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Decía José Alberto en una entrevista a El Diario que esta temporada no iban a cometer los mismos errores de la anterior. Pues no ... si no es la misma piedra, se parece tanto... Menudo sonrojo ante un Cartagena descendido hace dos jornadas, que no ganaba desde el 9 de diciembre. El fantasma de Villarreal andaba de puente por Cartagena. Y la oportunidad de volver a ponerse en puestos de ascenso pasó a ser una manera inverosímil de complicarse la vida en el momento más inoportuno. Menos mal que a los racinguistas que estaban allí les pagaron la entrada, porque el desplazamiento de regreso con el mosqueo no tiene precio. Sebastián Ceria está empeñado en desterrar a las papardas del racinguismo, pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre. Y lo de este domingo es lo que es...
Otro error defensivo, el enésimo, y la inoperancia máxima en ataque permitieron al equipo de Guillermo Fernández Romo sumar su primer triunfo desde la llegada del madrileño al banquillo. El Efesé marcó en el 44 y, a partir de ahí, le bastó con estar ordenadito. El manual del exentrenador verdiblanco. Pese a todo, el Racing sigue ahí, en la pelea, pero ahora habrá que ver cómo se digiere semejante derrota. En el vestuario y en el racinguismo.
No vendió motos José Alberto en la previa o al menos fue coherente a la hora de hacer la alineación. Dijo que era «el partido más importante» de la temporada y le dio continuidad al once. No se movió ni un ápice con respecto a la de la semana anterior, frente al Deportivo, ni siquiera ante los retornos de Aldasoro y Karrikaburu tras sus sanciones. Ni un borrón en la pizarra. Puestos los nombres, la pelota ya estaba en el tejado de los futbolistas.
En la actitud iba a estar la clave. El Racing vivía en campo rival, pero parecía contagiarse de la falta de intensidad del Cartagena. Honradez, sí, pero, '¿para qué nos vamos a matar?', parecían pensar los blanquinegros. Aun así, en una primera contra y después de que Michelin tirase mal la línea del fuera de juego, los murcianos estuvieron cerca de dar un susto. La acción acabó en córner para los locales.
El partido se estaba jugando al ralentí. Con el Cartagena sedado y el Racing con anestesia. Entre eso y la bocinita que sonaba continuamente en la grada era como entrar en trance... El sonido del balón contra el travesaño despertó al personal. Andrés Martín sacó el talento por la derecha y sirvió para la entrada de Íñigo Vicente, que se quedó, algo escorado, ante Campos. El vasco utilizó un recurso desconocido en él. Vio hueco en el palo largo y la pegó con la puntera. Campos la tocó lo justo para mandarla contra el marco.
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Ahora sí, el Racing despertó. Intenso, siempre en campo rival, buscando el hueco por el que entrar... Bueno, en materia ofensiva, porque atrás... El Cartagena volvió a salir de su campo, encontró la grieta por la zona de Mario García, que se resbaló, y Luna colonizó el área. La puso con rosca, al segundo poste y la mano salvadora de Ezkieta apareció para evitar el sonrojo. El navarro se levantó como un resorte e hizo un repaso del santoral. No era para menos.
Cartagena
Campos, Jorge More, Alcalá, Ndiaye (Andy, min. 82), Guerrero, Aguirregabiria, Nacho, Luna (Ortuño, min. 82), Núñez (El Jebari, min. 59), Pepín Machín (Óscar Clemente, min. 68) y Millán (Dani Escriche, min. 68).
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Racing
Ezkieta, Michelin, Mario García (Saúl García, min. 68), Mantilla, Javi Castro, Maguette Gueye (Meseguer, min. 46), Vencedor (Jeremy, min. 75), Andrés Martín, Pablo Rodríguez (Arana, min. 46), Íñigo Vicente y Karrikaburu (Rober González, min. 86).
Equipo arbitral: Muñiz Muñoz, del Comité Aragonés. Asistido en las bandas por Estela Bravo (Aragonés) y Almarche González (Balear). Cuarto: Manrique Antequera (Andaluz); VAR: Guzmán Mansilla (Andaluz) y AVAR: Munuera Montero (Andaluz)
Gol: 1-0, min. 44: Luna.
Amonestaciones: Amarilla a los locales Nacho y Jorge More y a los visitantes Mario García y Andrés Martín.
Incidencias: Cartagonova. Césped en buen estado, en una tarde soleada y ventosa. 2.662 espectadores, más de 400 de ellos, racinguistas.
