Vargas, 15. Cafetería Picos de Europa. Fundada en el año 1950 por dos lebaniegos que con más arrojo que perras en el bolsillo salvaron el ... desfiladero de La Hermida y se presentaron en la capital a ver qué tal se les daba. Jesús Bedoya, de Sotres, y Francisco Pando, de Dobres, que tales eran sus gracias, levantaron de la nada un modestísimo bar de barrio. Un establecimiento con mesas de mármol para echar la partida y una barra en la que acodarse para beber, cantar coplucas y picar más bien poco por falta de posibles. De lo cual va ya para setenta y cinco años, tres cuartos de siglo a punto de cumplirse.
En la actual cafetería, una pareja apura su consumición con aire perplejo. No saben adonde ir el fin de semana. Se tienen ya muy recorrida la provincia, al buen tuntún. Requerida mi opinión, les indico que sistematicen sus excursiones domingueras con una publicación de bolsillo, «EL FIESTERU de Cantabria, 2022», que contiene las fiestas de todos los pueblos de la región, con sus circunstancias.
Curiosidades a mantas. Domingo, 2 de enero: La Vijanera, Silió. No celebrada este año por el Covid. ¡Y van dos! Viernes, 7: EL MORCILLERO, en la Encina (Santa María de Cayón). Sábado 22: SAN VICENTE MORCILLERO, en Ceceñas y Selores y EL MORCILLÓN en Muriedas.
Fiestas todas con tan sabrosísimo elemento común: «la morcilla ¡oh, gran señora, digna de veneración!» (en la impagable loa de Baltasar del Alcázar). Y con la suculenta morcilla, el santo de día: San Vicente mártir, patrón de sastres y modistas.
Por el barrio de Riancho, en la localidad pasiega de San Vicente de Toranzo, un obrero que va en bicicleta con más hambre que el perro de un titiritero pasa cantando a su chatuca: «Mucho quiero a san Vicente, / por ser patrón de Toranzo, / pero más te quiero a ti, / que me pones los garbanzos».
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