Educación cifra en un 63% los opositores que han repetido el examen de Infantil
Los aspirantes a maestro tuvieron que hacer de nuevo la parte práctica ya que la inicial, celebrada el pasado día 21, no se ajustaba a los criterios exigidos por la Lomloe
Caras de circunstancia, enfado o alegría se entremezclaban este sábado a la salida del IES González Linares y del Centro Integrado de Formación Profesional Número ... 1 de Peñacastillo. 841 opositores a maestro estaban llamados a repetir la prueba práctica después de que la inicial, celebrada el pasado día 21, incluyese un error en uno de los enunciados que no se ajustaba a los criterios legales exigidos por la Lomloe. La Consejería de Educación cifró en un 63% –529 personas– la asistencia para lograr una de las 63 plazas fijas.
La polémica estaba servida tras una semana movida en la que pululó la posibilidad de impugnación de la prueba. Finalmente, tal y como aseguraron a este periódico tanto desde la Junta de Personal Docente como de la propia Consejería, el examen se desarrolló «con absoluta normalidad», sin ningún sobresalto.
«En principio, yo no he visto nada raro», relató Natali, una de las opositoras, al salir del IES González Linares. «Voy a casa a mirar la Lomloe, no vaya a ser...», recalcó su compañera María.
Los 1.302 opositores que se presentaron el sábado día 21 a la prueba de Educación Infantil y eligieron el supuesto B se vieron obligados a volver a sentarse en un pupitre para repetirlo. Quienes eligieron el supuesto A, tenían la posibilidad de volver a realizarlo, pero sólo en el caso de que así quisieran porque no era obligatorio. Esto fue otro de los motivos de discusión, pues los primeros consideran que los segundos disfrutaron de una segunda oportunidad.
Lo que desencadenó todo fue la inclusión de un criterio erróneo en la segunda opción, que recogía una situación de una clase de niños de cinco años y el criterio con el que se debían examinar era del primer ciclo. Es decir, para niños de entre 0 y 3 años. Ante esta situación, la Consejería de Educación puso encima de la mesa la repetición del examen.
«Nos ha trastocado bastante los planes. Esto es algo muy serio, así nos lo tomamos los opositores y así deberían tomárselo ellos», se quejaba Ana, otra de las opositoras, a la conclusión del examen. Otro de los momentos que concitó el interés fue el de la apertura de las plicas al principio y al final de la prueba. Esta fue pública y algunos de los aspirantes a maestro decidieron acudir para asegurarse de que se preservaba el anonimato.
La anécdota de la jornada la protagonizaron tres personas que cuando fueron a retirar sus coches del aparcamiento vieron como, debido a la hora, las puertas de los centros educativos estaban cerradas.
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