¿Cómplices o chivatos?
Miquel Escudero
Viernes, 16 de junio 2023, 07:00
La salud de una sociedad democrática exige el respeto a la integridad física y mental de los ciudadanos. Las agresiones contra estos por motivos sexuales, ... racistas, sociales o ideológicos, de la índole que sean, deben ser prevenidas y combatidas con la mejor eficacia; y no solo por las autoridades, sino por la ciudadanía de a pie. Las agresiones no son solo físicas, también lo es hacer la vida imposible o apabullar con insultos, desprecios y vejaciones; todo lo cual requiere el apoyo de cómplices que callan y 'no ven'.
Desentendernos de las claves de la democracia y las libertades, que son cosa de todos, nos hace irresponsables. Hay que trabajar por el arraigo del respeto personal en las familias, en los colegios, en las universidades, en los medios de comunicación, en todos lados y por parte de todos; muy en especial, de quienes tienen mayor repercusión pública. Pero muchos de estos dejan que desear, mienten y ofenden por sistema, y producen contagio.
Dada la gran clase de Vinicius, los cánticos insultantes, coreados dentro y fuera de Mestalla, dirigidos contra el jugador brasileño, han producido un conflicto internacional. Hasta ahora se ha ido haciendo la vista gorda contra el hábito ofensivo, pero se ha de cortar por lo sano y sancionar a los clubes por la pulsión desbocada de sus aficionados a linchar de forma gratuita. Algunos hipócritas declaran ahora a España país racista, pero esta afirmación supone que sus leyes y la mayoría de sus habitantes lo sean y esto es falso. Sin embargo, hay racismo y con él no hay nada que hablar; no puede haber diálogo cuando se agrede la dignidad personal. O se denuncia o se es cómplice.
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