La plantilla de Forgings & Castings se moviliza este miércoles por los «abusivos» costes energéticos y de los combustibles

La protesta tendrá lugar en la portería principal junto al cigüeñal, en un cambio de relevo, y los representantes de la plantilla han convocado a la prensa para poder «visualizar» la situación que atraviesan las fábricas electrointensivas españolas.

Dirección y sindicatos están negociando hoy mismo sobre el futuro de la factoría. Reinosa Forgings & Castings ya puso encima de la mesa el viernes el escenario que dibuja para el corto y medio plazo. Un panorama complicado, con un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que la siderurgia campurriana pretende que esté vigente hasta diciembre de 2023. Era sólo el comienzo de una negociación, con lo cual se parte de posiciones de mínimos, pero igualmente la compañía sostiene que no habrá dinero para complementar el subsidio por desempleo durante el tiempo en el que los 528 trabajadores de la fábrica se vean afectados por la regulación.

No obstante, se espera que los términos finales puedan mejorarse ligeramente, aunque la situación es complicada, con unos costes energéticos que han deteriorado notablemente las cuentas de la empresa propiedad de NFL. De hecho, la Dirección justificó el expediente, entre otras cuestiones, en los malos resultados de los años previos, entre otros factores.

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El escenario propuesto gira en torno a que el plan de ajuste alcanzará al 100% del personal, con una afectación del 60% de la jornada en el ejercicio de un año de 127 jornadas. El periodo de aplicación, el ya mencionado, hasta que arranque 2024 y con ello pueda abrirse una nueva etapa en Reinosa. Lo más importante, y aunque todo puede mejorarse, la pretensión de no complementar el ERTE. ¿La razón? Como la propia empresa ha trasladado desde que comunicó la necesidad de detener la producción, sus cuentas se han visto deterioradas por la escalada de los precios energéticos, que en casi la mitad de la cartera de pedidos no ha podido repercutir al cliente al ser contratos cerrados meses atrás. Otra consecuencia, la tesorería igualmente se halla en situación delicada.

Los sindicatos centraron su reacción inicial en los efectos de que no hubiera complemento. En una plantilla con un convenio generoso, un trabajador afectado durante un mes completo sólo percibiría 1.182,16 euros brutos. Si tuviera un hijo a su cargo ingresaría 1.351,04 euros brutos y en caso de tener dos cobraría 1.518,02. La representación social habló de «medidas muy duras» contra los empleados.