«No nos sirve de nada llenar cinco estadios si estamos amargados»
La banda ofrece hoy un concierto en Santander con 'The river and the stone', el disco de su consolidación
Ekain Elorza se prepara para entrar junto a su compañero de aventura, Paco López, a La Riviera, donde disfrutará del concierto de Sexy Zebras, banda ... amiga, cuyo éxito celebra. El batería de Morgan se alegra de ver cómo otros grupos afianzan sus pasos. Como han hecho ellos, recién pasado el acontecimiento de tocar por primera vez en el WiZink Center el pasado 21 de enero, con un despliegue a lo grande. Con la resaca emocional de esa cita, hoy estarán en Escenario Santander (21.00 horas) y las canciones de 'The river and the stone' su tercer disco de estudio, que ha consagrado su trayectoria en apenas cinco años.
-¿Cómo está?
-Creo que es el primer día que estoy bien después de lo que ha sido el WiZink para nosotros. Imagínate...
-Mejor que lo cuente.
-No estaba en nuestros planes. Nunca fue un objetivo. Nos vemos más en otro tipo de recinto de tamaño medio. Y de repente, cuando nos comunican que vamos a tocar en el WiZink, fue una suma de nervios y responsabilidad. No fue un ¡por fin!, sino un ¡hostias!
-¿Tuvieron dudas?
-Claro, todo el rato. Hasta el último momento (ríe). Daba miedo no solo que fuera un concierto de Morgan sino que íbamos con lo que llamamos The Golden Family; doce músicos extra en el escenario. Un cuarteto de cuerda, un quinteto de vientos y un trío de voces. Todo enero fueron preparativos para eso. Ha sido increíble, salió todo perfecto, pero hoy es el primer día sin nervios.
-¿Quiénes les acompañan en esa Golden Family?
-En el primer disco ya había parte. La madre de Nina, su madrina Marisa y sus amigas, que son coristas y durante los últimos 50 años lo han cantado casi todo, colaboraron en las voces de 'Home'. 'Chuches' tenía una banda con Álex Serrano, que tiene su propia sección de vientos, cinco amigos que también colaboraron en la presentación del primer disco. Cada vez que hemos ido dando pasos a salas más grandes, les hemos llamado para ayudarnos y arroparnos un poco.
-¿Compartir así le da otro significado a ese crecimiento?
-Totalmente. Somos una banda muy unida, muy familia y nos gusta estar arropados por nuestros amigos. Algo que ellos sienten muy propio también.
-¿El término amigos se mantiene vigente en la banda tal y como está creciendo el proyecto o a veces toca tomar distancia?
-Intentamos siempre estar todos bien. No podemos dar pasos si vemos que alguien lo va a sufrir. A veces pasa; estar todos de acuerdo en la toma de decisiones es difícil, pero nunca tensamos la cuerda. La amistad tiene que mantenerse porque, como nos dice el público: hay buen rollo y eso se transmite. Y es porque está pasando de verdad. Es fácil perderte en lo que hay que hacer, cifras y números. Igual no hay que hacer tanto, sino hacer menos y estar contentos. ¿De qué nos sirve llenar cinco estadios como el WiZink si estamos amargados? Lo hemos ido aprendiendo con el tiempo, todo muy exprés, muy rápido y casi hasta la pandemia no hemos tenido tiempo de pensar lo que nos estaba pasando.
-A veces es casi mejor...
-Sí, pero llegamos muy cansados al confinamiento. Yo estaba agotado mentalmente. Nos había ido increíble, habíamos dado casi 200 conciertos sin parar, estaba siendo maravilloso, pero por dentro estaba fundido.
-Usted ha dicho que el proceso de grabar 'The river and the stone' fue una válvula de escape.
-Sí, sí. Y de poner las cosas en su sitio, valorar lo que tengo, disfrutar porque esto se acaba en cualquier momento. Fue un cambio total. Y como estamos ahora, estamos perfectos y podemos seguir toda la vida.
-'The river and the stone tiene un año de vida. ¿Cómo han cambiado las canciones en ese tiempo?
-Ahora las estamos tocando mejor que nunca. Es así. Por fin hemos estabilizado la banda tras la salida de Ovejero. Ha entrado Willy Planas, amigo de toda la vida que ha vuelto a generar ese entorno familiar y creo que estamos haciendo los mejores conciertos si no de siempre, sí de esta gira. Estamos en plena forma, las disfrutamos y les tenemos mucho cariño; por el momento en que se hicieron, lo que supuso para nosotros estar juntos componiendo, fluyendo...Nos unieron.
-¿La meta de Morgan sigue siendo, como al principio, aprender?
-Totalmente. Y ver de lo que somos capaces. En este disco lo hemos hecho más que nunca. Nos hemos forzado un poco a ver qué pasa, qué se nos da bien, qué se nos da mal. No hacer lo mismo, sino quitarnos el miedo y experimentar. Hicimos cada barbaridad que no venía a cuento... Pero esos ejercicios de creatividad te pueden llevar a nuevos universos que se vean plasmados en otros discos más adelante. Pero sí, aprender, disfrutar y hacer canciones entre amigos.
-¿Ya están trabajando en esos planes para más adelante?
-Por ahora no. Acabamos de editar dos canciones en YouTube, hay un par de vídeos en nuestro canal, pero lo teníamos todo parado hasta el WiZink. Ahora que ha pasado, en un par de semanas empezaremos a pensar el qué, el cuándo, el cómo... Pero como siempre, fluir.
-Terminamos en el principio. ¿Cuándo ha tenido que trabajar tanto para afianzarse, valora más el éxito de las bandas cercanas?
-Por supuesto. Y aparte, sentimos mucho cariño de las bandas con las que nos cruzamos. como que todo el mundo se alegra del éxito que vamos teniendo. Así que a mí me da la vida que Sexy Zebras llenen La Riviera o unos Rufus T. Firefly con una gira increíble, unos Shinova que conozco de toda la vida con todo llenos, como Los Zigarros... Sabes lo que significa llenar tu primera sala grande. Cuesta muchos años, mucho trabajo, muchos kilómetros, mucho tiempo de no tener un pavo... Y cuando uno que lo ha sufrido tanto lo consigue, quieres tomarte cuatro birras viéndolo y aplaudir de principio a fin.
-Hacia Morgan también parece generarse esa ola de empatía.
-Es lo que sentimos. Es verdad. Nos lo transmite la gente. Y los compañeros. Estamos en un momento muy bueno.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión