El PNV retirará su apoyo a Sánchez si la corrupción se extiende al Gobierno o al PSOE
Los nacionalistas no cierran la puerta al diálogo con el PP, después de recibir ayer la llamada de Tellado, que les pidió retomar «la relación»
Olatz Barriuso
Miércoles, 2 de julio 2025, 09:41
La clave de bóveda de la legislatura de Pedro Sánchez, herida de gravedad por el estallido del 'caso Cerdán' y la entrada en prisión del ... ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, descansa más que nunca en los socios que propiciaron su investidura. Y, singularmente, en el PNV y en Junts, las dos fuerzas políticas con más cintura para cambiar de aliados si las cosas vienen mal dadas o, como mínimo, para borrarse por voluntad propia de la nómina de apoyos del Ejecutivo y unirse al coro de voces que exigen elecciones inmediatas o la dimisión del presidente del Gobierno.
El partido vasco aún no ha cruzado esa línea pero se planteará hacerlo, según las fuentes consultadas, si el escándalo por presunto amaño de contratos públicos a cambio de mordidas salta la barrera del triunvirato Koldo-Ábalos-Cerdán y salpica, con pruebas fehacientes de por medio, al propio Sánchez, a su Ejecutivo o al PSOE como organización.
«En algún sitio hay que poner la raya», avisó Aitor Esteban cuando los audios de Koldo y el informe de la UCO que implicaba al ex 'número tres' socialista salieron a la luz a mediados de junio. Pues bien, esa línea roja está ya trazada y el PNV, que contiene la respiración desde hace semanas por si explotan más bombas políticas a su alrededor, la sitúa en que el 'caso Cerdán' deje de ser una cuestión «individual» que afecta a tres personas y se convierta en «estructural». Ni siquiera haría falta esperar a una sentencia, como la de 'Gürtel' que propició su apoyo a la moción de censura que aupó a Sánchez en 2018, porque en este caso el propio secretario general dio credibilidad a las pesquisas de la UCO al fulminar a Cerdán.
«Si se demostrara que esto es algo estructural que afecta al Gobierno o al PSOE, estaríamos en otra situación», advirtió ayer el presidente del PNV en Bizkaia, Iñigo Ansola, en una entrevista en Radio Popular. Para el líder del BBB, que Cerdán haya ingresado en Soto del Real «ya te da unos indicios que son muy preocupantes» aunque los hechos, de momento, -recalcó- siguen afectando «a personas individuales». El PNV empieza a poner distancia y se mantiene a la espera de lo que pueda relatar Sánchez en su comparecencia del próximo 9 de julio ante el Congreso, aunque sin demasiadas expectativas, y de nuevas revelaciones de la Guardia Civil. «Estamos a la espera de más información, para también nosotros reflexionar y decidir en un determinado momento».
¿Decidir qué exactamente? Parece muy improbable que, aunque el escándalo escalara de grado, los nacionalistas den el paso de apoyar una moción de censura convencional para hacer presidente a Feijóo. Tampoco parece factible que pudiera ponerse en marcha una operación política con un candidato alternativo y 'blanco' con el único propósito de descabalgar a Sánchez y convocar elecciones de inmediato. Más verosímil parece que el PNV, llegado el caso, pudiera dar el paso de exigir que se disuelvan las Cortes y se pongan las urnas, como ya hace el PP a diario, o bien reclamar la dimisión del presidente del Gobierno para ser sustituido por otro dirigente socialista de forma interina, según publica El Correo.
Sánchez quiere ganar tiempo
Algo más simbólico de cara a su electorado y para evitar el desgaste que con efectos reales, en cualquier caso, porque en el PNV están convencidos de que Sánchez ya ha perdido la mayoría y que sólo está ganando tiempo para convocar elecciones entre finales de 2025 y mediados de 2026 con un proyecto de Presupuestos volcado en el gasto social y fallido por falta de apoyos a modo de programa electoral. Mientras tanto, esperan exprimir los meses que queden de legislatura con un acuerdo sobre el traspaso de la Seguridad Social, hasta ahora tabú, en la Comisión Bilateral del 15 de julio. «Mientras haya un Gobierno al otro lado, seguiremos trabajando en defensa de los intereses de Euskadi», subrayó ayer de forma gráfica la portavoz del Ejecutivo vasco, Maria Ubarretxena.
Aun así, el PNV tampoco quiere escenificar un portazo al diálogo con el PP. El portavoz de los populares en el Congreso, Miguel Tellado, telefoneó ayer a los jeltzales dentro de la ronda de contactos anunciada por Feijóo para tomar la temperatura a los socios de Sánchez tras el ingreso en prisión de Cerdán. Según fuentes peneuvistas se trató de una «conversación breve» en la que el dirigente popular les pidió «que haya relación de aquí en adelante».
La llamada rebajó algo la tensión entre ambas partes porque la mera designación como interlocutor de Tellado, un dirigente abiertamente hostil en sus declaraciones hacia los socios, ya hacía desconfiar al PNV. Pero que el propio portavoz convocara una rueda de prensa para lanzar «ataques y acusaciones» antes siquiera de hablar con la peneuvista Maribel Vaquero les convenció de que la maniobra era una mera «estrategia de marketing».
La incomodidad del PNV, que insiste en que su interlocución en Madrid no se limitaba a Cerdán, sino que recaía sobre todo en María Jesús Montero y Félix Bolaños, es creciente. También por las insinuaciones del ahora preso sobre la mediación de Antxon Alonso, el dueño de Servinabar, entre jeltzales y socialistas durante las conversaciones para la moción de censura que acabó con el Gobierno de Mariano Rajoy, que el PNV volvió a negar ayer de forma tajante.
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