Cuando sentimos paz
Las guerras internas siempre se ganan con los medios adecuados, no lo olvidemos
Desde luego que hay guerras, como en Gaza o en Ucrania, pero también las hay dentro de nosotros mismos. Quiero preguntarte algo. ¿Hay momentos, instantes ... quizá, situaciones, en las que sientes paz contigo mismo? Quizá tengamos que definir antes lo que es sentir paz y que, a mi entender, no es más que experimentar que todo, dentro de nosotros, está razonablemente en equilibrio. Sentimos calma en nuestras emociones, todo dentro de nosotros está tranquilo. Este sentimiento es, con independencia de lo intensos o apasionados que seamos, una experiencia vital que nos indica que estamos de acuerdo con nosotros mismos, en lo que hacemos, en lo que sentimos y en el reconocimiento que nos dan los demás. Si has experimentado esta sensación de paz, coincidirás conmigo en que es realmente maravillosa. Cuando así se nos representa en nuestra conciencia y nos decimos a nosotros mismos 'me siento en paz', hay pocas sensaciones que puedan igualarlo.
Ahora bien, si no has experimentado nunca esta paz o si hace mucho que no lo sientes, lo más seguro es que haya algún tipo de guerra dentro de ti. ¿Cuáles son los mejores indicios de que hay guerra? Si sientes culpa, angustia, depresión, ansiedad, si no eres capaz de estar durante un tiempo razonable sintiéndote bien contigo mismo y sin que acudan a tu mente problemas constantes, que en ese momento parecen como irresolubles. Y, si esta es la situación, hay que pacificar el territorio, tenemos que poner medios a nuestro alcance para sofocar el incendio, que puede nacer de una pequeña fogata y acabar convirtiéndose en un exterminio completo de todo un territorio de nuestra personalidad. Y ¿qué armas tenemos para luchar en esta guerra? La mejor arma es vencer y convencer a nuestro peor enemigo, que en estos casos solemos ser nosotros mismos, aceptándonos tal y como somos, sin experimentar resentimiento hacia nosotros, ni odio hacia nadie en especial (el odio es una rabia interna hacia nosotros mismos que proyectamos en el otro). Otro buen extintor para apagar estos fuegos es trivializar y dar la justa relevancia o lo que nos sucede, tenga la dimensión que tenga el campo de batalla, su tamaño, su magnitud, tan sólo depende de nuestra forma de verlo.
Lo único que sí que puedo asegurarte es que cuando seas capaz de vivir en paz, cuando experimentes esta sensación y hayas ganado todas tus batallas, serás capaz de reconocerla y sentirla en toda su intensidad, sabiendo que esa paz será acosada por motines a bordo, pequeñas batallas que ganar (siempre las hay, cada día), pero si el horizonte es de paz, tratarás en todo momento de que la guerra no se vuelva a instalar en tu territorio. Por cierto, las guerras siempre se ganan con los medios adecuados, no lo olvidemos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión