Un empujón al candidato
El nombramiento de Pedro Casares como delegado del Gobierno sonaba en la conversación política durante los últimos días, en el PSOE y en los ... demás partidos cántabros, aunque no había unanimidad sobre si la eficacia del nuevo destino era comparable a la que tuvo para Pablo Zuloaga en 2018. Fue aquel un cambio trascendente en el cargo de delegado gubernamental, hasta entonces un premio para políticos en retirada convertido en una plataforma de lanzamiento para jóvenes líderes. Zuloaga era un modesto alcalde de Bezana que ganaba gran visibilidad, Casares tiene un largo recorrido: fue jefe orgánico de los socialistas santanderinos, portavoz municipal en dos legislaturas y diputado en el Congreso desde 2019 antes de ser elegido este año secretario general del PSOE cántabro.
El salto de Casares a la Delegación del Gobierno a costa del cese de Eugenia Gómez de Diego, discreta, disciplinada, sanchista como la que más, sin especial carisma pero alineada con Zuloaga, demuestra que Sánchez y Ferraz se toman en serio y sin demora la política en Cantabria, aunque sea una comunidad uniprovincial con menos de 3.000 militantes socialistas.
También es, claramente, un empujón para que Pedro Casares sea el candidato autonómico en 2027. Como hasta ahora no se le ha visto mucho entusiasmo al respecto, hay quien piensa dentro y fuera del PSOE que en Madrid le obligan a asumir esa responsabilidad. Ahora que deja el escaño en Madrid para ser delegado del Gobierno, el PP de Buruaga y los 'zuloagas' ya no podrán acusar a Casares de estar ausente de Cantabria.
En todo caso, el recorrido del nombramiento es incierto. Unas elecciones generales, que Sánchez rechaza todos los días pero que no se pueden descartar, podrían cambiar el escenario político general y también el ciclo de Pedro Casares como delegado del Gobierno en Cantabria.
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