Los Planetas: 'Pop' (1996)
'Pop' ha de considerarse mucho más que un simple disco. Con el paso del tiempo, el segundo larga duración de Los Planetas acabó convirtiéndose en un icono generacional
César Campoy
Miércoles, 16 de marzo 2016, 18:18
Sin duda alguna, el de Los Planetas fue uno de los fichajes más fructíferos de la multinacional RCA-BMG, en aquellos desenfrenados años 90 del ... siglo pasado. El, posteriormente denostado, indie español atravesaba uno de sus momentos más explosivos, y los directivos de algunas grandes compañías empujaron a sus ojeadores a dedicarse a chequear, tanto las salas de moda como los pequeños sellos discográficos, en busca del futuro producto sonoro que fuera capaz de aumentar sus ventas, más allá de los productos clásicos que integraban su catálogo. RCA contó la ayuda de David López, uno de los A&R con más vista que ha dado nuestra música. Unos cuantos años antes de decidir abandonar el universo de las 'majors' para fundar Limbo Starr, él fue el encargado de convencer a entidades sonoras independientes del calibre de El Niño Gusano, Australian Blonde, Nosoträsh o los mismísimos Los Planetas, de que su entrada en una multinacional contribuiría a convertir en masivos unos sonidos que, hasta entonces, tan sólo disfrutaba un selecto grupo de jóvenes. El indie iba camino de convertirse en un producto de consumo masivo (a la música se le añadirían, en breve, el cine, literatura, el diseño o la publicidad), y la ocasión la pintaban calva.
La banda granadina, liderada por J. Rodríguez y Florent Muñoz, sonaba hacía un tiempo, en los mentideros especializados. Sus paisanos de Lagartija Nick, Antonio Arias y Miguel Ángel Rodríguez, habían sido los encargados de producirles aquel 'Medusa EP' editado por una Elefant Records que no supo o no pudo retener a un combo que acabó sucumbiendo a los encantos del gigante discográfico. Tras un primer larga duración, 'Super 8', grabado en Sonoland, bajo la batuta de Fino Oyonarte (Los Enemigos), repleto de piezas que han pasado a formar parte indiscutible de la historia reciente del pop hispano ('Desorden', 'De viaje' y, sobre todo, 'Qué puedo hacer'), y pese a que la repercusión obtenida no es la esperada, el sello decide que la formación tiene que volver a entrar a un estudio para cincelar el que debería convertirse en trampolín definitivo del conjunto, y emblema de aquella nueva generación.
Tras barajarse diversas opciones, es Kurt Ralske, miembro de Ultra Vivid Scene, el encargado de ponerse a los mandos de una aventura que acabará provocando un pequeño terremoto en el seno de Los Planetas (diversos cambios en la formación, y aparición en escena de Erik Jiménez), pero que supondrá un antes y un después en el devenir de la cultura indie. Así pues, este 'Pop' (de nuevo envuelto en el diseño gráfico del afamado Javier Aramburu) mantiene la esencia primitiva de sus creadores: esas guitarras puestas al servicio de ambientaciones de diverso cariz, esas píldoras sonoras de carácter eminentemente pegadizo, ese inequívoco registro vocal de J... Once composiciones que se abren con toda una declaración de intenciones, una 'db' (inspirada en sus admirados Mercury Rev) de casi 10 minutos de duración que representa otro de los universos recurrentes de Los Planetas: un sentido crescendo que acaba desembocando en una explosión de distorsión y mala leche desconcertantes. En la misma línea se sitúa una dura, hipnótica y cautivadora 'La máquina de escribir', cuya letra fue tildada, incluso, de misógina («vas a arrodillarte, vas a hacerme caso, podrás hacer esto por mí»).
'Himno generacional #83'
No fue éste el único texto expuesto a las más variadas interpretaciones. A la lista habría que añadir unas 'Himno generacional #83' y 'Una nueva prensa musical' de explícito título, o una '8' en la que ese peculiar registro vocal de J ayudó a potenciar el equívoco: ¿La letra viene a decir «pues eso es suficiente para mí» o «el sexo es suficiente para mí»? En un plano completamente diferente se encuentran piezas más etéreas y cautivadoras como 'Ciudad azul' o 'Aeropuerto', mientras que el pop puro y duro, en forma de auténticos hits, se nos brindó a partir de la enérgica 'Ondas del espacio exterior', la bellísima 'David y Claudia' (hay quien asegura que inspirada en la relación que, por entonces, mantenían Claudia Schiffer y David Copperfield) y, sobre todo, la explosiva 'Punk' (curioso título para cerrar un disco llamado 'Pop'), un torrente abrumador de guitarras frenéticas y platos al aire de poco menos de minuto y medio de duración. ¿Para qué más?
'David y Claudia'
Pese a que no son pocas las voces que aseguran que 'Pop' no ha envejecido del todo bien, tanto su valía sonora como su condición de icono cultural de un momento concreto de la historia de nuestra música lo convierten en uno de los discos más influyentes del universo independiente hispano. Además, sirvió para destapar, definitivamente, el tarro de las esencias de una banda que, a partir de su siguiente trabajo, 'Una semana en el motor de un autobús' (RCA-BMG, 1998) acabó consolidándose como una de las formaciones más admiradas y rompedoras del pop facturado en estas tierras.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.