¿Qué has aprendido hoy?
Si mis prioridades son las de acumular años en mi empleo, sólo voy a conseguir ser una rémora
Quiero compartir contigo una pregunta que, con frecuencia, y durante los últimos años, me hago cada día: ¿Qué he aprendido hoy? ¿A qué nuevo reto ... me he enfrentado? ¿Qué he aprendido del mismo? Hasta que la sociedad, el Estado o los clientes nos jubilen, cada día de dedicación a nuestro trabajo debiera ser un día de aprendizaje. Ojalá pudiéramos decir algo así como «hoy sé más que ayer pero menos que mañana». Aprender nos enriquece, mantenernos como estamos, en un mundo que evoluciona, es empobrecernos.
El mundo, la vida, el mercado o la empresa, hoy no tiene nada que ver con lo que había hace veinte o treinta años. Si mis prioridades son las de acumular años en mi empleo, tratando de hacer siempre lo aprendido en los inicios, lo único que voy a conseguir es ser una rémora para mi empresa, entrar en zona de riesgo de despido o quedarme apartado y desempeñar tareas que hacen los menos capacitados. Hace años que vengo diciendo que cuando una persona comienza a trabajar tiene dos herramientas, los conocimientos, competencias o destrezas y las ganas de trabajar que sirven para medir la valía de esa persona.
Si cuando estás a diez o quince años de la jubilación ese valor es reducido, por falta de ganas o de aprendizaje, el coste que supones a esa organización será, cada año que pase, mayor al del valor que aportas a la misma; en definitiva, cuestas más que lo que vales. La única opción que tenemos para romper esa situación es aprender, complementarnos, experimentar nuevas destrezas, adquirir nuevos conocimientos y tener la mente abierta para dejarnos impregnar por todo lo nuevo que debe sustituir a mucho de lo viejo que ya no vale.
Tras 36 años de profesión, me sigo preguntando: ¿Qué he aprendido hoy? Si la respuesta es positiva me siento satisfecho y preparado para el aprendizaje de mañana. Si es negativa, muchas veces lo es, pienso en que al día siguiente tengo que aprender el doble para compensar la oportunidad que hoy desperdicié.
Se pueden aprender tantas cosas: nuevos conocimientos para tu estudio, para el trabajo, para amar mejor a quienes quieres, para desenvolverte mejor en sociedad, para ser mejor ciudadano, para ampliar nuestros recursos verbales o lingüísticos, para gestionar mejor nuestra economía, para educar mejor a nuestros hijos, para disfrutar del tiempo de ocio, para ser más creativo en nuestro trabajo, para liderar personas o para adquirir cualquier tipo de destreza personal o profesional.
Y ¿a través de qué medios podemos aprender? Las herramientas son múltiples: libros, formadores, tutoriales en internet, píldoras formativas, revistas, artículos de prensa o revistas, podcasts y, sobre todo, experimentando y poniendo en práctica lo aprendido con cualquiera de las herramientas anteriores. ¿Qué vas a aprender mañana?.
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