La Liga se acerca a Peñacastillo

Con los ocho protagonistas de la jornada con un ojo puesto en la caja y otro en la grada, desde donde iban recibiendo las noticias de la otra bolera, comenzó una tarde en la que Peñacastillo, una vez más, arrancó perdiendo. Camargo no escondió sus intenciones desde el inicio y Rubén Rodríguez calibró con ojo clínico la posición más sencilla del cachi sobre la raya máxima a la mano. Un emboque asequible de no ser porque los de casa se colocaron sobre los veinte metros, desde donde no es fácil darle al primero. Lo hizo Víctor en el lanzamiento inicial, pero sus compañeros no le respaldaron, ni de tiro ni de birle, y su peña ni siquiera llegó al cierre. Con aciertos de Pedro y Manolín, los de Maliaño no fallaron.

En el segundo iba media Liga. A esa hora Ribamontán y Andros empataban a uno y el líder se encontró con que, desde quince metros, su rival le envió a ganar a 50. Un fallo podía suponer una losa para Peñacastillo, que no se puso nervioso y, con una última bola de tres de Sebi, logró poner las tablas en el marcador.

El encuentro en Loredo había comenzado un poco antes, por lo que Andros era la que marcaba el camino de la tarde. Con Lolo Lavid en el banco por segundo partido consecutivo, los de Las Fraguas se pusieron por delante tras matar una gran jugada de Ribamontán con un gran birle y, tras sufrir en sus carnes la eficacia embocadora de los locales, se volvieron a adelantar en el tercero al matar otro cierre. Los del Valle de Iguña habían apostado por jugar a la mano y esconder el cachi, mientras que Ribamontán también apostó por la mano.

Tras conocer la victoria parcial de su perseguidor, Peñacastillo se puso manos a la obra para no quedarse atrás. Camargo repitió raya, los de Cañas tiro y Víctor emboque con la primera bola. También acertó Haya, la maquinaria de llevar madera se había puesto en marcha y la jugada se fue hasta cotas muy altas. Esta vez los camargueses no cazaron al primero y ni siquiera completaron el birle. El susto había pasado para el líder, que volvió a encontrarse con otra bolada en contra en el cuarto. Daba igual. Víctor abrió con cuatro, Sebi se estiró con ocho y la única duda estribaba en cuántos bolos iban a ser capaces de derribar. Total, 53.

Con el partido encarrilado en Cañas, el cuarto parcial en El Cagigal se fue a dos tiradas. Desde los diecinueve metros Ribamontán volvió a embocar, pero una nula y un mal birle dejaron la jugada en 31, seis menos de los que había derribado Andros, que puso tierra de por medio.

Mientras los ayer capitaneados por Óscar González encarrilaban la contienda, Peñacastillo sentenciaba la suya a base de emboques. En un intento desesperado por traducir en puntos su buen partido, Rubén Rodríguez colocó el cachi al pulgar. Igual de fácil, pero al otro lado que antes. De nada sirvió. Cuatro emboques y a esperar una posible remontada que Ribamontán atisbó después de que Cecín lograse, otro más este año, un emboque 'imposible', es decir, con el bolo pegado al tablón.

El sexto chico fue una locura que puso de manifiesto lo decisivo del partido. Andros hizo primero 62 y luego 44 y, en las dos ocasiones, tras sendas buenas subidas, Ribamontán estropeó en el birle una victoria parcial que parecía segura y que solo salvó Mario Borbolla, primero con dos y luego con cuatro, para lograr la iguala. Al final, a la tercera fue la vencida. Con un solo emboque de Pablo Lavín y un cierre de bajada de cinco de Pinta los visitantes se fueron hasta los 47, una cifra que esta vez los locales mataron con dos aciertos de Mario Borbolla. El trofeo liguero se acerca a Peñacastillo.