Industria cree que la ampliación de Aguayo pasa de «estratégica a urgente tras el apagón»
El foro 'Sostenibles' abordó los retos y oportunidades que tiene Cantabria en la transición energética con expertos técnicos
Dos fueron los protagonistas que centralizaron el programa del foro 'Sostenibles' celebrado este miércoles en el salón de actos de El Diario Montañés. El primero fue el apagón nacional del pasado 28 de abril, un acontecimiento que no podía pasar desapercibido en una jornada que giraba en torno a la transición energética. Y la segunda de las piedras angulares fue, precisamente, una de las soluciones al reto que se presentan en Cantabria, la ampliación de la central hidroeléctrica de Aguayo. El proyecto lleva años sobre la mesa y, tras la puntual crisis de suministro del pasado mes, «pasa de ser estratégica a urgente». Así lo planteó el consejero de Industria, Empleo, Innovación y Comercio, Eduardo Arasti, que pidió al Gobierno central acciones para encauzar y facilitar dicha inversión.
Fueron muchos más los aspectos que se abordaron en las dos mesas de expertos que organizó El Diario Montañés en colaboración con el Gobierno de Cantabria: el impulso de las renovables –especialmente, del hidrógeno verde y las plantas de biogás en la comunidad–; la necesidad de ayudas para la descarbonización de las empresas; e, incluso, los sobrecostes que vienen de la mano de la electrificación de los procesos productivos. Pero Arasti quiso enfocar el arranque del programa en la central hidroeléctrica de Aguayo por el importante papel que juega el proyecto de su ampliación en el futuro tanto de la región como del país.
De acometerse el plan, con los nuevos sistemas de producción y almacenamiento de energía limpia la infraestructura pasaría a incrementar su capacidad de bombeo en un gigavatio y se convertiría en la segunda central de bombeo más grande de España. «Sería un espaldarazo para Cantabria», incidió Arasti, que apuntó a que Repsol –la concesionaria que explota la instalación– no ha acometido la inversión de 800 millones que se estima a estas alturas porque, entre otros factores, «el Estado no ha concretado aún el marco regulatorio necesario para garantizar la viabilidad económica del proyecto».
Arasti cree que el apagón del pasado abril fue un «toque de atención» que obliga a actuar y poner medios para mejorar la situación de Cantabria, que «sólo genera el 30% de la energía que consume y que tiene un déficit del 70%, de los más elevados del país». Un balance en el que juega un papel fundamental, a sus ojos, Aguayo. Así lo defendió también este miércoles en la jornada el ingeniero de Repsol Ismael Riviriergo, que relató que el apagón fue «un examen sorpresa» en Aguayo, que se logró superar porque la central fue uno de los engranajes capitales para conseguir equilibrar la oferta y la demanda de energía y Cantabria fue «una de las zonas en las que primero se restituyó el suministro». Eso sí, reconoció que «hay margen de mejora» y se extrajeron de la experiencia aspectos a mejorar por si vuelve a repetirse una situación similar, pero no dejó de agradecer la labor que desempeñaron los trabajadores.
Apoyo para los objetivos
En la primera de las mesas redondas también intervino Alberto Fuentes, vicepresidente de Operaciones de Ferroglobe, una empresa incluida dentro del grupo de grandes demandantes de energía. Corroboró que el pasado 28 de abril la fábrica de Cantabria fue el primero de los centros de producción nacionales del grupo en recobrar la normalidad, pero incidió en que hay que tomar medidas. Entre otras cuestiones, porque después de lo ocurrido «los costes por el suministro se han incrementado por los operadores y no sabemos a cuánto va a ascender la factura», una incertidumbre que, dijo, «no se da en otros países» por lo que reclamó «igualdad en las normas de juego».
También pidió «precios estables» Miguel Ángel Díez, CEO de Reinosa Forgings & Castings, que a su vez incidió en que la transición energética y los objetivos que se están imponiendo a las empresas llevan acarreado un esfuerzo por el que reclama más apoyo público. «Estamos tomando acciones para ser consumidores de energía 100% renovable pero debe haber toda la financiación y debe tener un acceso fácil».
En la primera mesa de debate también participaron Fernando Rodríguez, decano del Colegio de Ingenieros Industriales; José Luis Ceballos, director general de Industria del Gobierno de Cantabria; y Martín Silván en representación de CEOE-Cepyme.
«La región no puede permitirse quedar atrás en biogás ni en hidrógeno verde»
Además de apostar por Aguayo como elemento clave del futuro energético de Cantabria, la jornada hizo hincapié en las otras dos vías a seguir en los objetivos de sostenibilidad energética. Las dos grandes apuestas complementarias deben ser, a ojos del panel de técnicos que intervino, el hidrógeno verde y las plantas de biogás.
Por parte de Ric Energy –una de las empresas que está impulsando el proyecto de hidrógeno verde en los antiguos terrenos de Sniace– participó el directivo Pablo García-Salmones. El mismo defendió la apuesta por este sector porque Cantabria «está muy bien posicionada», teniendo en cuenta que «la futura red H2Med pasará por aquí». Asimismo, mantiene que «hay un tejido industrial electrointensivo con mucho potencial».
No obstante, en el debate García-Salmones no se ciñó a ensalzar las virtudes del hidrógeno verde, hizo lo propio con las plantas de biogás. «Se debe plantear como una solución de economía circular de gestión de residuos y no sólo como planta energética, para lo que debe haber una labor pedagógica en ese sentido». Lo afirmó en apoyo a José Francisco González, de la comercializadora autonómica de luz y gas Logos Energía, que en su intervención en el debate apuntó que «echamos de menos que en Cantabria nos pregunten por qué nos estamos llevando a Extremadura las plantas que teníamos planteadas aquí por 80 millones de euros, cuando además de proponer una solución a los purines, a la contaminación de los ríos y a la gestión de residuos genera energía limpia».