavera de 2019.
Como Bien de Interés Cultural (BIC) el edificio de la calle Rubio, construido por Leonardo Rucabado, está sometido a un régimen proteccionista por lo que la intervención de rehabilitación es muy limitada. Las actuaciones más llamativas afectarán a las fachadas, la instalación de nuevas escaleras y la creación de un nuevo acceso por la calle Rubio. Cuando el MAS se vio afectado por el siniestro estaba cerrado al público y era sometido a trabajos para mejora de accesibilidad con la instalación de ascensor y montacargas. En realidad ante la actuación integral en esos más de mil cien metros cuadrados de espacio expositivo, sólo se plantea un objetivo inmediato: que el MAS «resurja de sus cenizas con un buen edificio acorde a los tiempos y que el museo pueda estar en las mejores condiciones cuanto antes».
No obstante en la reunión de esta semana la concejala de Cultura,Miriam Díaz, explicó a los miembros de la comisión el encargo de l varios informes por parte del Ayuntamiento a nivel jurídico administrativo «para ir marcando la hoja de ruta para la creación de un órgano dependiente del Ayuntamiento que nos permita gestionar con más agilidad tanto las cuestiones administrativas y presupuestarias como las del personal del MAS».
Mientras, el museo y la Fundación Caja Cantabria vienen preparan un calendario expositivo conjunto para los dos próximos años que unirá los fondos artísticos de ambas instituciones en al menos cuatro exposiciones previstas hasta esa fecha marcada en rojo de finales de 2020. En primer lugar el Casyc albergará los fondos de un ciclo expositivo compuesto por dos grandes exposiciones 'Agua' y 'Tierra', fundamentadas exclusivamente en los fondos de las dos colecciones con obras protagonizadas precisamente por ambos temas, en dos entregas de acuerdo al desdoblamiento iconográfico. La temática del 'Agua' será la primera en abordarse en la primera exposición que podrá verse en todo el ámbito expositivo de Tantín durante los meses de marzo y abril de 2019.
Una singular exposición planteada por el equipo del MAS tendrá como protagonista a Gregorio (Gregorio Rodríguez), pintor cántabro especialmente activo en los años sesenta que expuso en la Galería Sur con Manuel Arce. Es la recuperación científica y artística de un pintor «olvidado» a partir de una muestra selectiva de obras inéditas. Y para 2020, se presentará una muestra dedicada monográficamente a Eduardo Sanz a partir de una revisión artística y creativa completa del artista cántabro desde la colección propiedad de su viuda, la pintora Isabel Villar.
En esta reunión, en que se dio cuenta de varias donaciones, adquisiciones y préstamos, la Comisión abordó la creación de un Comité Científico Editorial del MAS que, como objetivo prioritario, tutelará la edición de tres volúmenes sobre la colección del Museo. En estos últimos años el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria ha ido incorporando nuevos fondos a su colección, siendo la vía más importante de ampliación de fondos la de las donaciones, entre las que destacan algunas recientes como las realizadas por Elena Ribalaygua o por Rosa Coterillo, esposa del historiador José Luis Casado Soto.
En la actualidad, la colección del MAS cuenta con 2.316 obras artísticas, además de casi 2.400 piezas de diversa índole –monedas, medallas, sellos y distintos objetos–, sumando un total de 4.700 piezas. Las donaciones desde 2016, ya conocidas, fueron las de Simón Marchán, con la entrega de 168 obras artísticas entre las que destacan varias y muy importantes piezas de Volf Vostell, Alberto Corazón, Cristina Iglesias o Daniel Gutiérrez Adán. Y la de Elvira Carral Quijano de la obra de José Gutiérrez Solana titulada 'Bodegón con marina', «extraordinario óleo de los años veinte».
Se revisará el Plan Museológico y Museográfico de cara a la reapertura y ampliación
En lo que se refiere a donaciones que no habían salido a la luz hasta ahora destacan sucesivamente las de una instalación de varias piezas de Amaya González Reyes, consecuencia de su exposición en el EspacioMeBAS; una «importante pintura» de Senén Ubiña titulada 'Primavera, verano, otoño', donada el MAS por Enrique García-Herráiz; un retrato pintado por Santiago Montes donado por José Ángel Hierro Gárate; y un retrato realizado por César Jenaro Abín donado por Elena del Ribero Castañeda.
En lo que se refiere a la etapa que discurre entre el pasado año y el presente destaca una obra de Miguel Vázquez, donación del arquitecto Domingo de la Lastra. Pero especialmente dos fondos: las de Elena Ribalaygua y la de Rosa Coterillo. La primera, una «copiosa y muy generosa donación», está compuesta por unas 80 pinturas y dibujos, casi todos ellos pertenecientes a artistas españoles del XIX y principios del siglo XX que se prevé presentar junto a la familia.
Rogelio de Egusquiza
Destacan en ella cuatro excelentes pinturas de Rogelio de Egusquiza: Don Juan y La Tentación de Fausto, obras que estuvieron en la exposición coproducida por el MAS y la Fundación Botín en 1995, más La visita y Entrenimiento/Torera.
Con ellos, el Museo ya posee diez grabados del artista y siete óleos de todas sus etapas. Es también importante un Paisaje de Agustín de Riancho y otro de su maestro hispano-belga Carlos de Haes.
Completan la importante donación otras obras de historia, de tipo social o realista de muy diferentes firmas de pintores españoles de distintas escuelas (José Lupiáñez, dibujos de José Jiménez Aranda…), así como de afamadas firmas de artistas (Cortellini, Rico, etcétera). Componen en general «una histórica y muy importante donación al MAS».
En el caso de José Luis Casado Soto, donación recibida recientemente, el fondo es de dibujos y acuarelas principalmente. Grandes dibujos realizados por Casado Soto y ejecutados por Fernando Hierro.
Reflejan la evolución de Santander, su crecimiento urbano desde épocas medievales hasta la época moderna, la metamorfosis de Santander estudiada e investigada por el historiador y llevada al papel por Hierro, siendo una coautoría de iconografía relevante. De entre el conjunto, hay un plano de Santander elaborado por el propio Casado Soto.
Mientras se han producido estas donaciones el Museo, según se desveló esta semana, se trabaja en la edición del inventario completo de la colección que se encuentra online en la web del MAS, «trasladando al papel las fichas técnicas de cada una de las más de 2500 piezas que componen la colección del museo».
Otra de las líneas editoriales se concentra en una selección de las 111 mejores piezas del museo, «lo que podría ser el catálogo de la exposición con la que el Ayuntamiento se plantea reabrir el museo tras las obras de rehabilitación del edificio».
Uno de los temas abordados a raíz de este último encuentro, celebrado el pasado lunes, radica en la revisión del Plan Museológico y Museográfico de cara a la reapertura del museo y su ampliación conforme al compromiso del Ministerio de Fomento. En otro capítulo del Plan se aborda «el tipo de gestión, el organigrama del museo, y los objetivos a medio y largo plazo».