Carné de gobernante
Días atrás escribía sobre la debida acreditación para la paternidad. Hoy quisiera abogar por otra titulación tan relevante o más que es la del ejercicio ... de quien nos gobierna.
Si los políticos sólo ejercieran como tales, no habría nada que objetar, tienen sus propias reglas y como los jugadores de fútbol en el terreno de juego, todo queda en el campo.
El político habla para su audiencia, promete y se compromete en papel mojado, simula, anuncia, cambia, gesticula, amaga, etc. Como el deportista en el terreno de juego, hay que simular que se hace algo para que el contrario se confíe y luego actuar en cualquier dirección no prevista. Insisto, si sólo fuera política, sería hasta divertido. El problema surge cuando el político se convierte en gobernante y sobre su responsabilidad, y sobre todo sobre la de los que somos gobernados, comienza a gestionar y a tomar decisiones que afectan a millones de euros, de personas y de repercusiones en leyes, prohibiciones y obligaciones.
El político se hace mayor cuando pasa a ser gobernante, pero ¿quién le ha validado para que lo sea? ¿Quién ha contrastado su capacidad como gestor de lo público (dineros, derechos e intereses)? Es increíble que esto suceda casi todos los años y por cuatro años de duración (ahí es nada) y que lo aprobemos con nuestros votos. Lo que tendríamos que hacer es manifestarnos para poder votar un cambio sustancial en esta materia.
Todo político que aspire a ser gobernante debiera acreditar una experiencia mínima de desempeño con éxito en la empresa privada, no en la enchufada, en la que genera recursos por sus propios medios, sin leyes que la favorezcan. Además debiera disponer de una formación superior y al más alto nivel. Ese político quizá llegue a determinar el destino de cientos o de miles de millones de euros.
¿Nos podemos permitir que se haga así, por las buenas? ¿Vamos a seguir dejando que nos gobiernen personas inexpertas en la gestión o poco capacitadas? Más aún ¿vamos a dejar que se pongan a prueba sus capacidades con la experiencia en una mala gestión continuada? ¿Qué méritos pone a nuestro alcance un gobernante que lo único que ha hecho ha sido hacer carrera de política de partido?
Cuando nos incorporamos en una empresa para trabajar tenemos que presentar un currículum que demuestre nuestra formación, credenciales y experiencia, mientras que en lo que afecta a todos no hace falta nada.
¿Somos tan torpes que dejamos que esto siga así otros 45 años más? ¿Habrá alguien que me escuche y se piense el modo de ponerlo en práctica? O justamente ¿quienes lo podrían implementar son los menos interesados en que esto se pueda llevar a efecto? Carné de gobernante ya! Por favor.
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