El hombre con mas huevos de España
Hace aproximadamente 45 años, sumidos en la mayor oleada de actos terroristas de ETA, se produjo un intento de secuestro que, dado que lo he ... leído recientemente, quería traerlo a colación en estas líneas, sobre todo pensando en todos los que no vivieron aquellos años de coches bomba, tiros en la nuca y secuestros de meses, que tuvieron en vilo a todo el país durante demasiado tiempo. Era junio de 1980 y dos individuos se presentaron en casa del señor Eulogio Gómez Franqueira, en aquel momento presidente de la empresa avícola Coren. Su esposa les abrió la puerta, para que pudieran llamar por teléfono y, ante una supuesta avería de su coche, seis etarras entraron en el domicilio, con el objetivo de secuestrar a don Eulogio. Cuando éste fue interceptado pidió poder coger un pijama y algo de ropa de su armario, pero lo que realmente hizo fue tomar una pistola y disparar, directamente, contra los secuestradores, hiriendo al cabecilla de todos ellos, lo que provocó que salieran todos huyendo de la casa, frustrando el intento de secuestro.
En aquellos días la prensa recogió el titular «del hombre con más huevos de España», pues era el dueño de la mayor empresa avícola que había en el país, que lo sigue siendo, pues Coren es, hoy, la mayor cooperativa agroalimentaria de España. Pero quizá lo más admirable, más que el valor y la determinación de un hombre que no quería someterse a la tiranía del terrorismo, sea su origen humilde. Don Eulogio había sido maestro de escuela e hijo de unos campesinos en las tierras de Orense que, él y el resto de su familia, han enriquecido con el trabajo duro y constante y simplemente haciendo lo que mejor saben, sin que nadie llegara a atentar contra ellos.
Lo bueno de esta historia es que, gracias a los huevos, don Eulogio se evitó un secuestro o asesinato, como pasó con tantos empresarios en aquellos años y, como consecuencia de ello, pudo dar continuidad a su proyecto de empresa, vivir hasta los 71 años, muriendo de forma natural y sin provocar el sufrimiento de una mujer que llegó a vivir 99 años. Mi conclusión es que, en la vida, hay que dejar vivir y que todas las cosas se pueden resolver, con mayor o menor nivel de satisfacción, sin tener que recurrir a la violencia, a la agresividad o a la imposición. Vivimos en tiempos de guerra y, desde los Balcanes, la más cercana a nosotros, en Ucrania, además de los tradicionales conflictos en Medio Oriente, la violencia y la guerra nunca consiguen nada, salvo perjudicar a los más débiles, a los que nunca tienen responsabilidad alguna, ni implicación, como así pretendieron con don Eulogio.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión