Trierweiler o el brillo de los 'cuernos' de Francia
La ex de Hollande ha reaparecido "metamorfoseada" en un reportaje
FRANCISCO APAOLAZA
Viernes, 2 de octubre 2015, 08:41
Dicen que los cuernos son como los dientes de leche, que cuando pasa cierto tiempo, se caen. A Valérie Trierweiler ya se le han pasado las ojeras de cuando vio a su marido, el presidente francés François Hollande, salir a escondidas del nido de amor extraconyugal que compartía con la actriz Julie Gayet en enero de 2014. Ese día se le cayó el alma, pero ya ha vuelto a su sitio, tanto que nadie se cree que no haya de por medio cirugía, ya sea física o digital.
Esta nueva imagen tan brillante, tan rubia y tan estelar de la periodista ha salido publicada en la edición japonesa de 'Fortune' y ha levantado todo tipo de comentarios en Francia. «Metamorfoseada, 'photoshopeada'. No se la conoce», han escrito en 'Closer', la revista por la que ella se enteró -al menos en teoría- de que su marido dejaba el Elíseo para más que verse -y lo que fuera- con Julie Gayet. Entonces, el disgusto la llevó a guardar reposo ocho días en el hospital Pitié-Salpêtrière de París. Muchos en ese momento no daban un duro por ella y probablemente se hayan llevado una sorpresa con el reportaje fotográfico en el que posa en una lujosa casa, atendida por un peluquero y en pose de diva de Hollywood.
Un sector de la población francesa le reprocha casi todo. En primer lugar, que haya ganado dinero a costa de unas memorias en las que pone a su expareja como hoja de perejil. No podía ser de otra manera. Le afean hasta que se haya lucrado de su despecho, cosa que ahora ha querido evitar donando el dinero del reportaje a una organización contra la pobreza.
Ante los comentarios más o menos procaces sobre su estado físico, la periodista ha respondido en su Twitter esto: «Soy una mujer de 50 años y estoy en forma». De eso nadie tiene duda. Ni siquiera François Hollande. Según 'Closer', el presidente ha hecho un solo comentario al respecto y ha sido sobre el cepillado de su pelo: «Ah, me gusta su 'brushing'». No ha sido el único en fijarse. El que más contento ha quedado con el reportaje es el estilista Guillaume Sergenti, que no da abasto con tanta clienta.
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