«El público es ahora más generoso con la música contemporánea»
Simon Rattle, que ha estado al frente de la London Simphony en las dos últimas jornadas del FIS, afirma que ha dejado a un lado «el concepto de precisión como perfección»
Simon Rattle (Liverpool, Reino Unido, 1955) confesó en Santander que si tuviese que permanecer en una isla desierta elegiría al compositor Joseph Haydn como acompañante. « ... Seguro que con él no me aburriría», dijo entre risas. Un humor que no faltó en su comparecencia ante los periodistas horas antes del segundo de los conciertos que dirigirá esta noche en el Festival Internacional de Santander (FIS) al frente de la London Simphony Orchestra. Se enfrentará a un programa compuesto por obras John Adams y Johannes Brahms, dos compositores «que ama» según reconoció. «Tocar a Brahms es como tocar el cielo», llegó a especificar. El domingo, en su primera actuación, la orquesta interpretó obras de Haydn, Britten y Rachmaninov y él sorprendió de nuevo al público santanderino con una dirección en la que prescindió de la partitura. «Siempre hago cosas diferentes, pero siempre cosas que amo», explicó y por eso, preguntado por la variedad del programa, volvió a bromear y aseguró que es lo que él denomina un «repertorio de tapas, aunque Rachmaninov es ciertamente muy grande para unas tapas».
La inclusión de John Adams en este concierto provocó muchas preguntas sobre este compositor y la música contemporánea: «Hace unos años existía la idea de que la música contemporánea era para un público muy determinado y ahora estoy feliz con que tenga tan amplia parroquia y la reciban con verdadero entusiasmo. Cada vez se toca más y mejor porque el público de hoy es más generoso con todos los estilos», afirmó.
Sobre Adams, compositor con el que comparte una gran amistad y al que considera un «demonio» en sus armonías, aplaudió que en la actualidad se haya «ampliado» la idea acerca de cómo debía sonar la música contemporánea, hasta el punto de que ahora hay más variaciones que antes, y se incluyen autores que en épocas anteriores no se hubieran mezclado. «Me encantan Elliot Carter y Adams. Son contrapuestos y se odiaban, pero a mí me gustan los dos», explicó a modo de ejemplo.
«Las orquestas están concentradas en ser precisas, así que intento enredarlas un poco»
También reveló que se considera un director ecléctico y volvió a reír: «Sólo si no se dice como insulto» antes de asegurar , ya más serio, que a pesar de haber nacido en un tiempo en el que los directores trabajaban solo con sus orquestas y un repertorio muy concreto: La que no toque a Bach se estará perdiendo algo de Bruckner porque la música es un círculo».
Sir Simon Rattle reconoció que tanto él como su orquesta están encantados con su regreso a Santander y al Festival Internacional de Santander (FIS) a donde volverá en 2020. «Esta colaboración fue para mí una enorme sorpresa, pero ahora mismo no se me ocurre un sitio mejor donde empezar la temporada», aseguró.
A lo hora de dirigir a los músicos señaló que decidió dejar a un lado el concepto de «precisión como perfección» para buscar otras perfecciones. «Mi trabajo es enredarles un poco, porque las orquestas están concentradas en ser precisas e intensas pero a veces hay que intentar hacer algo más peligroso», apuntó.
Si bien, tal y como expuso, se ha encontrado con unos músicos «muy curiosos a los que les encanta experimentar. La London Simphony Orchestra tiene una gran calidad y tantas posibilidades que les permite tocar muchos estilos», apostilló.
El Brexit
Acompañado por Jaime Martín, director artístico del Festival Internacional de Santander (FIS) y de Kathryn McDowell directora general de la London Symphony, el maestro también fue cuestionado por el Brexit y el peligro que puede suponer para las orquestas europeas y para la música clásica la salida del Reino Unido de la Unión Europea. «Pues seguro que afectará, aunque los músicos lo haremos funcionar como siempre, pero esta situación no nos pone las cosas ni más fáciles ni mejores. Es como si te pegas un tiro en las dos piernas y te preguntas por qué es tan difícil andar», respondió.
Por último, también recordó su paso como director por la Orquesta de Birmingham y la Filarmónica de Berlín, antes de llegar en 2017 a la London. Una trayectoria que, según destacó, le ha aportado un gran número de experiencias y «un increíble numero de cosas» que han contribuido a que su carrera haya sido como es. «Seguramente la Filarmónica de Berlín me quiso porque había estado con la de Birmingham y conocían el trabajo que realicé y de la alemana me he llevado su profundidad, oscuridad, extraordinario ritmo, intensidad y flexibilidad. Algo que me está ayudando mucho ahora en mi trabajo con la London».
En cuanto a lo que ha aportado a esta orquesta asegura, de nuevo con ese humor que le acompañado durante toda la rueda de prensa, que les está haciendo trabajar casi, «hasta cerca de la tumba», pero que percibe cómo su sonido está cambiando en busca de la precisión, «lo más cercano a la perfección», y de nuevos colores en el fraseo.
La orquesta, concluyó «adora la variedad» cosa que él asegura agradecer.
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