«La ironía es el cristal por el que hay que mirar la realidad»
Jesús Carazo |Escritor ·
El autor presentará hoy su nueva novela, 'La tentación', en La Concha de Villaescusa acompañado del edito rJesús Herrán y el escritor Germán Gullón
Jesús Carazo (Burgos, 1944) presentará hoy en La Concha de Villaescusa su última novela, 'La tentación', publicada esta primavera por la editorial Valnera. El acto, conducido por Jesús Herrán y que contará con la presencia del autor y el escritor e investigador Germán Gullón, tendrá lugar en la Casa de Cultura, a partir de las 19.00 horas. Escritor de larguísimo recorrido -comenzó a publicar en 1987-, ha recibido distinciones como el premio Sésamo, el Elena Fortún, el Ateneo de Valladolid o el Ciudad de Barbastro, además de resultar finalista del Nadal en 1989. También ha escrito, con gran éxito, literatura juvenil, y una docena de obras de teatro'.
-Para triunfar en la literatura, ¿hay que vender el alma al diablo?
-Yo no la he vendido, a lo mejor por eso no he logrado grandes triunfos.
-Entonces, ¿cuál es su estrategia?
-No conozco otra que trabajar una o dos horas, todos los días del año. Pero ya ves que no me ha servido de nada.
-Pues igual que a Santos Iglesias, el protagonista de 'Tentación' al que tampoco le cunde demasiado el esfuerzo...
-Él se asusta cuando toma conciencia de lo que ha hecho, y entonces quiere salir de esa historia.
-El pobre no consigue terminar los libros que intenta escribir. ¿Hay algo de autobiográfico?
-Supongo que nos ha pasado a todos los que escribimos, ¿no? Yo, por ejemplo, pronuncié una conferencia titulada 'Cien maneras distintas de no terminar nunca una novela'. Y era lo que me ocurría a mí.
«Es una novela rara dentro de mis obras y no se parece a las que he escrito hasta ahora»
-¿También se le caían en la página treinta?
-A veces incluso en la quince.
-¿Y cómo consiguió romper ese círculo vicioso?
-Pues ya era muy mayor, tendría casi cuarenta.
-Sí, pero cuente el truco, por favor...
-¡Si lo conté al principio! Dos horas diarias de escritura. Una página al día, que es mi límite.
-¿Es de los escritores que planifican o de los que se dejan sorprender por la historia?
-Recuerdo que Arturo Pérez Reverte me contaba que hacía una larga lista, colocaba una escena de cama por aquí, por allá una pelea, etc., y con esa lista luego escribía la novela. Yo no soy capaz de eso; yo empiezo y a lo largo de la escritura cambio muchas cosas.
-¿Así ocurrió con 'La tentación'?
-Es que esta es una novela rara dentro de mis obras. Que no se parece a las que suelo escribir, porque toda la vida he escrito sobre encuentros y desencuentros, sobre la vida de pareja. Y esa solo se puede asimilar a 'Los abismos de la noche', que publiqué en Lumen y tuvo un par de traducciones.
-Una novela también de tema literario, porque la protagonizaba un oscuro crítico literario...
-Sí, y escapaba también del realismo absoluto de mis otras novelas, donde no cabe nada que no pueda comprobarse, incluso científicamente.
-Pues esta es, más que física, casi metafísica...
-De hecho, algunos amigos lectores están convencidos de que la protagoniza el diablo. En concreto, mis amigos católicos, apostólicos y romanos.
-¿Y no lo es?
-Mejor que cada uno haga su lectura, ¿no?
-Lo que sí tiene es mucha ironía. De la fina y de la otra...
-Es que la ironía es el cristal por el que hay que mirar la realidad.
-Su protagonista, el escritor se llama Santos Iglesias; ¿se puede tener más mala leche bautizando personajes?
-El nombre de un personaje es importantísimo; a veces me he pasado bastantes días buscando alguno, porque no daba con el preciso.
-¿Cree en los mentores literarios?
-No he conocido a ninguno, pero me habría beneficiado muchísimo. Siempre es bueno que te aconseje alguien inteligente.
-Desde hace un año es un santanderino 'intermitente'. ¿Le entran tentaciones de escribir sobre su nueva ciudad adoptiva?
-Me temo que ya he caído. Pero esto no irás a contarlo, ¿no?
-¡No, claro que no!
