La Lupa: La apuesta de Ania por Lombardo y Cayarga se quedó a medias
Su juego en las bandas hizo al equipo estrecho y sin capacidad de desborde | La tendencia del francés de tirar diagonales y la poca iniciativa en ataque del asturiano les convirtió en previsibles
Lombardo | Por la izquierda
Obligado a jugar más cerca para sacar lo que tiene
Por instinto ve una portería. La otra, tan solo de reojo. Si no fuera por Iván Ania, que le ha cambiado el chip, habría que ... recordarle que tiene un portero como compañero. Su tendencia a correr hacia delante es innata, por eso cuando le toca retroceder le supone un desgaste enorme. Desde que llegó al Racing su fútbol encaja en la banda izquierda, como este martes en el Carlos Belmonte. Enzo Lombardo no es un extremo al uso. En su idea inicial no está la de profundizar pegado a la cal y ganar la línea de fondo, por eso Ania lo coloca a pierna cambiada. Su desborde y su uno contra uno tiene casi siempre una dirección: para dentro. Aún así, y conociéndole como le conocen -cada vez más- los rivales, el francés logra ganar la mayoría de los duelos. Sin embargo, con Alberto Benito no lo tuvo ayer fácil. El lateral derecho del Albacete fue más rápido que él muchas veces, sobre todo cuando pretendía ganarle la espalda por velocidad y al espacio.
Tiene ratos. Es un futbolista que sin balón desaparece, pese a que cada vez está ganando en protagonismo. Salvo un par de golpes francos, Lombardo sacó todas las faltas de las que disfrutó el Racing. Su golpeo es efectivo y con intención. Precisamente en una de ellas llegó la mejor y única ocasión que su equipo creó en la primera parte; un balón medido del francés a la cabeza de Cejudo no fue gol porque el portero del Albacete, Nadal, se lució con una gran parada.
No duda en encarar, es más, abusa de su uno contra uno en cada una de las acciones que arranca desde la línea de tres cuartos. Quizás por esa vocación tan extrema de atacar, Ania decidió ponerle por detrás un escudero como Aitor Buñuel al que sacó de su posición habitual para que tapase la libertad ofensiva y ciertamente anárquica del francés.
Es un futbolista diferente y necesario que al Racing le da imprevisibilidad y le resta empaque. En esa dualidad, el cuerpo técnico da por bueno todo el desequilibrio que ofrece en ataque a pesar de que defensivamente obligue a extremar la precaución.
Intimida. Su capacidad para desbordar con éxito es algo que al rival le mantiene fijo. Ahora bien, es un futbolista infinito en distancias cortas que languidece cuando el recorrido se alarga. Necesita estar cerca de la portería para hacer valer sus enormes virtudes; todas las veces que ayer arrancó a la altura de los banquillos le sobraron diez metros. Durante la segunda parte, casi por inercia, cayó al centro del campo en numerosas ocasiones y allí sí que se convirtió en peligroso.
Es probable que sus prestaciones decaigan con el nuevo dibujo 4-4-2 con el que el Racing sigue imbatido. Con el anterior, aquel que basaba el ataque en tres jugadores detrás del delantero, Lombardo ocupando el puesto de media punta multiplica por cien sus argumentos. Ayer quiso, pero no pudo.
Cayarga | Por la derecha
La falta de confianza limita su iniciativa y recursos
No es el mismo. Hay futbolistas a los que la confianza y la regularidad hacen mejores, Cayarga es uno de ellos. Por eso se explica que el asturiano, entregado y generoso, no se parezca al que el año pasado tiró del equipo e, incluso, durante una etapa concreta del campeonato se convirtió en el jugador más en forma del Racing. Este año lleva tres partidos de titular –con el de ayer– y apenas ha participado. Un freno en la autoestima que le impidió ayer intentar cualquier cosa que no fuera sacrificarse por el grupo. Jugó 71 minutos y fue sustituido por Nico Hidalgo, un perfil muy distinto al suyo. Se marchó cariacontecido el avilesino sabedor que su actuación fue justa.
Cayarga tiene muchos recursos; regate, desborde, precisión en el centro y entrega. Ayer sólo pudo demostrar el último de los atributos. Nada de esto es nuevo, puesto que ya el pasado año su presencia en los partidos a domicilio respondía a ese afán de Ania de hacerse fuerte en defensa. Ese fue el propósito en el Carlos Belmonte ante la ausencia de Yoda, no asumir riesgos y ayudar a Carmona. Entre la tendencia del asturiano a recular, la falta de confianza para atacar y las más que seguras órdenes de Ania para que se incorporara al ataque lo justo, su actuación fue discreta.
Los tiempos estaban medidos. La salida de inicio de Cayaraga y la entrada en el campo de Nico Hidalgo en los últimos veinte minutos con el partido lanzado y el rival mermado no fue casualidad. Con Cayarga el equipo se asegura tener su parcela controlada. Ofrece garantías, asume pocos riesgos, colabora con el centro del campo, pero no tiene la verticalidad de Nico Hidalgo. No la tiene y mucho menos ayer, que ni tan siquiera lo intentó.
No le ocurre tan ostensiblemente como a Lombardo, pero tampoco es un extremo al uso para jugar pegado a la cal. Su primera opción no es la de correr al espacio y por eso tampoco responde a lo que se le pide a un hombre de banda específico. Este martes no fue ni una cosa ni otra. Los sistemas defensivos y el orden se impusieron a las posibilidades de los atacantes y eso a Cayarga le neutralizó la poca iniciativa que tuvo.
Se marchó sin cometer errores y sin que nadie pudiera decir que no hizo su trabajo, pero en cualquier caso el equipo echó de menos que por su banda ocurriera algo. Necesita confianza y minutos, pero con Yoda por el momento lo tiene difícil y más ahora que parece que a Ania le convence la idea de jugar con dos delanteros, salvo ayer que lo hizo sólo con Nuha. Sirva de atenuante a la poca aportación de Cayarga en ataque la actuación de su sustituto, Nico Hidalgo. El andaluz no mejoró el rendimiento del asturiano, síntoma de que el Albacete ganó la partida a los hombres de banda del Racing, Su inoperatividad por los laterales convirtió en previsible a los verdiblancos.
Noticia Relacionada
Ania: «Apenas hemos pasado apuros defensivos»
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión