El matadero de Torrelavega, en peligro
¿Es el silencio y el olvido sobre la situación de estas instalaciones la antesala a su privatización?
La continuidad del matadero municipal de Torrelavega peligra por la dejadez de los responsables del Ayuntamiento. Como un enfermo terminal, a quien se le van ... retirando paulatinamente las vías de vida, dicha instalación, en el corazón mismo de Cantabria y con una solicitud de servicio que va en aumento, languidece. Esta es a la principal conclusión a la que ha llegado el grupo municipal de Ciudadanos (Cs) en Torrelavega después de la visita que realizó a las instalaciones el pasado jueves día dos de enero. Muy preocupados por la situación de este servicio público, nos unimos así a otros grupos políticos que también han demandado una solución para estas instalaciones.
En primer lugar, en el pleno del pasado viernes día tres de enero preguntamos a la Alcaldía de la ciudad por la situación del proyecto de la sala de despiece, que a alguien se le ocurrió como una solución para la mejora y ampliación de las instalaciones. La obra estaría subvencionada por el Gobierno de Cantabria. Para realizar esta ampliación de las instalaciones en unos terrenos inundables del río Saja, se solicitó la correspondiente autorización a la Confederación Hidrográfica. Un trámite que se ha ido prorrogando pero que señalaba como fecha límite para que dicha sala de despiece se construyera el 22 de febrero de 2020, o sea, el mes que viene. El señor alcalde acordó contestarnos a esta demanda por escrito.
Pero no solo eso, en el mismo escenario también preguntamos si en el caso de que esa sala de despiece se llevara a cabo en el plazo de un mes, con qué operarios se pondría en marcha. Una cuestión a la que también se acordó contestarnos por escrito. Y es que, para nosotros, el problema radica en una plantilla insuficiente para hacer frente en tiempo y forma a la demanda de los carniceros de la comarca, que ven cómo sus pedidos se retrasan uno o dos días a principios de semana.
Hablamos de una plantilla diezmada en los últimos años sin que nadie se preocupe de su ampliación o de la creación de una bolsa de trabajo con la formación adecuada ante las posibles bajas o sustituciones de trabajadores. Una plantilla que, en ocasiones, por falta de algún efectivo en el puesto para el que está especializado, tiene que asumir tareas para las que no está capacitada, con el consiguiente riesgo de accidente, como ocurriera hace unos pocos meses.
A la situación de la plantilla se suma el funcionamiento irregular de unas instalaciones y que no existe un encargado de supervisar el trabajo de los operarios –puesto que se ha jubilado–. Entre sus funciones figura velar por la seguridad en el desarrollo de la actividad, asegurar el bienestar de los animales en el proceso de traslado al matadero y sacrificio de acuerdo con lo establecido en la normativa y asegurar el correcto cumplimiento de las normas profesionales en la convivencia de la plantilla.
Todo lo anterior no era desconocido por el anterior alcalde y concejal responsable ni lo es por el actual. Tampoco es desconocido por los representantes sindicales en estas instalaciones. ¿Cuál es la respuesta a estos problemas y posibles irregularidades? ¿Es el silencio y el olvido sobre la situación del matadero municipal la antesala a su privatización? Tenemos buenos ejemplos de privatizaciones en este sector: los mataderos de Potes y Reinosa, con inversiones del Gobierno de Cantabria millonarias, que luego han sido desmantelados, hundidos y al final cerrados.
Lo que fue un capricho y un globo electoral está a punto de pinchar. Considero que es muy triste y preocupante todo lo anteriormente relatado. Más si cabe, cuando estamos hablando de un servicio público que podía ser referente de la comarca del Besaya, dar más trabajo, crear empleo y servir como punta de lanza para nuevas posibilidades de formación de nuestros jóvenes. De esta forma, se aseguran las certificaciones que para trabajar son necesarias en especialidades profesionales relacionadas con el sacrificio y tratamiento de la carne antes de llegar a la venta al público.
En definitiva, se trata de un asunto más en el que se debería ver la valía en el desarrollo de las responsabilidades del concejal y del equipo de Gobierno quienes, en cambio, siguen mirando hacia arriba y silbando mientras ocurre todo lo anteriormente relatado. ¿Hasta cuándo?
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