Hidroalcohólicos anónimos
Conocemos grupos de desalmados jóvenes que se encargan, con descaro permitido y nuestro buenismo patológico, de transmitir con crueldad los contagios
Sería de agradecer que en medio de esta interminable agresión vírica que está siendo capaz de modificar nuestro comportamiento social y nuestra convivencia, llevándonos además ... a la ruina apenas nos descuidemos, alguien sensato (nada fácil) grite en «alto y claro» las verdades que no se contaron sobre los errores que se hayan podido cometer o se cometieron en la gestión del brutal compromiso sanitario, económico y social al que nos hemos visto abocados, reconociéndolo «todo y todos» y confesándolo en grupo.
Así se hace en las reuniones sinceras/descarnadas/desgarradoras de Alcohólicos Anónimos, irredentos o llamémosle «clásicos», que desgraciadamente tanto abundan hoy en nuestra sociedad castigada, y como pago «al contado» de los malos hábitos sociales o como pago aplazado de las turbulencias que origina la vida misma.
Se necesita por lo tanto también un valiente, sincero, honrado y clarificador líder de Hidroalcohólico Anónimo, es decir, quien esté luchando, involucrado y desde luego sin éxito, contra la pandemia y tenga la decencia de decir la verdad sin arrogancia y admitiendo y contándolo todo.
Aquí estamos esperando a que aparezca ese «alguien» desde el Gobierno o aledaños que lo revele. Aquí estamos expectantes. Será la única fórmula válida capaz de colocarnos en línea de salida para derrotar al covid-19, ¿o creen que todo se reduce a los dineros europeos inflacionarios o a la aparición de una vacuna?, ¿es que estamos en «una nube que los sentidos oscurece»? («Sobre el amor». Miguel de Cervantes). ¿Y tan anestesiados?, ¿o tan ciegos? Porque no pensarán que el Pazo de Meirás, El Valle de los Caídos o la Ley de Memoria Democrática con la reinvención de la asignatura «Formación del Espíritu Nacional» sirven de algo. ¿Son esos los temas que inquietan a los españoles?, ¿lo es la Kitchen vergonzosa o la financiación irregular y supuestamente trincona de Podemos?... Pues ¡cómo que no!... Pues ¡cómo que están muy equivocados quienes «compren» esa idea! ¡Ahora ya no! ¿Y creen ustedes que la vacuna la van a tener antes de fin de año y va a ser barata y eficaz al cien por cien? Enorme ingenuidad que no entiende nada del puro comercio o de los resortes propagandísticos mentirosos, crueles e interesados de las grandes potencias. Esperen y verán.
Por lo tanto, ese Hidroalcohólico Anónimo de la política que estamos esperando tendrá que ser capaz con personalidad de reconocer errores, de revisar la «máquina de contar bien a los afectados y los dineros» y de tomar decisiones consensuando lo justo. No hemos elegido a nuestros gobernantes para que pacten, consensúen, cedan y convenien todo el día.
Lo hicimos para que gobiernen, que afronten el pasado y muestren un proyecto de futuro con objetivos ambiciosos y los desarrollen con autoridad y transparencia. Si no existe confesión de la verdad y la necesaria reacción, ¿cómo vamos a terminar con esto los ciudadanos? ¿Cómo, si no existe reconocimiento y perdón a las víctimas de todo tipo? Deseando que así sea y con la modestia necesaria de 'uno que no manda' sí convendría entonces que fuéramos mientras tanto 'los de a pie', otro tipo de Hidroalcohólicos Anónimos, capaces de reconocer también errores propios o, como observadores, aclarar conductas tras una inevitable reflexión aceptando implícitamente también los fallos que hayamos podido cometer, que son unos cuantos.
Un ejemplo: los jóvenes
Conocemos grupos de desalmados jóvenes, con máster exclusivamente en botellón, malos modos y chulería concedida (por la propia irreverencia juvenil, por la poca formación en valores, por la ineficacia de nuestras leyes, por...) que se encargan, con descaro permitido por usos y costumbres desgraciadamente arraigadas y nuestro buenismo patológico, de hacer fiestas continuas con poca ropa (ya llegará el invierno) y mucho rollo reivindicativo explícito, y de transmitir con crueldad los contagios y más contagios víricos y con ninguna otra «pre-Okupación»: ¿a quién le importa lo que yo diga? ¿a quién le importa lo que yo haga? (Alaska y Dinarama).
Mal asunto, ¿saben por qué? Pues porque el 50% de ellos están en paro por nuestra mala cabeza y no la de ellos, y del 50% restante, un 20% cobran el ingreso mínimo vital, otro 20% en ERTE, y el 10% restante acude a su trabajillo (nunca fijo y nunca más de 500 euros), con resaca... ¡Y a divertirse! Que es en lo que verdaderamente son expertos: 'matrícula de honor en hedonismo barato'. Y a todo esto sin conocer:
1). Que eso no supone tanta diversión.
2). Que tiene un final casi nunca venturoso.
3). Que la juventud dura lo que dura.
Pero, no saben más, no les hemos enseñado más (al menos a esos), mea culpa. Y si son extranjeros (doble mea culpa), les hemos emplazado en casi guetos sin preguntarnos: ¿de dónde? ¿de cuánto? y ¿de cómo? en su formación.
Por lo tanto, y en «modesta opinión», la subvención a los jóvenes, tan necesaria en muchos casos, habrá que modularla, habrá que vigilarla y tendrá que ser con responsabilidad compartida y temporal... Porque adormece y se buscan otros referentes («El sexo sin amor es una expresión vacía, pero como experiencia vacía es una de las mejores». Woody Allen).
No es tiempo de guitarras y barbacoas, es tiempo de obligaciones y no solo de derechos. Es tiempo de disciplina social y hay que reclamársela.
Otro ejemplo: los viejos.
Las residencias de mayores: ¿cómo hemos sido capaces de abandonar a los ancianos en las residencias? ¿Cómo que el Gobierno? ¡Qué también! ¿Cómo hemos podido dejarles morir sin nadie de los suyos al lado mientras se podía comprar tabaco frente a frente o parrafear en el súper?, ¿cómo qué el Gobierno? ¡Qué también!
¿Cómo hemos sido capaces de admitir que allí no tuvieran EPI, ni médicos, ni dignidad dejando en el olvido las imágenes de la desolación que a lo mejor nos hubieran hecho reaccionar? ¿Cómo no fuimos capaces de verlo? ¿Cómo qué el Gobierno? ¡Qué también!
Los ciudadanos de Hidroalcohólicos Anónimos Unidos y desde luego los 17 consejeros de Sanidad y los dos presidentes de Ciudades Autónomas podríamos haber hecho más, mucho más (mea culpa) mientras estuvimos mirando para otro lado a cuello torcido y en actitud reprobable, ¿cómo que por culpa del Gobierno? ¡Qué también!
Es conocido como la vida continuamente hierve y progresa ('coup par coup'. Golpe a golpe, que dicen nuestros vecinos franceses) y por lo tanto obliga a la generación antigua, a los viejos, a disminuir su marcha, dejar las cosas en buenas manos, bajar la velocidad y más tarde, parado ya, despedirse. Ley y Vida. Pero con la dignidad que les fue negada ('Viejos Rockeros'. J. Rama).
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