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Carlos Falcó, marqués de Griñón, con su hija Tamará Falcó, fruto de su matrimonio con Isabel Preysler, su segunda esposa. VÍDEO: ATLAS

Adiós a Carlos Falcó, víctima del coronavirus

El marqués de Griñón, de 83 años, había dado positivo y se encontraba ingresado desde el domingo en un hospital de Madrid por un catarro

Pilar vidal

Viernes, 20 de marzo 2020, 19:27

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Carlos Falcó, marqués de Griñón, falleció este viernes a los 83 años en el hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid, donde permanecía ingresado desde el pasado domingo cuando llegó aquejado por un resfriado que derivó en una neumonía hasta dar positivo en coronavirus. Al centro hospitalario llegó acompañado de su segunda hija, Xandra, marquesa de Maribel. Desde entonces y por culpa del aislamiento, su familia permanecía en contacto con él vía telefónica porque no podía recibir visitas. Tampoco habían querido hacer público la noticia para evitar la presión mediática. Pero el virus pudo finalmente más que sus fuerzas por salir adelante.

Su cuarta y última esposa, Esther Doña, de 41 años, permanece recluida en el nuevo piso que la pareja había alquilado en Madrid, porque según fuentes cercanas, también dio positivo en el test de coronavirus, pero sus síntomas no requerían de ingreso hospitalario, pero sí de cuarentena domiciliaria.

Sus cinco hijos, Manolo, Xandra, Duarte, Aldara y la más mediática Tamara, están destrozados. Precisamente esta última que llevaba días angustiada por el empeoramiento progresivo de su padre, compartía este mismo viernes en sus redes sociales una cariñosa imagen de pequeña junto a él en la que decía: «Esta foto describe la relación con mi padre. Papi tú no tienes Instagram, pero como siempre te enteras de todo lo que hago, que sepas que te quiero y eres el mejor padre que jamás podría desear».

Carlos Falcó junto a su actual mujer, la exmodelo malagueña Esther Doña.
Carlos Falcó junto a su actual mujer, la exmodelo malagueña Esther Doña. EFE

Más allá de sus apariciones en el papel couché, el conocido aristócrata fue un ingeniero agrónomo que volcó su amor por la naturaleza cultivando vides y olivos. Se convirtió en un empresario romántico que luchó hasta el último de sus días por defender su principal empresa, Marqués de Griñón Family Estates S.A, que elabora aceite de oliva y vinos que gozan de alta reputación. Hace justo dos años salía al paso de las informaciones sobre una supuesta falta de liquidez asegurando que su marca estaba valorada entre diez y once millones de euros.

Reconocía arrastrar una deuda de alrededor de 4,5 millones, una cantidad pequeña según él en relación a sus activos. El principal de todos ellos es la finca El Rincón (Aldea del Fresno, al sureste de la Comunidad de Madrid), que además de las hectáreas de viñedo, cuenta con un palacete de mediados del siglo XIX rodeado de jardines.

Además de ser uno de los fundadores del Club Siglo XXI y de presidir el Círculo Fortuny (que agrupa a las marcas de lujo españolas), estaba también al frente de la Asociación del Lujo europeo y recientemente fue nombrado presidente de ECCIA (European Cultural Creative Industries Alliance), una entidad que agrupa a grandes marcas y entidades culturales de Europa.

Su hija Tamara Falcó había subido este viernes mismo una foto con él: «Eres el mejor padre que jamás podría desear»

Carlos Falcó fue un niño bien desde la cuna. Nació en el Palacio de Dueñas (Sevilla), en 1937, hijo de los duques de Montellano, una rama de los Falcó, que acumula 41 títulos, con 13 grandezas de España. Fue al colegio 'Las Jarrillas' con el rey emérito don Juan Carlos. Estudió la carrera en Lovaina (Bélgica) y la complementó en California donde conoció a Jeaninne Girad, con quien se casó en 1963. Allí llegó al mundo su primogénito, Manuel, al año de casarse, mientras que Xandra, nació en 1967, cuando ambos habían regresado a España.

El matrimonio no duró mucho, pues Jeaninne le dejó por Ramón Mendoza, expresidente del Real Madrid. Él empezó a salir con Cristina Onassis, pero la relación no fraguó.

Isabel Preysler, su gran amor

Su verdadero amor sería Isabel Preysler, a quien conoció en una proyección privada de la película 'Fiebre del sábado noche'. Al mes de salir, le pidió matrimonio y se casaron en 1980, dos años después de que ella hubiera roto su matrimonio con Julio Iglesias. Un año más tarde nacería Tamara, pero no sería suficiente para que Isabel se aburriera con la vida campestre del marqués. Tanto que le dejó para casarse con Miguel Boyer, con el que alternaba desde hacía unos meses.

Carlos Falcó volvió a enamorarse, esta vez de Fátima de la Cierva, 22 años más joven que él. Se casaron en 1993 y tuvieron dos hijos, Duarte y Aldara. Pero ella también le abandonó. Hasta que hace tres años, llegó su cuarta y última esposa, Esther Doña, una relación que supuso un escándalo social y la ruptura familiar.

A Esther, exmodelo malagueña a la que doblaba en edad, la conoció en una cata de vinos. Desde entonces se hicieron inseparables. Al año de relación se convirtieron en pareja de hecho y un año después, en 2017, celebraron una boda secreta, en la finca familiar de El Rincón.

A la ceremonia no asistieron ninguno de sus cinco hijos, tan solo dos amigos íntimos de la pareja. Ella aseguró a gente del entorno que había firmado un papel renunciando a todo por amor. Y es que la herencia, bienes inmuebles, un notable patrimonio artístico, sociedades..., no es menor. Esther está empadronada en El Rincón, donde intentó gestionar eventos, y poner en marcha una línea de cosméticos basados en el aceite de oliva. Todo ello sin éxito. Últimamente se dejaban ver poco.

El aristócrata se casó 4 veces; con su última mujer, Esther Doña, 42 años más joven, contrajo matrimonio en 2017

El matrimonio era muy activo socialmente hasta que hace un año tuvieron una fuerte discusión en la habitación del hotel Eurobuilding, en Madrid, donde pasaban la noche. El marqués acabó en la comisaría de Chamartín, donde se le tomó declaración. Aquel escándalo les pasó factura a nivel social. La pareja aseguró que la crisis estaba superada y que eran muy felices.

Hasta su ingreso hospitalario hace casi una semana, el marqués de Griñón mantuvo una actividad profesional incansable, que alternaba con su asistencia a citas sociales como la gala de apertura del Teatro Real de Madrid, pues era un gran aficionado a la ópera.

Los cinco hijos del marqués están ahora más unidos que nunca. En sus manos está que se cumplan las últimas voluntades de su padre. Todos ellos habían mantenido diferencias con Esther Doña.

Dada la situación de confinamiento en que se halla el país por culpa del virus que ha acabado con su vida, el marqués de Griñón tendrá que tener un funeral discreto, lejos de la atención mediática que recibió a lo largo de su vida.

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