Al agonizante Cartagena había que matarlo. Para que no sufriese. Y para que no hiciese sufrir a un Racing con demasiado en juego. ¿Cómo acabar con un zombi futbolístico? Andrés Martín, como arma, vale para todo. El andaluz realizó un fantástico control orientado, pero se echó demasiado encima de Campos. Acto seguido, Javi Castro, a la salida de un córner, estuvo a punto de embocar de cabeza en el palo largo.
Fue un arreón verdiblanco. El equipo de José Alberto volvió a perder el control y permitió al Cartagena hacer un par de incursiones, sin mucho peligro, a campo racinguista. Los diez minutos siguientes, los últimos de la primera parte, iban camino de ser de auténtico sopor. A alguno de los aficionados cántabros que les pegaba el solete allá en el fondo le estaba costando mantener las persianas arriba después de un viaje tan largo. El problema es despertar con una pesadilla. En el minuto 44, bofetón. Castigo a la tibieza verdiblanca.
Pepín Machín se convirtió en Savio Bortolini en la banda izquierda, Nacho puso un balón interior buenísimo a la espalda de una zaga cántabra –más la medular, que no ayudó– en calzoncillos y Luna se plantó solo ante Ezkieta, dribló al portero y puso a los murcianos por delante. José Alberto tardó un poco en enfilar el camino del vestuario. Debía estar analizando lo que acababa de pasar o dejando pasar los segundos para bajar el calentón.
El míster pasó factura con dos cambios ya de salida del descanso. El asturiano introdujo a Juan Carlos Arana y a Víctor Meseguer y dejó en la ducha a Maguette Gueye y Pablo Rodríguez. 4-4-2 para buscar la remontada. El problema es que ideas tampoco parecía haber muchas. Había que encomendarse al talento. Arana encontró a Íñigo Vicente en el área, el vasco recortó con un poco de suerte hacia dentro y su disparo raso con la diestra lo atrapó Campos. El mismo destino que el posterior remate de Karrikaburu.
El Racing empezó a apretar. Fruto también de que la posesión era prácticamente absoluta para el equipo cántabro. Pero había que saber gestionarla y ya habían pasado diez minutos de la segunda parte y apenas había avances. Arana lo intentó desde la frontal. Otro tiro raso a las manos del portero. Y Karrikaburu remató de primeras y acrobáticamente, fatal, un balón largo de Mantilla.
El empate pudo llegar en el minuto 65. Íñigo Vicente avanzó por el centro, le dejaron pasillo y el de Derio volvió a tirar de puntera. Parecía Cupim. Esta vez con la izquierda. Abajo. Campos sacó una espectacular mano para evitar el tanto racinguista. José Alberto llamó a Saúl García para sustituir a Mario García. Minuto 70 ya.
Las acciones de peligro racinguista llegaban a cuentagotas. Karrikaburu iba a mandar un disparo esquinado al lateral de la red. Justo en el momento en el que Jeremy empezaba a ponerse la camiseta en el banquillo. El canterano sustituyó a Unai Vencedor. Quince minutos por delante para arreglar el estropicio. Acelerado por las prisas, Michelin mandó un pelotazo al corazón del área pequeña. Iba tan fuerte que no lo alcanzaron ni Karrikaburu ni Jeremy en boca de gol.
Y así llegó el minuto 80. Sin nada que llevarse a la boca más allá de algún improperio. Mientras tanto, el Cartagena, para una vez que sale de su campo, encima se gustaba. Ortuño dejaba pasar el balón por debajo de las piernas y el disparo de Andy pegaba en Michelin antes de marcharse a córner.
José Alberto gastó su último cambio ya en el minuto 87. Retiró a uno de los dos delanteros, Karrikaburu, para meter a Rober González. Y, lo que es el fútbol, Saúl García la colgó desde la izquierda y el balón le fue a la cabeza al recién ingresado futbolista extremeño, que mide 1,69. Luego, entre el despeje de Arana a centro de Michelin y el remate con la izquierda de Saúl García, el esperpento estaba servido.
A pesar de todo, tuvo el Racing el empate ya en el tiempo añadido. Un barullo en el primer poste a la salida de un córner lo remató a la media vuelta Javi Castro y lo mandó al poste. Fue lo único rescatable en una segunda parte llena de malas decisiones, como la de Michelin en la última jugada del partido. Hizo cosas el equipo cántabro para llevarse algo de Cartagonova, pero la derrota, merecida. Tres chavales con la camiseta del Elche se partían de risa en la grada de Cartagonova. Fastidia, pero no era para menos.
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