«No tenemos nada que demostrar y el que no lo quiera ver tiene los ojos cerrados»
Más de doce horas después de su gran registro en el Nacional Judit Bueno reconoce no haber «asimilado» todavía su logro
Apenas habían pasado doce horas entre su título de España, con récord incluido, y Judit Bueno (Cabezón de la Sal, 27 de enero de 1987) ... ya había vuelto a coger las bolas para disputar ante Blanca Gandarillas los octavos de final del Trofeo Laboratorios VIR. La rueda de la temporada no deja de girar y, pese al cansancio acumulado, Bueno triunfó también en el Torneo Laboratorios VIR que se jugó durante toda la jornada de ayer. Un gran registro para los mortales que, unas horas antes, solo hubiera sido discreto, después de una celebración moderada para el logro obtenido. «Cené con la familia, disfruté con mi abuela y a descansar para la competición del día siguiente».
Doce horas, varias entrevistas, sesiones de fotos y cientos de mensajes de felicitación por un hecho histórico que en la mente de la jugadora de Peñacastillo todavía no es una realidad. «Todavía no lo he asimilado, he sacado la media y me digo a mí misma que no es posible. Pienso en el récord de Víctor, yo hablé con mi padre y le dije que eso era imposible de batir, nadie lo iba a superar nunca. Y mira por dónde lo superé yo». Una media de 154,6 palos por concurso que Judit ve «muy difícil de superar», pero que en el futuro puede ser batida. «Los récords están para superarlos». Y es que, por hacer números, la campeona perdió una bola en la caldera e hizo una mano de once en la final y abrió con trece su tirada de cuartos. Los 800 no están tan lejos.
Un registro muy alto que, eso sí, ya se atisbaba desde las primeras bolas del campeonato. «Tras las dos primeras vueltas no me podía creer que con 310 bolos solo sacaba un bolo a la segunda». Las bolistas sabían que había que superar los 150 por tirada para ganar, lo que les obligó a no especular con ninguna bola. «Cuando aspiras a ganar no puedes pensar en jugar con el dos, sabes que 130 no valen». La víctima de la de Cabezón fue, como ya ocurriera en el Regional, Marta Castillo, que tras dos grandes torneos solo ha podido ser subcampeona. «Más que la final han sido los cinco concursos, al acabar le dije lo que sentía, que me daba mucha pena y que ojalá podamos ganar las dos».
«Cuando Víctor batió el récord le dije a mi padre que nadie lo iba a superar, y al final he sido yo»
REGISTRO
Y, claro, como después de cada campeonato femenino, surgen las voces discordantes que achacan los grandes registros a que las jugadoras tiran demasiado cerca y no birlan demasiado lejos. «La polémica siempre va a existir, yo creo que ha quedado claro que no tenemos nada que demostrar y el que no lo quiera ver es que tiene los ojos cerrados». La realidad es que las normas de la categoría llevan así desde 2013 y cada año los bolos derribados son mayores. «Yo tiro 2,100 y 1,900 kilos y eso es equiparable a lo que tiran los que están arriba en primera. No podemos compararnos a nivel de fuerza, pero sí equiparamos en peso estamos parecidos».
Parte de la generación que es nexo de unión entre las pioneras de la categoría y la nueva hornada liderada por Iris Cagigas o Marta Castillo, Bueno asegura que el impulso de las nuevas generaciones le ha venido bien y que, de momento, tiene cuerda para rato. «Hubo un momento, cuando tuve el accidente, que sí pensé en dejarlo, me costaba mucho, pero estos resultados me indican que no tengo que dejarlo, que tengo que seguir por el mismo camino mientras el cuerpo aguante».
El único 'lunar' del 2021 para Judit ha sido no ganar la Liga con su peña, Peñacastillo, pese al gran juego practicado. «Si se puede poner un pero sería ese. En los dos partidos que perdimos tuvimos una media de 47 bolos, sabe amargo, pero si lo analizas tampoco nos podemos disgustar». Y, claro, para 2022, entrenar de cara al emboque, lo que más les ha costado en la competición. «Con emboque fácil todos se pueden complicar el partido»
Comprometida con la categoría, Judit se ha estrenado como asambleísta en la Federación Cántabra, a la que alaba el camino iniciado para aumentar el número de jugadoras. «Hay que seguir con el camino, impulsar la base y que conseguir que salgan niñas que les gusten los bolos».
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