Los otros no fichajes del Racing
La condena a Mateo Tanlongo por no cumplir su acuerdo trae al recuerdo otras contrataciones frustradas en el club verdiblanco
Lo de Mateo Tanlongo es uno más en una importante lista de futbolistas que iban a vestir de verdiblanco, pero no. No de esos que ... negocian y luego, al final, se quedan por el camino. No. De los que ya están hechos. De los que sólo falta la firma. De los que, en muchos casos, se producen situaciones esperpénticas. En el caso del argentino, como el Racing ha hecho las cosas bien, incluso le puede reportar un millón de euros de indemnización tras la condena de la justicia cántabra al centrocampista.
Tanlongo se llegó a vestir con la camiseta del Racing para el vídeo nunca publicado de su presentación. Otros, dejaron tirado al club cántabro en pleno aeropuerto. O fue la entidad la que les echó atrás cuando la operación ya estaba prácticamente cerrada. Y luego está Harry, que les contrataba y, sin ni siquiera debutar, les entregaba la carta de despido con algún argumento peregrino. Después, a indemnizar.
Ramón
Ramón (Alcalá de Guadaíra, 12 de febrero de 1964) fue un delantero internacional del Sevilla que tras un año inédito en el Deportivo se comprometió con el Racing en verano de 1993. Llegó a posar con la camiseta verdiblanca, pero antes de que comenzara la temporada, el club le descartó tras no superar las pruebas médicas. Tras una larga lesión, los servicios médicos verdiblancos consideraron que su rodilla no se había recuperado y el club no llegó a firmar al futbolista, que tuvo que regresar, aún en plena pretemporada, a La Coruña. Rindió bien en el Teresa Herrera, pero no lo suficiente para jugar en el Deportivo de Claudio y Bebeto, y finalmente terminó en el Albacete, también en Primera División, con el que jugó 17 partidos como suplente sin estrenarse como goleador en su última temporada en la élite. Los delanteros del Racing fueron aquella temporada Pineda, Chili y el fichaje estrella de aquel verano, Dimitri Radchenko. Casi tres décadas después, su hijo, Javi Vázquez, sí que vistió la camiseta verdiblanca. Fue en Primera RFEF, con Guillermo Fernández Romo en el banquillo, en la temporada del último ascenso a Segunda.
Juan Manuel Peña
Juan Manuel Peña era un central boliviano del Valladolid. Experto y eficiente. En verano 2004, cuando ya era agente libre tras expirar su contrato con los pucelanos, se comprometió verbalmente con el Racing. «Espero estar en Santander antes del partido contra el Barça -en el arranque liguero tres días después-, aunque veo muy difícil entrar en el equipo con tan poco tiempo de preparación», decía a la prensa el 26 de agosto. En su última conversación telefónica de ese día había emplazado al entonces vicepresidente verdiblanco, Santiago Díaz Zavala, para la mañana siguiente, cuando debía estar ya en Santander para firmar un contrato ya redactado. Sin embargo, lo que hizo fue viajar a Villarreal para comprometerse el mismo día 27 con el cuadro castellonense. El Racing no tuvo noticia hasta aquella misma mañana, cuando comenzó a indagar tras el plantón.
Rafael Sobis
En el verano de 2006, el Racing buscaba un delantero. Tras romperse el principio de acuerdo con el argentino Cavenaghi, el club cántabro fijó su objetivo en Rafael Sobis. Estaba hecho. Francisco Pernía había ido a Brasil a cerrar la contratación del futbolista del Gremio, que se convertiría en el fichaje más caro de la historia verdiblanca por casi nueve millones de euros. Sin embargo, en el tira y afloja, el Betis se metió por medio. El ariete cogió un avión hacia España y era una incógnita lo que iba a hacer. El esperpento estaba al caer. En el aeropuerto de Barajas había esperándole emisarios del Racing y también del Betis. Y, al final, había elegido al club andaluz, dejando a los cántabros tirados. Más allá del calentón, a los verdiblancos no les salió mal la jugada, porque llegó a Santander Nikola Zigic. Sobis metió nueve goles en dos temporadas con el Betis y el serbio, ya saben el rendimiento que dio en el Racing.
