Los sindicatos coinciden en el diagnóstico y exigen mayor formación para poder revertir la situación
La mayor innovación en el negocio, así como el riesgo a otra burbuja, retrae a los jóvenes y apunta a un conflicto grave en pocos años
Ante las quejas de los empresarios, los sindicatos, la voz de los trabajadores en este caso, también tienen su opinión. Como punto de partida, Luis ... Díez, secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro (UGT-FICA), sostiene que «es un problema directamente relacionado con la escasez de empleos cualificados y de calidad en un momento en el que las empresas necesitan profesionales con conocimientos actualizados y en línea con los empleos verdes que requiere la construcción sostenible».
Díez razona que «en pocos años la construcción se ha reinventado a sí misma para convertirse en un sector innovador y a la vanguardia en la aplicación de nuevas tecnologías pero necesita de una formación que permita adaptarse a esa transición económica sostenible y digital; una formación encaminada tanto a un empleo más cualificado como más estable, mejor remunerado y más seguro».
Óscar Arroyo, de Comisiones Obreras, va en una línea similar. Además de mencionar cambios sociales que están llevando a los jóvenes por otros caminos, subraya que en «sectores como construcción o madera los oficiales y carpinteros se están jubilando o marchando por edad biológica. No hay un relevo. No están entrando nuevas camadas que den el relevo. De aquí a cuatro años vamos a tener un problema muy grande de profesionales, no sólo en construcción, sino también en electricistas, carpinteros... La Formación Profesional tendría que funcionar mejor para solucionar este tipo de conflictos».
Como cierre, la Federación de Industria de USO expresa que «la crisis del ladrillo de 2008 está detrás de esta situación. Miles de trabajadores cualificados salieron del sector y durante este tiempo se ha producido una ruptura donde la especialización ha sido la principal afectada. La falta de cualificación en la mano de obra juvenil representa el 38% del paro en nuestro país, y ello se agrava con la falta de compromiso de la Administración a la hora de ofertar cursos específicos para que los trabajadores jóvenes vean con un aparente atractivo el poder desarrollarse profesionalmente en el sector de la construcción».
Pero hay más. «Por otro lado, la construcción es un sector muy masculinizado y el papel que juega la mujer dentro del sector es residual, no llegando al 10% del total de contrataciones de mano de obra directa».
Como corolario, USO subraya que «todos estos motivos hacen que la clase trabajadora mire con recelo el poder salir al mercado laboral en este sector, o que se vuelva a repetir una burbuja y deje a los trabajadores como en la crisis del 2008». Un problema de difícil solución.
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