La derrota más honrosa del Senor
Los verdes obligan al líder de la Liga, El Salvador, a emplearse a fondo para remontar un partido que ganaban los cántabros a 20 minutos para el final
Marco García Vidart
Lunes, 3 de abril 2017, 07:30
Cuesta recordar un momento así. El Pepe Rojo de Valladolid, el estadio de los dos grandes del rugby patrio -Quesos y El Salvador-, casi mudo. Un silencio sólo perturbado por murmullos de preocupación. A más de uno le entraban en la grada sudores fríos en una mañana soleada de abril. Porque su equipo, El Salvador, el líder de la División de Honor y actual campeón de todo, doblaba la rodilla ante el Senor Independiente a 20 minutos para la conclusión del partido. Al final, los pucelanos tiraron de todo lo que tenían para doblegar por 54-31 a un equipo cántabro que anda más que justo de fuerzas y de efectivos. Pero que ayer dio una lección de coraje y gallardía ante el ogro de la Liga. Con partidos como el de ayer -los verdes sumaron un punto por bonus de ataque-, soñar con esa sexta plaza que da derecho a jugar el play off por el título está más que justificado.
Quienes pronosticaban una paliza de escándalo de los pucelanos vieron cómo desde el inicio sus vaticinios se torcían. El Salvador dominaba más el juego en los primeros compases, pero en el minuto 7 llegó el regalo. Capurro interceptó un pase chamizo en el medio campo y posó solo bajo palos. García transformó para el 0-7.
La grada se quedó ojiplática. El rejonazo espoleó a los locales, que tras avisar con un maul que no llegó a armarse, tras varios rucks ensayaron por medio de Blanco (5-7). Poco después, Mariano García, con un lejano golpe de castigo, estiraba la ventaja verde hasta el 5-10.
El 'Chami' andaba incómodo. El Senor, a la mínima que podía, adelantaba metros con patadas profundas. Esa renuncia del juego a la mano de los santanderinos no le sentaba bien a una defensa tan ordenada como la pucelana. Pero el líder lo es por algo y a la mínima que tenían para correr, llevaban mucho peligro. En el minuto 18, esta vez sí, un maul blanquinegro se armó a toda velocidad tras una touche para que ensayase Vega y transformase Graaff (12-10). Siete minutos después, una pérdida de balón del Senor -ayer uno de los lunares de los verdes- hizo que Manu Serrano se fuese solo hacia la zona de ensayo. Con la transformación de Graaff, el 19-10.
Parecía que el 'Chami' abría el melón, y más cuando al filo del descanso otra pérdida de balón santanderina tras una touche propició varios rucks cerca de su zona de marca, hasta que Fernando González posaba. Graaff pateaba para el 26-10. La primera parte se disponía a morir, pero faltaba otro aguijonazo verde. Una jugada que arrancó en la 22 santanderina la prolongó Palmieri por la derecha y al final, fue Latrónico el que posaba bajo palos. Poet transformaba para el 26-17 con el que se llegó al descanso.
'Paparda' de El Salvador
Nada más comenzar la segunda parte, Gonzalo Núñez placaba de forma antirreglamentaria y El Salvador se quedaba con uno menos durante diez minutos. Y, extrañamente, ahí se desconectó el campeón de Liga. El sopapo llegó dos minutos después, cuando en una melé a cinco metros de la zona de marca local, la melé verde arrasó a la blanquinegra para que Baeck posase. Mariano transformaba para el 26-24. No habían pasado ni dos minutos cuando tras un error de Graaf, Palmieri enganchaba una carrera exitosa por la derecha. Ensayo que Mariano transformaba para el 26-31. El Pepe Rojo se quedaba mudo.
A El Salvador le entraron las prisas. No podía ser que cayeran ante el séptimo clasificado. Pero el Senor, a base de una defensa colosal, aguantaba las acometidas locales. Tuvo que ser con otro maul tras una touche cuando reaccionaran los pucelanos ya en el minuto 60, con un ensayo de Walker-Fitton que pasó Graaff (33-31). De facto, el partido se acabó para el Senor cinco minutos más tarde, cuando Sehmsdorf vio una tarjeta amarilla que dejaba a los cántabros con un jugador menos. Los pucelanos lo aprovecharon para sentenciar con tres ensayos más un partido en el que jugaba un equipo que quizá ya sólo tenga orgullo. Pero ese orgullo es inmenso.
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