Thiago Motta
En septiembre de 2008, el Racing trataba de cerrar una plantilla competitiva para competir por primera vez en Europa. El brasileño Thiago Motta era la guinda elegida para el centro del campo verdiblanco. Venía de no jugar mucho en el Atlético de Madrid por una lesión de menisco, pero con 25 años seguía siendo un futbolista con futuro por delante. El mediocentro llegó a Mompía para pasar el pertinente reconocimiento médico. Ya saben, lo que viene a ser un trámite. Sin embargo, el Racing echó atrás la contratación esgrimiendo que su rodilla izquierda no estaba curada. Motta acabó en el Genoa italiano, antes de fichar por el Inter, donde, en la 2010-11, conquistaría el Scudetto y la Liga de Campeones. El club cántabro se conformó para el doble pivote con el francés Peter Luccin.
Akinsola, Rigo y Zubiaurre
En la oscura etapa del condenado Ángel 'Harry' Lavín, esperpentos varios. También en capítulo de fichajes. Y unos cuantos. Por ejemplo, Kabiru Akinsola, cedido por el Granada en 2012, en Segunda División. De repente, a Fabri, el entrenador, no le gustó el futbolista nigeriano y el presidente optó por el despido argumentando un supuesto mal estado físico del delantero. Así, Akinsola se tiró meses reclamando a la FIFA los 23.000 euros que le dejaron a deber.
Parecido con Baltasar Rigo, al que le firmaron contrato el 9 de agosto de 2012 y, cuando se presentó el día 15 a entrenar, Fabri le dijo que se fuera, que no tenía contrato. Como el papel sí existía, a pagar 37.000 euros.
Luego estuvo lo de Ibán Zubiaurre. Ya en 2013, para Segunda B. El 23 de agosto firmó su contrato como futbolista del Racing y el 2 de septiembre recibió la carta de despido por causas «de carácter técnico, al no coincidir las características de su juego con las que, al entender de los responsables técnicos, el club precisa en estos momentos, lo que ha originado que el puesto de trabajo para el que fue contratado carezca de contenido». Al final, 30.000 euros de indemnización. Por no hablar de lo de Juan Carlos Unzué, que no se llegó a sentar en el banquillo en partido oficial por un calentón del presidente.
Marcos André y Sergi Barjuán
Chuti Molina, que fue director deportivo del Racing entre 2018 y 2020 lo hizo al menos dos veces. Tenía dos contrataciones verbalmente cerradas y mandó toda la documentación a la papelera cuando este periódico adelantó las llegadas. Ambos casos se produjeron en la 2019-20, en Segunda División. La primera fue la del delantero Marcos André, que militaba entonces en el Valladolid. El brasileño ya había preparado la maleta para viajar a Santander. Sin embargo, cuando Molina vio el titular de lo que tenía previsto hacer, montó en cólera y rompió de forma abrupta la contratación. Al final, Marcos André firmó por el Mirandés, a donde se marchó cobrando lo mismo que le ofrecía el Racing -unos 130.000 euros-, pese a que el director deportivo verdiblanco argumentó que se iba a Anduva «cobrando el triple». André anotó doce goles con el conjunto burgalés. Tres tantos más que David Rodríguez, Nuha, Guillermo y Barral juntos. El club cántabro empleó ese dinero en traer cedido, también del Valladolid, al lateral izquierdo Moi Delgado.
Meses después, en noviembre, cuando Molina destituye a Iván Ania como entrenador, acuerda la contratación de Sergi Barjuán como técnico. Mismo 'modus operandi'. Cuando El Diario Montañés publica el nombre del futuro inquilino del banquillo verdiblanco, el responsable deportivo racinguista corta la llegada del catalán de raíz. Fue entonces cuando eligió a Cristóbal Parralo como nuevo entrenador.
Toché
El de Toché fue un caso similar al reciente de Mateo Tanlongo, aunque el murciano no llegó tan lejos como el argentino. Pero el delantero también dejó tirado al Racing por un club extranjero en el verano de 2011. En este caso, el Panathinaikos griego. El futbolista ya tenía en su poder el contrato que le iba a ligar al Racing. Sólo tenía que coger un bolígrafo y firmarlo, porque de palabra ya había dado el 'sí, quiero'. Sin embargo, el club heleno, conocedor de las condiciones que ofrecían en las oficinas de los Campos de Sport, negoció con el futbolista una mejora a última hora. Los responsables del Racing esperaban un fax para cerrar su primer fichaje estival, pero lo que recibieron fue la llamada del representante de Toché reclamando nuevas cifras. El club cántabro, en plena administración concursal, ni tenía margen de maniobra ni estaba por la labor de que le toreasen, así que al final el delantero acabó en el conjunto griego.
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