Moderado optimismo en la siderurgia cántabra tras la tregua del acero entre EE UU y Bruselas
El acuerdo, que entró en vigor el 1 de enero, permite retirar los aranceles impulsados por Trump, aunque con un cupo
La tregua comercial entre Estados Unidos y Bruselas en relación a los flujos comerciales del acero ha traído un moderado optimismo a la siderurgia de ... Cantabria que, en un momento complicado por factores coyunturales como los costes energéticos, observa en esta relajación de aranceles una vía para recuperar cuota en el mercado estadounidense o incluso explorar la entrada con nuevos productos.
El acuerdo que acaban de rubricar la administración presidida por Joe Biden y la Unión Europea no sólo pone fin a la 'guerra' iniciada por Donald Trump en 2019, que en su afán por proteger a las fábricas americanas penalizó mediante aranceles la entrada de productos del extranjero, lo que cerró las puertas de la exportación a muchos fabricantes, sino que de nuevo abre el camino a productos como bobinas, alambrón u otros materiales que se producen en las plantas regionales.
Desde Reinosa Forgings & Castings entienden que «la nueva situación arancelaria para el acero europeo en Estados Unidos es una noticia positiva en general, aunque hay que tener en cuenta que se fijan una serie de condiciones que no dan libertad total. Hay establecidas unas cantidades máximas anuales de tres millones de toneladas, que se reparten en cuotas por países y familias de productos, basados en porcentajes históricos de años anteriores. Dependiendo del país y del producto, puede estar bastante limitado. No es una buena noticia para productores que quieran desarrollar nuevos productos y que estén en países con valores de importación históricos bajos. Además, es una cuota compartida y no individual».
43,07millones facturó la siderurgia cántabra en exportación a EE UU en 2017.
9,78millones llevaba vendidos el sector regional en Estados Unidos hasta octubre de 2021.
Forgings & Castings otea oportunidades en ciertos nichos especiales, pero recuerda el lastre de la energía o el transporte
Global Steel Wire cree que el nuevo contexto «abre una puerta a crecer» en ese mercado y diversificar la actividad
El acuerdo mantiene igualmente las trabas para las importaciones procedentes de Turquía, Rusia o China
La factoría campurriana tenía en Estados Unidos uno de sus objetivos de expansión, en especial por el conocimiento del mercado que poseen sus propietarios, con el empresario Bruce Liimatainen a la cabeza. Sin embargo, hay otras barreras. «Para Reinosa Forgings & Castings se abre una puerta para exportar ciertos productos a EE UU y habrá oportunidades de negocio en ciertos materiales especiales. En cualquier caso, hay que valorar el delicado momento en el que nos encontramos debido a los costes de transporte marítimo, la electricidad y el gas, que se encuentran en máximos históricos y restan atractivo para poder competir en este mercado. En cualquier caso, siempre es positivo poder optar a más oportunidades independientemente de las condiciones», remachan desde la compañía.
Si hubo una empresa regional a la que hizo daño el proteccionismo de Trump esa fue Global Steel Wire y su matriz, el Grupo Celsa. Ahora, la corporación «valora positivamente el acuerdo alcanzado, que suprime los aranceles del 25% a las exportaciones, ya que abre una puerta para crecer en el mercado norteamericano gracias a nuestro liderazgo europeo como productor de acero circular y de bajas emisiones, y por nuestro modelo industrial, integrado en toda la cadena de valor del acero. Ello nos permite diversificar más nuestra actividad y potenciar nuestro negocio internacional para capturar nuevos crecimientos, ya a partir de este año 2022», comienzan.
El pacto suscrito no es una barra libre, pero, como recuerda Grupo Celsa, supone que la Unión Europea podrá exportar 3,4 millones de toneladas de acero sin tener que pagar arancel del 25% y sin tener la competencia de las exportaciones de terceros países, como Turquía, Rusia o China para los que se mantiene el 'peaje' del 25%. De hecho, dentro de ese 'cupo' comunitario, a España le corresponden 242.000 toneladas repartidas en 49 artículos (alambre, tubos, bobinas, barras laminadas, semiproductos...). Patronales como Unesid ya han salido a precisar que esas cifras se quedan cortas.
Carlos Día releva a Javier Echávarri al frente de GSW
Carlos Día ha regresado a Global Steel Wire para tomar el relevo de Javier Echávarri como máximo responsable de la compañía, cuya fábrica se sitúa en Santander.
Día ya fue CEO del Grupo GSW entre 2010 y 2017. Posteriormente, dentro de sus funciones en el Comité Ejecutivo de Celsa Group, se ha encargado en los dos últimos años de liderar el equipo de Celsa encargado de definir la hoja de ruta de sostenibilidad de la corporación.
El retorno se enmarca dentro de un proceso de reorganización de Celsa, que mantiene a Javier Rubiralta como presidente y CEO. Echávarri, tras su marcha de GSW, se convierte en la actualidad en el responsable financiero de todo el Grupo.
En cambio, el lobby europeo de empresas siderúrgicas Eurofer sí está mas satisfecho. «Este podría ser el punto de partida de una nueva asociación transatlántica que aborde conjuntamente las distorsiones del comercio mundial y el cambio climático», señaló el director general de la asociación, Axel Eggert. «Este paso adelante es una señal positiva después de las fricciones entre la UE y EE UU durante los últimos años, que han puesto las relaciones transatlánticas bajo tensión», apuntó.
Competitividad
Para la matriz de GSW, «desde el punto de vista de la lucha contra el cambio climático este acuerdo es además una muy buena noticia porque el sector de producción de acero de Europa es mucho menos intensivo en emisiones de CO2 que el del resto del mundo y esto permite avanzar hacia la descarbonización del mercado del acero a nivel global, que actualmente supone el 10% de las emisiones directas e indirectas de CO2. En el caso concreto de Celsa Group y de Global Steel Wire, que producen acero circular y de bajas emisiones -a partir de hornos de arco eléctrico, que emiten 9 veces menos CO2 que los altos hornos convencionales-, ello les sitúa en una posición realmente competitiva que supone una oportunidad para capturar parte del crecimiento que ofrece el mercado de Estados Unidos, uno de los más importantes del mundo».
Las exportaciones de la siderurgia cántabra a Estados Unidos sí que han experimentado un retroceso en paralelo a las limitaciones introducidas por Trump. Como referencia, de los 43,07 millones facturados en 2017 se pasó a 23,1 en 2018 y 19,57 el ejercicio posterior, según información de la Dirección Territorial de Comercio en Cantabria, adscrita a la Secretaría de Comercio.
2020, con todas sus connotaciones, ya fue un año muy particular en el que se tocó fondo con 9,46 millones. Las barreras de entrada se han seguido notando durante 2021, con una ligera mejoría, con datos hasta octubre en 9,78 millones, pero lejos de los registros de ejercicios previos.
En todo caso, los aranceles de Trump sí que hicieron más daños a las exportaciones cántabras a ese mercado, cuyo descenso fue más acusado que el comportamiento general de la siderurgia, cuyas ventas al exterior oscilan entre los 534,6 millones de 2017 y los 493,58 contabilizado hasta octubre de 2021. En 2020 se registraron 439,1 millones, con varias semanas de plantas cerradas o al ralentí.
Dentro del comportamiento general de la exportación, Cantabria sí que ha recuperado el pulso hace tiempo, con 2.464 millones hasta octubre. El techo del lustro se localiza en 2019, con 2.621,9 millones.
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