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Verde y blanco... en la medida de lo posible
Pese a las pocas entradas disponibles, el racinguismose hizo notar en una Vitoria conun fuerte dispositivo policial
Lo que pudo ser y no fue. Con apenas 387 entradas y tropecientas peticiones, más de 700 racinguistas se tuvieron que conformar con ver el ... partido en televisión. Aunque en la mitad del estadio de Mendizorroza que se abre en los partidos del Mirandés sobrasen unos cuatromil asientos. Es lo que hay. Según el inquilino, «por motivos de seguridad».
Así que en Vitoria este sábado se vio el verde y el blanco. Pero sólo en la medida de lo posible. Porque la capital vasca, a finales de octubre, con ese fresquete y con un partido a las nueve de la noche, no invita tanto a viajar sin entrada como Gijón. Además, el propio Mirandés dijo a los racinguistas que mejor que se quedasen en casa si no tenían localidad reservada. Nada que ver con el partido del play off en Anduva, con unos quinientos racinguistas en el estadio y tres veces más en la calle.
Como no eran tantos como en otras ocasiones y la ciudad es bastante grande, la cosa estuvo bastante desperdigada. Hubo quienes llegaron antes de comer y se dieron un paseo por el coqueto casco viejo de la ciudad. Con la bufanda al cuello, que tampoco sobraba.
Las peñas, en un intento ya habitual de aunar fuerzas y compartir espacio, eligieron la Plaza Labastida como punto de encuentro. Un enclave ya utilizado en la anterior visita a Vitoria, aunque en esa ocasión para el partido contra el Alavés. Desde allí, fueron escoltados hasta el estadio.
Y luego, con el choque a esa hora, también hubo racinguistas que salieron con el tiempo justo y se fueron directos a Mendizorroza. Al fin y al cabo, en coche hay aproximadamente una hora y media entre Santander y Vitoria.
De todas formas, los 384 racinguistas fueron los oficiales, porque siempre hay quien se busca la vida. Y en un bar cercano al estadio, algún abonado rojillo hacía negociete alquilando su carné para la ocasión. Así que alguno de los de verde sin entrada, viajaron a ver si había suerte.
Dispositivo policial
Lo que sí hubo fue un fuerte dispositivo policial, por lo que pudiese ocurrir. No entre aficionados verdiblancos y jabatos, sino porque pudiesen entrar en juego los hinchas del Alavés. La Ertzaintza quería evitar que se repitiese lo de 2017, cuando el Racing visitaba al Vitoria en Olaranbe y en el barrio de Adurza se produjo una batalla campal en la que resultaron heridos cuatro aficionados verdiblancos y el autobús de los cántabros fue enviado de vuelta a Santander. Así que numerosas unidades de antidisturbios de la Ertzaintza se desplegaron desde por la mañana en diversos puntos de la ciudad, desde el barrio de San Martín a las inmediaciones de Mendizorroza o Ariznabarra. Un dispositivo de carácter «preventivo» activado por el Departamento vasco de Seguridad. Se produjeron algunas identificaciones, pero sin incidentes.
Incidentes en 2017
Lo que la Ertzaintza quería evitar era incidentes como los sucedidos en Vitoria en octubre de 2017, cuando el Racing, en Segunda División B, visitaba Olaranbe para verse las caras con el filial del Eibar. Entonces, aficionados alaveses y del conjunto cántabro protagonizaron una batalla campal en el barrio de Adurza, en concreto, en la rotonda de Olárizu. Una riña tumultuaria que terminó con cuatro seguidores del Racing heridos. En la pelea fueron identificadas hasta 49 personas. En aquella ocasión, un autobús de seguidores del conjunto cántabro fue enviado de vuelta a casa tras los sucesos.
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