Peñacastillo y Los Remedios se citan en la final de Copa

Si en Liga los santanderinos habían ganado los dos encuentros, la final de Copa había sido para los camargueses, lo que igualaba las fuerzas de ambos contendientes. Claro que, en Puente San Miguel, Peñacastillo había jugado uno de sus peores partidos del curso, algo que no ocurrió este miércoles, cuando las dos peñas disputaron uno de los mejores duelos de la temporada. Cinco chicos, cinco cierres y todos desde diecinueve y veinte metros.

Boladas solo a la altura de los mejores que culminaron en un quinto parcial en el que, tras embocar dos veces, Peñacastillo mandó a los visitantes a 63 bolos. Una cifra lejana para los de Maliaño, que quedaron en 51, a bolos desde la distancia máxima.

La otra semifinal la dirimieron en Orejo Los Remedios y Ribamontán. Un cara a cara igualado, hasta el punto de que en sus dos enfrentamientos ligueros ambas partidas se habían repartido los chicos. Para cualquiera de los dos la final suponía un premio a una gran temporada, lo que añadía más tensión a un partido que comenzó desde dieciséis metros. Una mala subida de los locales dio paso a un gran birle en el que, con una decisiva bola de cinco de Óscar Cianca, los de Muslera lograron el cierre. La obligación no amedrentó a los de Loredo, que arriesgaron, salieron vivos de la caldera y mataron la jugada con suficiencia.

Acostumbrados a jugar los dos equipos de diecisiete metros durante toda la competición liguera, si los de Muslera se habían bajado un metro en su primer turno de tiro los visitantes lo hicieron hasta los catorce metros. Tras subir dieciséis y birlar tres palos con las tres primeras la jugada se estropeó en el tramo final, en el que salieron las de uno y dos. Sin cierre, Los Remedios tenía en su mano el empate, algo que parecía seguro después de una subida de dieciocho y una bajada que, sin brillo pero sin fallo, dejaba la última bola al dos para Mario Ríos. Si en el primero había acertado, esta vez al de Entrambasaguas se le marchó su lanzamiento solo con el primero. Otra vez al tiro.

De segundas, se repitió la situación, a Ríos le quedaban cuatro con las dos últimas. Pese a que el rival no había apretado, una queda de Cianca complicó la situación para los locales, que con apuros lograban el empate. La tercera tirada cambió la dinámica. Cecín embocó con su primer lanzamiento y el 'recado' para Los Remedios fue de 51 palos. Pese al emboque de Federico Díaz, el maratoniano segundo chico se iba a Loredo.

Apenas 24 horas más tarde, los de Muslera se veían de nuevo dos chicos por debajo en el marcador y con la necesidad de remontar. Con el mono de faena puesto cerraron en el tercero y mataron los 43 palos logrados por Ribamontán de segundas en el cuarto, que se les había puesto cuesta arriba, gracias a un último birle de cuatro de Cianca.

La dinámica positiva aupó a Los Remedios, que en el nuevo partido que se abría a partir del quinto parcial comenzó mandando a 45 bolos a su rival. Pese a iniciar bien la subida, los errores en las primeras bolas de birle condenaron a los de Loredo, que se agarraban a llegar al chico de desempate para llevarse el partido.

Para ello, Jonathan García indicó al colegiado que el parcial se iba a dirimir desde los dieciocho metros. De más a menos durante el choque, los costeros no se encontraron cómodos y tras una subida de tan solo nueve palos arreglaron en parte la jugada en el birle. Pese a ello, dejaban de nuevo la victoria en bandeja al cuadro local... Que volvió a fallar, hasta el punto de quedarse a diez bolos de su rival. De segundas embocó Mario Borbolla para mandar el partido al desempate.

En el momento decisivo, la capa de superhéroe se la colocó Federico Díaz, que logró un emboque de veinte que encarrilaba el pase de los suyos a la final. Sus compañeros de Ribamontán buscaron el cachi con las ocho bolas, pero el partido se fue para Guarnizo.