El cántabro Brian Uriarte vence a Pedro Acosta en un reto de Red Bull
El piloto de Bezana se impuso a otros cuatro de los mejores 'rookies' del mundo y disputó una emocionante carrera contra el piloto murciano de MotoGP
Brian Uriarte venía de alzarse como campeón mundial júnior y campeón del Red Bull Rookies, a lo que sumó su debut en el Mundial en la categoría de Moto3 con excelentes resultados. Un debut precoz, además, ya que debía de haberse estrenado en la próxima temporada con el equipo oficial Red Bull Ajo, pero la lesión de uno de los pilotos del Liqui Moly Dynavolt Intact le dio la oportunidad de estrenarse de forma exitosa, llegando a sumar sus primeros puntos. El resumen es sencillo: el piloto cántabro ha firmado un año para enmarcar que le sitúa como una de las grandes promesas del motociclismo español para los próximos años. Algo que quedó refrandado la semana pasa con el reconocimiento que recibió en la Gala del Deporte Cántabro, donde destacó con el galardón a la mejor promesa, que compartió con toda una campeona del mundo de patinaje como India Rojo.
Pero eso es una cosa y medirse a todo un piloto de MotoGP y uno de los 'gallos' de la categoría reina, como es Pedro Acosta, es otra bien distinta. Y más cuando para conseguirlo debía luchar primero con otros cuatro de los mejores 'rookies' del mundo en un sorprendente reto organizado por Red Bull, el patrocinador principal de la marca austriaca KTM, con la que correrá el año que viene. La compañía de bebidas energéticas es famosa por este tipo de iniciativas y en el caso de la que afrontó el piloto de Bezana tampoco decepcionó. Así lo demuestran las más de un millón de visitas que el vídeo del reto ha recibido en YouTube en tan solo diez días.
Cinco 'rookies', un aspirante
El reto en el que participó el piloto cántabro tenía como premio competir de tú a tú con Pedro Acosta, pero solo uno de los cinco 'rookies' participantes podía optar a medirse con el murciano. Antes debían afrontar una serie de pruebas eliminatorias con motos de 125 cc, en cada una de las cuales quedaba descartado uno de ellos.
La primera consistió en realizar un caballito lo más largo posible y Uriarte quedó segundo tras recorrer más de 160 metros con la rueda delantera de su montura en el aire. El cántabro lo hizo fácil –se dice pronto– y a por la siguiente. El segundo reto se basaba en realizar una frenada extrema, en la que los cuatro participantes llegaron emparejados a la línea de meta a 100 km/hora y debían parar sus motos recorriendo la mejor distancia posible. El campeón del mundo junior también pasó sin problemas al siguiente nivel, y ya solo quedaron tres.
En la tercera prueba los tres pilotos debían demostrar su velocidad en el paso por curva, a la salida de la cual se mediría su ritmo y el que más lento fuera quedaba eliminado. En este caso Uriarte se impuso a sus compañeros al marcar una velocidad de 129,4 km/hora. Y llegado este punto solo restaba un último reto para poder medirse al campeón del mundo de Moto3 y Moto2 español.
El duelo final entre los dos 'rookies' supervivientes consistió en una sorprendente prueba de habilidad, en la que no ganaba el más rápido, sino el más lento. Ambos debían realizar simultáneamente un recorrido entre conos y el que antes llegase al final o pusiese un pie en el suelo perdía. Desde el principio Uriarte tomó la delantera, es decir, demostró ser capaz de ir mucho más lento que su compañero, quien, finalmente, acabó pisando el asfalto y quedando eliminado.
Duelo con Pedro Acosta
Así, Uriarte se convirtió en el 'rookie' que iba a disfrutar de la oportunidad de medirse a uno de los pilotos más destacados de MotoGP en una carrera a cinco vueltas. Tras arrancar ambos muy parejos, el duelo sobre el asfalto fue un constante toma y daca en el que ambos pilotos se pasaron y repasaron para llegar a la última curva prácticamente emparejados. Fue en ese punto en el que Uriarte, que llegaba por detrás y trazó diferente al murciano para salir con más velocidad, consiguió rebasar a Acosta cerca de la meta y convertirse en el flamante vencedor de la prueba.
Tras acabar, satisfecho y sonriente, agradeció a Acosta la oportunidad y para despedirse dejó una frase premonitoria: «La próxima vez sobre una MotoGP». Si todo va bien, es cuestión de tiempo.