Pensamientos negativos
Cada día nuestro cerebro genera entre cincuenta y setenta mil pensamientos y en función de nuestra genética, pero sobre todo de nuestra actitud personal, visión ... de las personas y de las cosas, capacidad de empatizar, sentido del humor y espíritu vital, podemos elegir que esos pensamientos sean mayoritariamente positivos o negativos.
«Menudo asco de vida; ya ves, vamos tirando; estoy harto de todo; el día menos pensado mando todo a la porra; quisiera tirar la toalla; ya no tengo fuerzas para continuar; no puedo conseguir nada; no aguanto más a mi pareja, mis hijos o mi jefe; el día menos pensado me quito de en medio; ya desde por la mañana me levanto con mal café; todo me parece imposible; no puedo con mi vida; estoy a punto de estallar; todo el mundo está en contra mía; estoy en un túnel y no veo el modo de salir de él; quisiera morirme; cada día que pasa lo veo peor...» Y no sigo con más expresiones porque me están contaminando.
He hecho un repaso de todos los 'ayes' que he ido oyendo a tantas personas. Con esos pensamientos poco podemos construir. Al sentirnos así, al verbalizar estas palabras, nos estamos limitando a nosotros mismos. Te imaginas a Rafa Nadal antes de lanzar su primer saque, diciéndose a sí mismo «voy a perder este partido». ¿Lo ganaría? A buen seguro que no.
Y, ¿cómo se pueden superar esos pensamientos intoxicados de exceso de realidad? Muy fácil programando nuestra mente, poco a poco, día a día.
Al finalizar cada jornada, por la noche, pensar en todo lo bueno que nos ha pasado en ese día y tratando de pensar en todo lo bueno que vamos a tratar de conseguir al día siguiente. Por otro lado, cada vez que tengamos (porque lo sentimos con milésimas de segundo de antelación) un amago de pensamiento negativo, con toda nuestra conciencia y verbalizando con nosotros mismos decirnos «No, no dejo que ese pensamiento me invada».
Al principio nos costará un poco más e iremos consiguiendo mejoras paulatinamente, sobre todo cuando constatemos que día a día vamos consiguiendo una actitud más positiva para enfrentarnos a las dificultades propias de vivir. Al final, llegará un momento en que habremos conseguido cambiar nuestra actitud y ya no necesitaremos programar nada, nos saldrá de manera natural sentir ese aire fresco de los pensamientos que nos posibilitan ser mejores y conseguir mejores resultados, en lo afectivo, en lo humano y en lo material, por qué no.
Vamos a empezar: cambiemos el título de este artículo por el de 'Pensamientos positivos'.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión