Luis Vallines y Alberto Díaz dejan el corte en Barcelona en 120 bolos

Con el taniego y sus 143 bolos y el de Guarnizo y sus 141 con pie y medio en la fase final de hoy por la mañana, la jornada sabatina ponía otras seis plazas en juego entre los quince bolistas en liza. La marca a superar eran los 120 de Luis Vallines, a priori asequibles pero que las alturas de temporada, el viaje y el relativo desconocimiento del corro convertían en un registro con opciones de llegar a la gran final. Entre los aspirantes, favoritos para pelear el título como Lolo Lavid o Carlos García.

En las tiradas matinales el mejor Antonio Saiz, que también se dejó a tiro el pase entre los ocho mejores. El de Malí completo ocho tiradas por encima de la media y, con 126, se colocaba en ese momento tercero en la tabla. El primer turno de la sesión había sido para dos jóvenes promesas que en pocos años apuntan a favoritos para cualquier torneo. Mario Pellón, que ya sabe lo que es codearse y ganar a los mejores, derribó 122, mientras que Miguel Ruiz se quedó en 114.

Ya por la tarde, los registros tampoco tomaron vuelo y solo Iván Gómez, en la última tirada, logró hueco cerca de los mejores. El de Zurita, segundo hace dos años y tercero hace apenas siete días en Panes, tiró de experiencia y con la amenaza de parón por la lluvia logró derribar 133 bolos. Junto a él realizó su tirada Carlos García, que pese a no estar en su mejor año ha logrado estar en la pomada en varias citas importantes pero que ayer no pudo brillar en Barcelona.

Tampoco se metieron en la fase final Lolo Lavid, con 103, Isaac López, noveno con 119, o Fran Rucandio, que se conformó con 117. Las bolas quedas hicieron mella sobre un corro que no regalaba nada y en el que había que arrimar las bolas para llevar madera desde el birle.

Al final, 120 palos fueron suficientes para disputar la fase decisiva hoy por la mañana a partir de las 10.00. Luis Vallines y el jugador de Hermanos Borbolla serán los primeros en saltar al corro para poner punto y final a tres dias de bolos en la Ciudad Condal. Un final que no puede ser una despedida.