Pipi Campuzano
Muchos en Torrelavega saben a quién me refiero si hablo de Pipi, sin más. Es quizás uno de los diminutivos cariñosos más conocidos de ... la ciudad. En cualquier caso, para los que aún no sepan de quién hablo, diré su nombre completo, José Campuzano Ruiz. Y ahora creo que todos le identificarán, porque es uno de los torrelaveguenses más populares y queridos. Pertenece a la saga de los Campuzano, esa familia numerosa de hermanos, hijos de Antonio y Ascensión, que regentaron una zapatería en la calle Consolación, uno de los comercios más tradicionales de la ciudad. Recuerden su eslogan publicitario escuchado tantas veces en Radio Juventud de Torrelavega: «En invierno y en verano, calzados Campuzano».
Pipi es el quinto de la saga. Con su sonrisa permanente, le veremos en muchos de los actos que tienen lugar en Torrelavega colocado en un lugar discreto, atrás de todo, en un lateral pegado a su trípode. En conciertos, presentaciones de libros, conferencias, debates, espectáculos, allí está él con su cámara registrando el momento para la historia. Después le envía la grabación a los protagonistas, algunos amigos y lo cuelga en la red. Los días anteriores ya ha realizado una pequeña campaña de difusión de la actividad. Creo que es impagable la labor documental que Pipi está realizando para que no queden en el olvido cantidad de actividades. No sé si está archivando todas las grabaciones. Desde luego merecerían que formasen parte del fondo de Torrelavega con la catalogación correspondiente. Su labor altruista, totalmente desinteresada, lo que da más valor a su trabajo, se ha convertido en un importante patrimonio de imagen y sonido, páginas de la historia de Torrelavega. Páginas de la memoria colectiva de la ciudad.
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