Abuso de poder
El consejero de Educación presume de que ha salido victorioso en la pugna que mantiene contra la comunidad educativa de El Pedregal, pero la verdad terminará aflorando
Asociación de Madres y Padres de Alumnos del CEIP El Pedregal de Castro Urdiales
Martes, 1 de julio 2025, 07:09
El consejero de Educación, Sergio Silva, considera que ha salido victorioso de la pugna que lleva manteniendo contra la comunidad educativa del CEIP El Pedregal de Castro Urdiales ... durante los últimos meses, una de las tantas cruzadas que lleva emprendiendo contra el sector educativo en Cantabria y que está siendo la seña de identidad de su legislatura.
El consejero ha corrido a enviar una nota de prensa informando acerca de la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) que ha fallado, de momento, a su favor. Para que no haya dudas sobre su poderío, ha henchido pecho mientras mandaba un escrito en el que sin ningún tipo de pudor manipulaba la información y se congratulaba de que el tribunal haya desestimado el recurso interpuesto por el Sindicato de Trabajadores de Educación de Cantabria (STEC), la AMPA y el profesorado del centro. Lo que el consejero ha ocultado con alevosía, y para qué andarnos con rodeos, con gran maldad, es que la demanda que interpusimos fue admitida a trámite y que lo único que hasta la fecha ha rechazado el TSJC son las medidas cautelares que se solicitaban para anular la supresión de plazas docentes que la Consejería había anunciado un tiempo antes. El TSJC todavía no ha emitido ninguna resolución sobre la demanda interpuesta.
Como buen abusón, está orgulloso de esta pírrica noticia. Orgulloso, ojo, de lo que considera una victoria de toda una Consejería frente a una comunidad educativa compuesta por una plantilla de cuatro docentes, ochenta y seis alumnos, más el resto del personal empleado. Quizá esté tan orgulloso de esta derrota porque este colegio pequeñito, aunque no haya dejado de crecer, ha resultado ser un colegio peleón, organizado, sin recursos materiales, pero con grandísimos recursos humanos que le ha mantenido en el ojo del huracán y le ha generado más dolores de cabeza de lo que jamás hubiera esperado. Un colegio que ha logrado sacar adelante una moción en contra del cierre del colegio en el Parlamento de Cantabria, que él ha menospreciado. Un colegio movilizado que ha reunido más de 11.000 firmas de la ciudadanía cántabra. Un colegio que, por todo ello, ha puesto de manifiesto la grandeza de la escuela pública y de la diversidad que alberga. Y esta diversidad se traduce en una gran diversidad de capacidades al servicio de una causa: luchar por la escuela pública.
Como abusón de patio de colegio, el consejero no ha dudado en todo este proceso en decir toda clase de falsedades, como cuando mentía sobre el número de alumnos del centro para justificar su cierre o como cuando responsabiliza a la Fundación Barquín Hermoso del cierre del colegio, sin mencionar que el Patronato de la Fundación está formado en su mayoría por miembros del actual Gobierno regional. Tampoco le ha temblado el pulso cuando ha incluido información difusa en sus alegaciones a la demanda presentada por la AMPA, profesorado y STEC. No dice en público, sin embargo, lo que sí dijo en una reunión con la AMPA, y es que «el Gobierno tenía una relación de gratitud con la Fundación Barquín». Esa es de la poca información verdaderamente aclaratoria que ha manifestado durante todo este proceso, marcado por la opacidad, la total falta de negociación y el servilismo absoluto a la Fundación.
Una actitud incomprensible para un consejero de Educación que debería anteponer el bienestar de los niños y las niñas de Cantabria a los intereses inmobiliarios de cualquier fundación. Una decisión que no se entiende desde la razón. Una decisión y una actitud que solo se entienden si existieran intereses particulares que desconocemos. El tiempo nos lo dirá.
En estas últimas declaraciones, el consejero ha hecho una vez más gala de su nula sensibilidad hacia las personas afectadas por el cierre del colegio: los niños y las niñas de nuestro centro, que viven con inquietud no saber si continuarán con su clase o si tendrán que adaptarse a un nuevo centro y grupo. Por no hablar de los docentes, trabajadores y familias. Todos le damos igual.
Pero quizá se ha vuelto a precipitar. Desde la AMPA vamos a recurrir la decisión del TSJC, que entendemos que se ha basado en premisas incorrectas y ajenas a la realidad a consecuencia de la deficiente calificación de los documentos por parte de la Consejería de Educación, ya que los archivos se han guardado con títulos que nada tienen que ver con su contenido. Desconocemos si por error, o no.
Este colegio no se doblegará ante lo que considera una enorme injusticia y un abuso de poder. Seguirá poniendo al servicio de la escuela pública y de sus hijos e hijas todo su empeño para que la verdad aflore y que el cierre de colegios no sea a capricho de intereses privados.
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