«La icónica foto de Ruth Orkin en Italia ha hecho mucho daño al resto de su obra»
La comisaria de la retrospectiva sobre la fotógrafa norteamericana, que se puede visitar en el CDIS hasta octubre, reivindica una mirada de la creadora «más allá del fotoperiodismo»
Anne Morin (Rouen, 1973) trabaja por la revalorización y mayor visibilidad de los artistas y fotógrafos. De vez en cuando también se reinventa como editora ... de libros de fotografía y, sobre todo, como directora de diChroma photography, ha comisariado numerosas exposiciones de prestigiosos fotógrafos y artistas como Berenice Abbott, Antonio López, Vivian Maier, Robert Doisneau, Jessica Lange, Jacques Henri Lartigue, Sandro Miller, entre otros. También es la comisaria de la muestra 'Ruth Orkin. New York, New York', organizada por el CDIS y la UIMP, en el programa del Festival PHotoEspaña y que se puede visitar hasta el 18 de octubre.
-¿Qué van a descubrir los visitantes que vengan a ver esta exposición y que quizá no sepan de Ruth Orkin?
-Van a a descubrir la otra cara de la obra de Ruth Orkin, que quizás se haya petrificado en una dimensión muy escueta, que es el fotoperiodismo. Los visitantes van a descubrir todos los mecanismos que inventó Ruth Orkin para hablar de cine con la fotografía a través de distintos modos para contar historias cinematográficas. Van a descubrir una secuencia de 51 fotografías que reflejan su trayectoria entre 1939, con su primer viaje a Nueva York en bicicleta, hasta imágenes datadas en la Gran Manzana en los años 70, más o menos. Digamos que van a ver reflejados en esta muestra unos 30 años de su carrera.
-¿Cómo ha estructurado y qué criterio ha seguido para seleccionar estas imágenes y no otras?
-He querido reflejar un poco la arquitectura de su archivo en grandes capítulos basados en las temáticas o los mecanismos que utiliza Ruth Orkin, como ese viaje que hizo en 1939 en bicicleta desde Los Ángeles a Nueva York; una sección sobre fotografías de calle, lo que llamo fotonovela y el famoso reportaje que hizo para la revista 'Cosmopolitan' en Florencia en 1951. También se pueden ver en esta muestra un ensayo de retratos de personalidades del mundo del cine y la fotofija de del rodaje de la película de 'The Little Fugitive'.
-De todas las fotos que se muestran ¿hay alguna que defina mejor su espíritu?
-La pieza que muestra sus imágenes del viaje de Los Ángeles a Nueva York es la que tiene más potencia a mis ojos. Ella tenía 17 años y retoma los preceptos de los álbumes que su madre actriz hacía con fotografías y anotaciones manuscritas. En realidad es el 'storyboard' de una película que no ha tenido lugar, pero que es más evocador.
-Su foto más icónica es la de 'American Girl Italy'. Más allá de esa imagen, qué otras facetas menos conocidas de su obra le parecen valiosas?
-Las pequeñas secuencias que toma de los de los niños cuando se pasea por barrios más pobres de Nueva York. Son de un gran valor porque retratan la vida de la calle. Ella logra capturar pequeñas escenas como si fueran secuencias que al final acabaron en un gran museo, en el Moma, en 1955. Para mí ese tipo de actuación, de crear un mini set de cine en la calle de manera improvisada, me parece que refleja mucho su espíritu.
-¿Qué hace especial su mirada de fotógrafa?
-Ella abre un nuevo territorio, es decir, los límites de su fotografía son porosos, son flexibles, pueden incluso llegar hasta el umbral del cine y ver de qué manera hay confluencias que se generan entre medios de expresión.
-En una época dominada por los hombres, ¿cómo logró hacerse un hueco y construir una voz propia?
-Fíjate que yo creo que ella misma silenció su propia voz y rebajó drásticamente su ambición. Tenía a su cargo dos hijos y un hogar que gestionar y esto fue su prioridad: su familia. Su marido era cineasta, el protagonismo se lo llevó él.
-En su caso, ¿cómo llegó a esta artista y qué es lo que más le ha sorprendido de su obra?
- Cuando uno se prepara para investigar un nuevo territorio de un fotógrafo hay que ponerse el casco del geólogo y catar muy profundo para realmente tener la certeza de que todas los estratos que constituyen la obra estén visibles. Cuando me propusieron hacer esta exposición, me había quedado con la superficie, es decir, con la Ruth Orkin fotoperiodista medianamente reconocida y, en realidad, si levantamos excavamos un poco, vemos que hay muchísima más riqueza en su lenguaje.
-¿Cómo comisaria le ha interesado más mostrar ese icono o descubrir al público todas estas cosas que no conocemos de ella?
-Por deontología nos toca a nosotros, los historiadores o comisarios, reflejar una obra en su totalidad. Que Ruth Orkin se haya quedado encasillada por la foto más icónica, 'American Girl Italy', hace mucho daño al resto de su obra porque ese resto es muchísimo más profundo y se merece todo el respeto de la historia de la fotografía. Ruth Orkin no era una simple fotoperiodista, era muchísimo más.
-Hay que hablar un poco del papel de la mujer en la historia de la fotografía que comisarias como usted están sacando a la luz, ¿Ha habido avances?
-Virginia Woolf en su libro 'Una habitación propia' dice que las mujeres están unidas entre sí mismas y que basta con que una emerja para que todas las que siguen vuelvan a flote. Ruth Orkin vuelve a flote y trae con ella a otras fotógrafas que han existido antes y gracias a las cuales ha podido desempeñar su trabajo. En realidad hay una configuración colectiva de las mujeres porque están unidas entre sí, no como los hombres. Ellos son piezas sueltas que van a alcanzar un nivel, pero no generan un movimiento colectivo. En el caso de las mujeres hay que luchar dos veces más para que tengan su voz y se reconozca su nombre. La historia de la fotografía ha sido escrita por hombres que muchas veces han olvidado a aquellas que han formado parte de ellas.
-No es la primera vez que trabaja con el CDIS. ¿Qué le parece esta institución?
-Así he trabajado más veces con este centro y considero que tiene una trayectoria muy seria conducida con mucha maestría por Manuela Alonso. El CDIS es una pieza emblemática en el panorama de la fotografía española y para mí es un privilegio estar aquí.
-Y luego está la UIMP que coorganiza la exposición.
-La Universidad Internacional Menéndez Pelayo es el corazón palpitante de la transmisión del saber y una institución de gran prestigio. Entre ambos, entre el CDIS y la UIMP, mi Ruth no puede estar mejor acompañada.
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